Es raro cruzarse con alguien que vive en el Centro municipal de acogida para personas sin hogar Juan Luis Vives. No están al paso ni a la vista. Están en un lugar de las afueras de Madrid donde el autobús pasa a cuentagotas: una vez cada hora. Están «alejados del mundanal ruido». Asà mide Javier Taboada la distancia que separa a estas personas del resto del mundo: en ruido, sonido, música y silencio.
Esta idea se convirtió en taller. Asociación Garaje, con el apoyo del Ayuntamiento de Madrid, trabajó durante cuatro meses en componer un rap que habla de la vida de algunas personas sin hogar y de lo que sienten:
Asociación Garaje lleva desde 2002 trabajando con el rap en sus proyectos sociales porque cree que hay que acercarse a las personas mediante la cultura popular. Por sus rimas y porque está pegada al asfalto, esta música urbana engancha. «El rap utiliza la palabra y la música cercana a la calle. Basta tener un poco de destreza para conseguir grandes resultados. No hace falta ser un virtuoso del violÃn».
Empezaron a hablar de sus vidas, de su pasado, de sus emociones. Trabajaban con tres educadores para convertir todo aquello en un relato. «Mientras escribÃan la letra, reflexionaban sobre su vida. Es un ejercicio muy útil porque tiene mucho de autocrÃtica y de intención de vislumbrar un futuro. Es necesario salir de la dinámica de la caridad», comenta Taboada.
Es raro cruzarse con alguien que vive en el Centro municipal de acogida para personas sin hogar Juan Luis Vives. No están al paso ni a la vista. Están en un lugar de las afueras de Madrid donde el autobús pasa a cuentagotas: una vez cada hora. Están «alejados del mundanal ruido». Asà mide Javier Taboada la distancia que separa a estas personas del resto del mundo: en ruido, sonido, música y silencio.
Esta idea se convirtió en taller. Asociación Garaje, con el apoyo del Ayuntamiento de Madrid, trabajó durante cuatro meses en componer un rap que habla de la vida de algunas personas sin hogar y de lo que sienten:
Asociación Garaje lleva desde 2002 trabajando con el rap en sus proyectos sociales porque cree que hay que acercarse a las personas mediante la cultura popular. Por sus rimas y porque está pegada al asfalto, esta música urbana engancha. «El rap utiliza la palabra y la música cercana a la calle. Basta tener un poco de destreza para conseguir grandes resultados. No hace falta ser un virtuoso del violÃn».
Empezaron a hablar de sus vidas, de su pasado, de sus emociones. Trabajaban con tres educadores para convertir todo aquello en un relato. «Mientras escribÃan la letra, reflexionaban sobre su vida. Es un ejercicio muy útil porque tiene mucho de autocrÃtica y de intención de vislumbrar un futuro. Es necesario salir de la dinámica de la caridad», comenta Taboada.