5 de julio 2013    /   ENTRETENIMIENTO
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Ordinaria bravura: 10 hitos del Imperio AustrohĂșngaro

5 de julio 2013    /   ENTRETENIMIENTO     por          
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“Berlanga te deja improvisar. Siempre que sepas las palabras claves berlanguianas, astrolabio, austrohĂșngaro y rotoprint, puedes meter tu chorrada. AustrohĂșngaro la pone en todas. Hitchcock sale, Berlanga mete austrohĂșngaro”. Luis Ciges
En 1996, Manolo MartĂ­nez y GenĂ­s Segarra (mĂĄs conocidos como Astrud) crearon la agrupaciĂłn Austro y los Productos Populares AutrohĂșngaros, en claro homenaje a la palabra-fetiche de Luis GarcĂ­a Berlanga, padre de Carlos GarcĂ­a Berlanga. Un nombre ideal para un colectivo dedicado mayormente a la creaciĂłn de mĂșsica pop. Propia y extraña.
MĂĄs de tres lustros despuĂ©s, a trancas y barrancas, el proyecto se ha consolidado, dando lugar a uno de los sellos discogrĂĄficos mĂĄs selectos y divertidos de España y parte del extranjero: AustrohĂșngaro. Ahora, a secas. Y cuando alguien pronuncia la palabra mĂĄgica, nos viene a la cabeza el malogrado imperio europeo y la filmografĂ­a berlanguiana, pero tambiĂ©n los ecos de unas canciones bravas, indulgentes, profundas, superficiales, sintĂ©ticas, irĂłnicas, modernas y sempiternas. ÂżTe acuerdas? ÂĄArre, austrohĂșngaro!
 
“Lujo y miseria” (1998) 
Colectivo Austro: “Nos encanta ‘Indicios’, de Carlos Berlanga. QuizĂĄ es el Ășnico disco/artista en el que todos estamos de acuerdo”. 
Gracias a un sarampiĂłn pop de JesĂșs Llorente (capo del sello Acuarela, especializado en indie tristĂłn) descubrimos a 9 nuevos grupos de laboratorio, orquestados en su mayorĂ­a por GenĂ­s, que perpetraban 21 desvergonzados experimentos synthpop de baja fidelidad. MĂșsica hecha sin drogas que solo enlazaba, de aquella manera, con los marcianos de Spicnic y con la saga Dinarama/Fangoria/Berlanga.
Por lo demĂĄs, todo en Lujo y miseria resultaba insultantemente caprichoso para los no iniciados: la foto de un tĂ­o en pelotas en el libreto del CD, Hidrogenesse y su versiĂłn de Morrissey en catalĂĄn, el Chocho loco de Araceli y Technopolla, la habitaciĂłn destrozada de Virginia Rappe, Stardu y sus voces de pito, Álvaro Pombo con bases trip hop de todo a cien, una caricatura homĂłfila del Nadadora de Family, el exquisito crimen de Les Biscuit SalĂ©s…
Apenas habĂ­an grabado un puñado de canciones, pero GenĂ­s y sus autrohĂșngaros eran ya una pequeña jet set que usaba el pop para transmutar el hormigĂłn del extrarradio barcelonĂ©s en alta bisuterĂ­a. Risas enlatadas.
 
“Mi fracaso personal” (1999)
Manolo: “He querido hacer canciones redondas de pop, con letras cínicas y solo se han enterado quinientas personas”.
Al principio, Astrud eran tan ambiciosos que no les hubiera importado convertirse en el relevo de Mecano. Tuvieron su oportunidad cuando los fichĂł Chewaka (extinto subsello de Virgin donde grababa Manu Chao): les compraron ropa, les hicieron fotos guays y los metieron en un estudio decente con un productor de Ă©xito. Mas su explosivo pastiche de italodisco, eurodance, canciĂłn de autor y tecnopop de vanguardia no vendiĂł lo que tenĂ­a que vender, tal vez por los estrafalarios arreglos de GenĂ­s (“Manolo empieza y acaba las canciones, y en el proceso yo me meto, a veces me meto poco, a veces mucho, a veces hasta abortar la canciĂłn”) o por las redichas letras de Manolo (“esta hidrĂĄulica mental no la comprendo”). Tampoco ayudĂł mucho deconstruir la estructura de algunos temas o ser tacaño con los estribillos. (“Hay demasiada proyecciĂłn micropoyĂ©tica”). Pero, al final, fueron todas esas taras las que convirtieron al disco en un clĂĄsico moderno.
 
Tacones en la palestra (1999-2013)
Genís: “Si no tocas, no existes”. 
Astrud en vivo no eran precisamente convencionales. Un cantante con aspecto de repelente niño Vicente… y un teclista anorĂ©xico subido a unos zapatos de tacĂłn de aguja (“los llevo por convencimiento personal, para verme entre cinco y siete centĂ­metros mĂĄs alto”). Para colmo, GenĂ­s  apenas se movĂ­a, bostezaba, fumaba, ponĂ­a cara de asco y… bueno (insisto) llevaba tacones: “Yo estoy sobre el escenario y hay muchos momentos que no toco. ÂżQuĂ© hago entonces? Pues me pongo tacones. AsĂ­, para mi, ya cobra sentido lo de estar en el escenario”. El pĂșblico se quedaba perplejo con su actitud, que Ă©l asociaba de forma un tanto peregrina con uno de sus grupos favoritos: “Un amigo me contĂł que Kraftwerk eran estĂĄticos sobre el escenario, no se movĂ­an, los travestis antiguos apenas se movĂ­an para no delatarse como hombres, parecen maniquĂ­es, tienen los gestos muy calculados para acentuar esas cosas. AsĂ­ como conexiĂłn de ideas absurdas, para parecerme un poco a Kraftwerk, me pongo tacones”.
Casi 15 años después, la tortilla ha dado la vuelta: nos escandalizaría ver a Genís actuando con zapatos planos.
 
“Ese pedazo de onda” (1999)
Araceli: “A Madonna con botas y a caballo, se le perdona todo”.
Les Biscuits Salés eran Araceli, Helena, Marta y Elisa. Como Astrud, se conocieron en un concierto. Y antes de hacer nada, ya editaban un boletín para sus fans. Como gustaron sus cosas para Lujo y miseria, Genís las convenció de grabar tres canciones mås. Y las sacaron en un EP del subsello Piérdete. En la portada salían las cuatro gansas de noche, junto a un coche y un bafle, como de fiesta en el parking de un discotecón. Aquello prometía. Y cumplió con creces.
El trallazo electrohiphop de Ese pedazo de onda se mofaba de la escena tontipop (“¿Te haces pajas con una chica que se disfraza de Heidi?”) y hacĂ­a gala de un feminismo ultraviolento y deslenguado con frases que todavĂ­a escuecen: “tĂș tienes a todos los chicos detrĂĄs. Puedes quedĂĄrtelos. Esos empollones sin estudios, esos enanos, esos cutres, con sus camisetas cutres, con sus pantalones cutres. Con esa pinta (ÂĄmaricones!). Con gafas o sin gafas (ÂĄmiopes!) no me veis, cutres”. En la versiĂłn castellana de Into the groove agarraron a Madonna, la cruzaron con el Esteso de Bellotero pop y disfrutaron del multiorgasmo. Y entre ambas, Me parece muy bien, tecno desganado que desgrana tragicomedias del primer mundo: “Ese bolso es del Zara, yo me lo iba a comprar”. Elisa, Marta, Helena y Araceli: el arte de la falsa banalidad.
 
“Estafa” (2001) 
Colectivo AustrohĂșngaro: “Queremos hacer crĂ­tica sin hacer panfletos”.
Austro empezĂł con el mĂĄs noble de los objetivos humanos: montar fiestas. AsĂ­, a partir de 1997 y durante varios años consecutivos estuvieron celebrando el Sonajero, “una alternativa al masificado, supersubvencionado y aburrido SĂłnar”. Los eventos consistĂ­an en conciertos y sesiones de DJ de los grupos de la casa y mucha pedrerĂ­a.
Pero su evento mĂĄs subversivo no llegarĂ­a hasta el año 2000: la Fiesta Estafa, en la sala Astin (Barcelona), donde se ponĂ­a mĂșsica y se gritaban proclamas. AdemĂĄs, grabaron un CD-Rom con portada del artista Jon Mikel Euba, un video de la Esferobite y un todo un himno (“Todos a una, esto es una estafa. Es-ta-fa-tal. La cosa es-ta-fa-tal. La tele es-ta-fa-tal. La gente es-ta-fa-tal. España es-ta-fa-tal. La mĂșsica es-ta-fa-tal…”). La guinda era el precio del artefacto: 5.000 pesetas de las de antes. (“Dos por una, esto es una es-ta-fa”). Una intrascendente pero molesta protesta para la era del “España va bien”.
 
“Gimnàstica passiva” (2002)
Ballesteros: “AdemĂĄs de tener dos grupos, dos gatos y un sello, GenĂ­s tambiĂ©n cocina, hace punto y estĂĄ aprendiendo alemĂĄn y electrĂłnica”.
Astrud siempre tenĂ­an discogrĂĄfica, pero los demĂĄs grupos no encajaban en ningĂșn lado. AsĂ­ que montaron un sello. AustrohĂșngaro. El primer CD ĂĄlbum fue GimnĂ stica Passiva de Hidrogenesse, el dĂșo formado por GenĂ­s y su novio Carlos Ballesteros.
El gran hit es aquel que diu “no me digas que no hay nada mĂĄs triste que lo tuyo, hay miles de cosas en el mundo que son mucho peor”. Pero hay mĂĄs: una fotonovela sĂłnica sobre Kurt Cobain y familia, unos versos de GĂłngora transmutados en rompepistas y hasta una canciĂłn dedicada a la autovĂ­a A68 que une Bilbao y Barcelona. Ufano, el dĂșo se jactaba de haber compuesto el disco en una semana, bajo la influencia del glam setentero, la DĂŒsseldorf, Passolini y Fassbinder.
Tal vez GimnĂ stica passiva no sea tan sorprendente como Bestiola (glam drone rock electrĂłnico con prisa y sin pausas), ni tan perfecto como Un dĂ­gito binario dudoso. Recital para Alan Turing, su (premiado) Ășltimo trabajo. Pero, muy en el fondo, mola mĂĄs.
 
“Status” (2004)
Chica: “Mi madre dice que lo que hacemos se parece mucho a Alaska y mi padre dice que parece mĂșsica de tugurios de Londres”.
Electro-pop sudoroso y macarra compuesto e interpretado con computadoras. Todo muy artificial, pero ahí está la voz humana (demasiado humana) de Chica, pimpante mariliendre que retuerce el lenguaje coloquial más choni y lo convierte en plata. En la sonada No comprendes que te amo suelta perlas como la que sigue: “No sabes cómo me ralla tu cachondeo, que ya te veo en la cara que pasas mío, que tus muchachos me tienen hasta la pinza, me estás jodiendo la vida que ya te digo”. Pero, pese a los brochazos costumbristas, Chico y Chica (Chycha para los amigos) iban moldeando un estilo suyo, una forma de cantar y contar insólitamente descacharrante. Ahí están la historieta a dos bandas de La millonaria, el acercamiento al colorín de Chantaja o la delirante radionovela Puntualísima.
Supervagos como ellos solos, Chycha jamås lograrían superar tamaño derroche de inventiva chachi y chochi.
 
“Monólogo interior” (2010)
Teresa Iturrioz: “Creímos necesario que contribuyera Genís porque estábamos sonando demasiado “lemansianos” y nos parecía rancio”. 
Empachados de los excesos de su primer disco (PĂ­o, pĂ­o, 2006) Single, dĂșo formado por los ex-Le Mans Ibon y Teresa, decidieron hacer algo mĂĄs austero, con guitarras y pianos, que les permitiera mentar a Kurt Weill y a Nina Simone en las entrevistas.
Pero cuando lo terminaron y lo reescucharon les pareciĂł demasiado ortodoxo. Temerosos de provocar odiosos flashbacks al Donosti Sound, Single entregaron las novĂ­simas canciones a GenĂ­s y que sea lo que Dios quiera. Él no desperdiciĂł la oportunidad: y pese a estar publicado por Elefant y ser puro Single, MonĂłlogo interior resulta profundamente austrohĂșngaro. A base de teclados circenses y arreglos cabareteros, GenĂ­s convierte el vainicoso clasicismo del dĂșo en una inquietante feria de las vanidades, llena de norias, coches de choque, montañas rusas y caballitos pony. MĂĄs que un disco, un carrusel.
 
“Ruinas” (2011)
AustrohĂșngaro: “Somos un sello en la peor Ă©poca para ser un sello y sacamos discos cuando nadie los compra”.
Un buen dĂ­a, PIAS tirĂł la toalla y dejĂł de distribuir el catĂĄlogo AustrohĂșngaro. Con todas las cajas de discos que les devolvieron, GenĂ­s y Carlos construyeron una pirĂĄmide o, mejor dicho, una “mastaba” que formĂł parte de la exposiciĂłn Genius Loci en la FundaciĂłn Joan MirĂł. La muestra pretendĂ­a reflexionar sobre el hecho de ser mĂșsico en Barcelona en el siglo XXI. Y, hasta que los austrohĂșngaros encontraron nueva distribuidora, el acartonado edificio funerario relleno de CD constituyĂł un revelador reflejo del estado de los sellos independientes en particular y la industria discogrĂĄfica en general. Requiescat in pace.
 
“Rock’n’roll” (2012)
Espanto: “No hay perdedores en nuestras canciones, supervivientes quizás sí”.
Espanto, Teresa y Luis, son pareja y residentes en Logroño. Ya habĂ­a editado dos CD (Ísimos y Érrimos) en el extinto sellito underground Birra y Perdiz. Pop pluscuamperfecto con letras que ahondan en un costumbrismo disparatado, un humor serio y un personalĂ­simo lenguaje que encandilĂł a los austros desde el minuto 1. Para colmo de afinidades, en directo se movĂ­an aĂșn menos que Kraftwerk. AsĂ­ que en Hidrogenesse no pararon hasta apadrinarlos, editarlos, reeditarlos, versionearlos, remezclarlos y, finalmente, producir su nuevo y flamante ĂĄlbum: Rock’n’roll. Las letras (“no soporto las corazas que se imponen las personas”) ahondan en lo de siempre, pero mejor: como dice GenĂ­s, “Espanto no escriben letras para rellenar estrofas”. Y las mĂșsicas, rock’n’roll tal y como lo entienden Lawrence, Meteoro, Suicide, The Jesus & Mary Chain, Spacemen 3 o los propios Hidrogenesse, que se lo pasan pipa adornando las canciones ajenas de arreglos Moroder y maquinitas extraterrestres. Como de costumbre y hasta el fin del mundo.
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Y mĂĄs sobre Hidrogenesse:
– Si quieres saber en quĂ© andan ahora metidos, aquí lo puedes ver

“Berlanga te deja improvisar. Siempre que sepas las palabras claves berlanguianas, astrolabio, austrohĂșngaro y rotoprint, puedes meter tu chorrada. AustrohĂșngaro la pone en todas. Hitchcock sale, Berlanga mete austrohĂșngaro”. Luis Ciges
En 1996, Manolo MartĂ­nez y GenĂ­s Segarra (mĂĄs conocidos como Astrud) crearon la agrupaciĂłn Austro y los Productos Populares AutrohĂșngaros, en claro homenaje a la palabra-fetiche de Luis GarcĂ­a Berlanga, padre de Carlos GarcĂ­a Berlanga. Un nombre ideal para un colectivo dedicado mayormente a la creaciĂłn de mĂșsica pop. Propia y extraña.
MĂĄs de tres lustros despuĂ©s, a trancas y barrancas, el proyecto se ha consolidado, dando lugar a uno de los sellos discogrĂĄficos mĂĄs selectos y divertidos de España y parte del extranjero: AustrohĂșngaro. Ahora, a secas. Y cuando alguien pronuncia la palabra mĂĄgica, nos viene a la cabeza el malogrado imperio europeo y la filmografĂ­a berlanguiana, pero tambiĂ©n los ecos de unas canciones bravas, indulgentes, profundas, superficiales, sintĂ©ticas, irĂłnicas, modernas y sempiternas. ÂżTe acuerdas? ÂĄArre, austrohĂșngaro!
 
“Lujo y miseria” (1998) 
Colectivo Austro: “Nos encanta ‘Indicios’, de Carlos Berlanga. QuizĂĄ es el Ășnico disco/artista en el que todos estamos de acuerdo”. 
Gracias a un sarampiĂłn pop de JesĂșs Llorente (capo del sello Acuarela, especializado en indie tristĂłn) descubrimos a 9 nuevos grupos de laboratorio, orquestados en su mayorĂ­a por GenĂ­s, que perpetraban 21 desvergonzados experimentos synthpop de baja fidelidad. MĂșsica hecha sin drogas que solo enlazaba, de aquella manera, con los marcianos de Spicnic y con la saga Dinarama/Fangoria/Berlanga.
Por lo demĂĄs, todo en Lujo y miseria resultaba insultantemente caprichoso para los no iniciados: la foto de un tĂ­o en pelotas en el libreto del CD, Hidrogenesse y su versiĂłn de Morrissey en catalĂĄn, el Chocho loco de Araceli y Technopolla, la habitaciĂłn destrozada de Virginia Rappe, Stardu y sus voces de pito, Álvaro Pombo con bases trip hop de todo a cien, una caricatura homĂłfila del Nadadora de Family, el exquisito crimen de Les Biscuit SalĂ©s…
Apenas habĂ­an grabado un puñado de canciones, pero GenĂ­s y sus autrohĂșngaros eran ya una pequeña jet set que usaba el pop para transmutar el hormigĂłn del extrarradio barcelonĂ©s en alta bisuterĂ­a. Risas enlatadas.
 
“Mi fracaso personal” (1999)
Manolo: “He querido hacer canciones redondas de pop, con letras cínicas y solo se han enterado quinientas personas”.
Al principio, Astrud eran tan ambiciosos que no les hubiera importado convertirse en el relevo de Mecano. Tuvieron su oportunidad cuando los fichĂł Chewaka (extinto subsello de Virgin donde grababa Manu Chao): les compraron ropa, les hicieron fotos guays y los metieron en un estudio decente con un productor de Ă©xito. Mas su explosivo pastiche de italodisco, eurodance, canciĂłn de autor y tecnopop de vanguardia no vendiĂł lo que tenĂ­a que vender, tal vez por los estrafalarios arreglos de GenĂ­s (“Manolo empieza y acaba las canciones, y en el proceso yo me meto, a veces me meto poco, a veces mucho, a veces hasta abortar la canciĂłn”) o por las redichas letras de Manolo (“esta hidrĂĄulica mental no la comprendo”). Tampoco ayudĂł mucho deconstruir la estructura de algunos temas o ser tacaño con los estribillos. (“Hay demasiada proyecciĂłn micropoyĂ©tica”). Pero, al final, fueron todas esas taras las que convirtieron al disco en un clĂĄsico moderno.
 
Tacones en la palestra (1999-2013)
Genís: “Si no tocas, no existes”. 
Astrud en vivo no eran precisamente convencionales. Un cantante con aspecto de repelente niño Vicente… y un teclista anorĂ©xico subido a unos zapatos de tacĂłn de aguja (“los llevo por convencimiento personal, para verme entre cinco y siete centĂ­metros mĂĄs alto”). Para colmo, GenĂ­s  apenas se movĂ­a, bostezaba, fumaba, ponĂ­a cara de asco y… bueno (insisto) llevaba tacones: “Yo estoy sobre el escenario y hay muchos momentos que no toco. ÂżQuĂ© hago entonces? Pues me pongo tacones. AsĂ­, para mi, ya cobra sentido lo de estar en el escenario”. El pĂșblico se quedaba perplejo con su actitud, que Ă©l asociaba de forma un tanto peregrina con uno de sus grupos favoritos: “Un amigo me contĂł que Kraftwerk eran estĂĄticos sobre el escenario, no se movĂ­an, los travestis antiguos apenas se movĂ­an para no delatarse como hombres, parecen maniquĂ­es, tienen los gestos muy calculados para acentuar esas cosas. AsĂ­ como conexiĂłn de ideas absurdas, para parecerme un poco a Kraftwerk, me pongo tacones”.
Casi 15 años después, la tortilla ha dado la vuelta: nos escandalizaría ver a Genís actuando con zapatos planos.
 
“Ese pedazo de onda” (1999)
Araceli: “A Madonna con botas y a caballo, se le perdona todo”.
Les Biscuits Salés eran Araceli, Helena, Marta y Elisa. Como Astrud, se conocieron en un concierto. Y antes de hacer nada, ya editaban un boletín para sus fans. Como gustaron sus cosas para Lujo y miseria, Genís las convenció de grabar tres canciones mås. Y las sacaron en un EP del subsello Piérdete. En la portada salían las cuatro gansas de noche, junto a un coche y un bafle, como de fiesta en el parking de un discotecón. Aquello prometía. Y cumplió con creces.
El trallazo electrohiphop de Ese pedazo de onda se mofaba de la escena tontipop (“¿Te haces pajas con una chica que se disfraza de Heidi?”) y hacĂ­a gala de un feminismo ultraviolento y deslenguado con frases que todavĂ­a escuecen: “tĂș tienes a todos los chicos detrĂĄs. Puedes quedĂĄrtelos. Esos empollones sin estudios, esos enanos, esos cutres, con sus camisetas cutres, con sus pantalones cutres. Con esa pinta (ÂĄmaricones!). Con gafas o sin gafas (ÂĄmiopes!) no me veis, cutres”. En la versiĂłn castellana de Into the groove agarraron a Madonna, la cruzaron con el Esteso de Bellotero pop y disfrutaron del multiorgasmo. Y entre ambas, Me parece muy bien, tecno desganado que desgrana tragicomedias del primer mundo: “Ese bolso es del Zara, yo me lo iba a comprar”. Elisa, Marta, Helena y Araceli: el arte de la falsa banalidad.
 
“Estafa” (2001) 
Colectivo AustrohĂșngaro: “Queremos hacer crĂ­tica sin hacer panfletos”.
Austro empezĂł con el mĂĄs noble de los objetivos humanos: montar fiestas. AsĂ­, a partir de 1997 y durante varios años consecutivos estuvieron celebrando el Sonajero, “una alternativa al masificado, supersubvencionado y aburrido SĂłnar”. Los eventos consistĂ­an en conciertos y sesiones de DJ de los grupos de la casa y mucha pedrerĂ­a.
Pero su evento mĂĄs subversivo no llegarĂ­a hasta el año 2000: la Fiesta Estafa, en la sala Astin (Barcelona), donde se ponĂ­a mĂșsica y se gritaban proclamas. AdemĂĄs, grabaron un CD-Rom con portada del artista Jon Mikel Euba, un video de la Esferobite y un todo un himno (“Todos a una, esto es una estafa. Es-ta-fa-tal. La cosa es-ta-fa-tal. La tele es-ta-fa-tal. La gente es-ta-fa-tal. España es-ta-fa-tal. La mĂșsica es-ta-fa-tal…”). La guinda era el precio del artefacto: 5.000 pesetas de las de antes. (“Dos por una, esto es una es-ta-fa”). Una intrascendente pero molesta protesta para la era del “España va bien”.
 
“Gimnàstica passiva” (2002)
Ballesteros: “AdemĂĄs de tener dos grupos, dos gatos y un sello, GenĂ­s tambiĂ©n cocina, hace punto y estĂĄ aprendiendo alemĂĄn y electrĂłnica”.
Astrud siempre tenĂ­an discogrĂĄfica, pero los demĂĄs grupos no encajaban en ningĂșn lado. AsĂ­ que montaron un sello. AustrohĂșngaro. El primer CD ĂĄlbum fue GimnĂ stica Passiva de Hidrogenesse, el dĂșo formado por GenĂ­s y su novio Carlos Ballesteros.
El gran hit es aquel que diu “no me digas que no hay nada mĂĄs triste que lo tuyo, hay miles de cosas en el mundo que son mucho peor”. Pero hay mĂĄs: una fotonovela sĂłnica sobre Kurt Cobain y familia, unos versos de GĂłngora transmutados en rompepistas y hasta una canciĂłn dedicada a la autovĂ­a A68 que une Bilbao y Barcelona. Ufano, el dĂșo se jactaba de haber compuesto el disco en una semana, bajo la influencia del glam setentero, la DĂŒsseldorf, Passolini y Fassbinder.
Tal vez GimnĂ stica passiva no sea tan sorprendente como Bestiola (glam drone rock electrĂłnico con prisa y sin pausas), ni tan perfecto como Un dĂ­gito binario dudoso. Recital para Alan Turing, su (premiado) Ășltimo trabajo. Pero, muy en el fondo, mola mĂĄs.
 
“Status” (2004)
Chica: “Mi madre dice que lo que hacemos se parece mucho a Alaska y mi padre dice que parece mĂșsica de tugurios de Londres”.
Electro-pop sudoroso y macarra compuesto e interpretado con computadoras. Todo muy artificial, pero ahí está la voz humana (demasiado humana) de Chica, pimpante mariliendre que retuerce el lenguaje coloquial más choni y lo convierte en plata. En la sonada No comprendes que te amo suelta perlas como la que sigue: “No sabes cómo me ralla tu cachondeo, que ya te veo en la cara que pasas mío, que tus muchachos me tienen hasta la pinza, me estás jodiendo la vida que ya te digo”. Pero, pese a los brochazos costumbristas, Chico y Chica (Chycha para los amigos) iban moldeando un estilo suyo, una forma de cantar y contar insólitamente descacharrante. Ahí están la historieta a dos bandas de La millonaria, el acercamiento al colorín de Chantaja o la delirante radionovela Puntualísima.
Supervagos como ellos solos, Chycha jamås lograrían superar tamaño derroche de inventiva chachi y chochi.
 
“Monólogo interior” (2010)
Teresa Iturrioz: “Creímos necesario que contribuyera Genís porque estábamos sonando demasiado “lemansianos” y nos parecía rancio”. 
Empachados de los excesos de su primer disco (PĂ­o, pĂ­o, 2006) Single, dĂșo formado por los ex-Le Mans Ibon y Teresa, decidieron hacer algo mĂĄs austero, con guitarras y pianos, que les permitiera mentar a Kurt Weill y a Nina Simone en las entrevistas.
Pero cuando lo terminaron y lo reescucharon les pareciĂł demasiado ortodoxo. Temerosos de provocar odiosos flashbacks al Donosti Sound, Single entregaron las novĂ­simas canciones a GenĂ­s y que sea lo que Dios quiera. Él no desperdiciĂł la oportunidad: y pese a estar publicado por Elefant y ser puro Single, MonĂłlogo interior resulta profundamente austrohĂșngaro. A base de teclados circenses y arreglos cabareteros, GenĂ­s convierte el vainicoso clasicismo del dĂșo en una inquietante feria de las vanidades, llena de norias, coches de choque, montañas rusas y caballitos pony. MĂĄs que un disco, un carrusel.
 
“Ruinas” (2011)
AustrohĂșngaro: “Somos un sello en la peor Ă©poca para ser un sello y sacamos discos cuando nadie los compra”.
Un buen dĂ­a, PIAS tirĂł la toalla y dejĂł de distribuir el catĂĄlogo AustrohĂșngaro. Con todas las cajas de discos que les devolvieron, GenĂ­s y Carlos construyeron una pirĂĄmide o, mejor dicho, una “mastaba” que formĂł parte de la exposiciĂłn Genius Loci en la FundaciĂłn Joan MirĂł. La muestra pretendĂ­a reflexionar sobre el hecho de ser mĂșsico en Barcelona en el siglo XXI. Y, hasta que los austrohĂșngaros encontraron nueva distribuidora, el acartonado edificio funerario relleno de CD constituyĂł un revelador reflejo del estado de los sellos independientes en particular y la industria discogrĂĄfica en general. Requiescat in pace.
 
“Rock’n’roll” (2012)
Espanto: “No hay perdedores en nuestras canciones, supervivientes quizás sí”.
Espanto, Teresa y Luis, son pareja y residentes en Logroño. Ya habĂ­a editado dos CD (Ísimos y Érrimos) en el extinto sellito underground Birra y Perdiz. Pop pluscuamperfecto con letras que ahondan en un costumbrismo disparatado, un humor serio y un personalĂ­simo lenguaje que encandilĂł a los austros desde el minuto 1. Para colmo de afinidades, en directo se movĂ­an aĂșn menos que Kraftwerk. AsĂ­ que en Hidrogenesse no pararon hasta apadrinarlos, editarlos, reeditarlos, versionearlos, remezclarlos y, finalmente, producir su nuevo y flamante ĂĄlbum: Rock’n’roll. Las letras (“no soporto las corazas que se imponen las personas”) ahondan en lo de siempre, pero mejor: como dice GenĂ­s, “Espanto no escriben letras para rellenar estrofas”. Y las mĂșsicas, rock’n’roll tal y como lo entienden Lawrence, Meteoro, Suicide, The Jesus & Mary Chain, Spacemen 3 o los propios Hidrogenesse, que se lo pasan pipa adornando las canciones ajenas de arreglos Moroder y maquinitas extraterrestres. Como de costumbre y hasta el fin del mundo.
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Y mĂĄs sobre Hidrogenesse:
– Si quieres saber en quĂ© andan ahora metidos, aquí lo puedes ver

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