Organización social, empresa innovadora

”Yorokobu gratis en formato digital!
Se suele pensar que las ideas tienen precio cuando lo cierto es que las ideas son gratuitas. Obviamos que en ocasiones los que nos entregan las ideas son clientes que lo único que buscan es ser tenidos en cuenta, o que nos proponen recibir un servicio de una manera diferente a la habitual. La otra fuente inagotable de ideas gratuitas para la empresa son los trabajadores. Ahora bien, ¿éstas les escuchan o fomentan de la manera correcta su colaboración y entrega?
Las normas sociales dentro del dĆa a dĆa de la empresa marcan mucho el escepticismo de Ć©stas respecto a cualquier acción o innovación disruptiva. Me refiero a aquellas que rompen con el estĆ”ndar natural y que son contrarias a la innovación sostenida, y que de alguna manera intentan cambiar las reglas del juego de la industria en la que se mueve la empresa.
Normalmente, las empresas se mueven segĆŗn los designios que marcan los clientes respecto a quĆ© ofrecerles, cuando aparece algo que en principio el sentido comĆŗn dice que nadie lo va a utilizar, no dejan lugar a dudas y el proyecto termina escondido en el baĆŗl de los recuerdos. Sin embargo, existen personas que se niegan a aceptar el escepticismo y se arriesgan con productos que a primera vista el mercado rechaza o no se ajustan a lo que quieren oĆr las empresas que les digan los estudios de mercado que han solicitado. Son productos que no se tienen en cuenta porque el cliente no lo demanda o no los valora, porque seguramente ni siquiera sabe que existe, lo que impide en muchas ocasiones reinventarse a las empresas en algo tan vital como su modelo de negocio.
El dilema de la innovación al que se ven sometidas muchas empresas, por lo general las grandes, y también las que no son tan grandes, habla de eso, de hacer o no caso a lo que nos digan los clientes, tanto los externos (negocio), como los internos (conocimiento), a fijarnos sólo en las necesidades que ellos tengan ahora, cuando la reinvención de la empresa y del negocio piden conectarse a aquello que aún no saben que necesitan.
ĀæQuĆ© implica esto? Que, por lo general, cuando pensamos en innovación, lo hacemos de acuerdo a lo que pueden necesitar nuestros clientes y a que si ellos no estĆ”n interesados en lo que se les ofrece, se pare en el desarrollo que se estĆ© llevando a cabo. Esto en sĆ mismo es un contrasentido. Si analizamos detenidamente lo que implica la innovación, en la mayorĆa de los casos el cliente no sabrĆ” si realmente le interesa el producto o servicio, porque Ć©ste es nuevo e innovador y no sabrĆ” quĆ© utilidad darle sin una demanda a la que poder ofertar. AhĆ es donde estĆ” ese dilema de la innovación al que ahora nos estamos refiriendo, seguir con nuestra idea o hacer caso al freno que puede suponer la negativa de un cliente importante a ese desarrollo āsocialā que la organización tiene entre sus manos.
Ante estos puntos de vista o maneras de entender la gestión muy del siglo pasado, de lo que se habla hoy en dĆa dentro de las organizaciones es de la innovación abierta o colaborativa entre diferentes personas, clientes externos e internos, distintas compaƱĆas o delegaciones territoriales dentro de un mismo grupo empresarial, e incluso empresas sin nexo accionarial comĆŗn, para compartir la semilla del conocimiento entre el mayor nĆŗmero de miembros posibles en esa comunidad que se empieza a organizar. La innovación, tal y como debe ser entendida hoy, no es un ente cerrado, es abierto. El conocimiento no estĆ” en poder de una Ćŗnica persona, departamento, organización, delegación… sino que es mĆ”s factible, y a la larga beneficioso, compartir tus conocimientos con aquellos que te pueden sacar del atolladero, ya sea otro departamento dentro de tu organización, otra empresa e incluso la universidad, compartiendo y colaborando.
AquĆ es donde entran en juego los medios sociales y lo que su uso implica en cualquier organización: tener a estas herramientas como un semillero de ideas, donde esparcir y compartir las mismas de manera abierta, encontrando a aquellos innovadores y emprendedores que pueden lograr que un proyecto que parece que va a ir a la deriva se enderece en base a los comentarios recogidos. Supone poner en el āmercadoā, por la organización, ese negocio, usando las ideas de la innovación abierta, buscando la optimización de los recursos disponibles no sólo entre las personas conocidas, sino mĆ”s allĆ”. Algo en donde todos salgan beneficiados tanto en conocimiento, como en información y tiempo.
Algunos autores, entre ellos Tom Peters, cuando tocaban estos temas en sus conferencias, indicaban que āla innovación es sencillaā. No lo veo asĆ, porque la innovación abarca muchas mĆ”s cosas que la āsimpleā creatividad, que Ć©sta sĆ veo, dentro de lo que cabe, sencilla (es complicado llegar a la idea, cuando se llega, pero eso no es innovación, lo complicado viene cuando hay que ponerla en marcha). Ya la investigación y la implementación son complicadas y requieren sus procesos, sobre todo en lo referente a limar y desprenderse de las ideas y conceptos que la gente entiende que sĆ son innovación, cuando en realidad no lo son.
Reflexiono de nuevo con esa idea de que la innovación es sencilla, y entiendo que esa afirmación irĆa mĆ”s relacionada con la idea de que es algo que no hay que complicar ni tratar como algo habitual en una empresa, sino que hay que dejar que fluya natural por sĆ misma. La innovación tiene que ser transparente y bidireccional, ademĆ”s de ir acompaƱada del apoyo y el esfuerzo de la alta dirección, que serĆ” quienes den luz y marcarĆ”n el camino a quienes tienen que ir alimentando todo proyecto innovador. Lo sencillo serĆa la misión que se debe asignar a toda innovación, la complejidad empieza al implementarla, y esto es un ejemplo muy vĆ”lido cuando se trata de traer los medios sociales dentro de una organización.
Le preguntaban en una entrevista a Don Tapscott si la economĆa digital es una economĆa real, a lo que Ć©l respondĆa indicando que en la actualidad el Ćŗnico activo valioso y la Ćŗnica forma importante de capital es el intelectual. Que en la era de la Web social, de las personas por encima de todo, las tecnologĆas de la wikieconomĆa posibilitan como nunca antes el desarrollo de ideas junto a la comunicación, gestión e intercambio de conocimientos. Para Ć©l, una compaƱĆa sigue siendo competitiva sólo si adquiere, desarrolla y emplea el conocimiento con mĆ”s rapidez que la competencia, y que el Ć©xito en el mercado depende del genio creativo y del conocimiento de los estrategas, diseƱadores y vendedores del producto.
En The Social Organization (traducido al espaƱol) se dice que una organización social es aquella que aplica estratĆ©gicamente la colaboración de masas para tratar los retos y oportunidades empresariales importantes. Aquella en la que sus lĆderes son conscientes de que convertirse en una organización o empresa social (apuntemos aquĆ lo de innovadora), no implica una mejora incremental (y aquĆ la idea de la disrupción). Para los autores, esas organizaciones saben que el cambio requiere una nueva manera de pensar (principios de la innovación abierta), y por eso intentan ir mĆ”s allĆ” de esas iniciativas tĆ”cticas originadas tiempo atrĆ”s y tratan de aumentar su impacto mediante un enfoque planificado y reflexionado de aplicación de los medios sociales.
Como resultado de esto, toda organización social serĆ” mĆ”s Ć”gil, producirĆ” mejores resultados, e incluso desarrollarĆ” formas de operar totalmente nuevas. Y serĆ” asĆ porque tendrĆ” metido dentro de su adn el gen de la innovación, con el que movilizarĆ” todo el talento y la energĆa de sus empleados, a travĆ©s de las comunidades sociales y el esfuerzo colectivo que se va creando al compartir y conversar de igual a igual.
Si eres un directivo o un empresario no tan familiarizado con las implicaciones que tiene acercarse a los medios sociales, y que ha empezado a dejarse engatusar por las bondades de estas herramientas, tendrĆ”s que buscar la ayuda necesaria para aprender a introducir lo āsocialā dentro de tu organización. Aprendiendo de lo que sepas compartir y recoger de tus conversaciones con esos otros āclientesā, ahora sociales, que tan necesarios son. Y lo mĆ”s importante, mostrarĆ”s a la sociedad que tu organización se estĆ” reinventando y comunicando, sobre todo esto, y que tambiĆ©n sabes cómo ser una empresa innovadora.
MÔs información | Social Business News
En We Are Social | Social business: Social media integration
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Se suele pensar que las ideas tienen precio cuando lo cierto es que las ideas son gratuitas. Obviamos que en ocasiones los que nos entregan las ideas son clientes que lo único que buscan es ser tenidos en cuenta, o que nos proponen recibir un servicio de una manera diferente a la habitual. La otra fuente inagotable de ideas gratuitas para la empresa son los trabajadores. Ahora bien, ¿éstas les escuchan o fomentan de la manera correcta su colaboración y entrega?
Las normas sociales dentro del dĆa a dĆa de la empresa marcan mucho el escepticismo de Ć©stas respecto a cualquier acción o innovación disruptiva. Me refiero a aquellas que rompen con el estĆ”ndar natural y que son contrarias a la innovación sostenida, y que de alguna manera intentan cambiar las reglas del juego de la industria en la que se mueve la empresa.
Normalmente, las empresas se mueven segĆŗn los designios que marcan los clientes respecto a quĆ© ofrecerles, cuando aparece algo que en principio el sentido comĆŗn dice que nadie lo va a utilizar, no dejan lugar a dudas y el proyecto termina escondido en el baĆŗl de los recuerdos. Sin embargo, existen personas que se niegan a aceptar el escepticismo y se arriesgan con productos que a primera vista el mercado rechaza o no se ajustan a lo que quieren oĆr las empresas que les digan los estudios de mercado que han solicitado. Son productos que no se tienen en cuenta porque el cliente no lo demanda o no los valora, porque seguramente ni siquiera sabe que existe, lo que impide en muchas ocasiones reinventarse a las empresas en algo tan vital como su modelo de negocio.
El dilema de la innovación al que se ven sometidas muchas empresas, por lo general las grandes, y también las que no son tan grandes, habla de eso, de hacer o no caso a lo que nos digan los clientes, tanto los externos (negocio), como los internos (conocimiento), a fijarnos sólo en las necesidades que ellos tengan ahora, cuando la reinvención de la empresa y del negocio piden conectarse a aquello que aún no saben que necesitan.
ĀæQuĆ© implica esto? Que, por lo general, cuando pensamos en innovación, lo hacemos de acuerdo a lo que pueden necesitar nuestros clientes y a que si ellos no estĆ”n interesados en lo que se les ofrece, se pare en el desarrollo que se estĆ© llevando a cabo. Esto en sĆ mismo es un contrasentido. Si analizamos detenidamente lo que implica la innovación, en la mayorĆa de los casos el cliente no sabrĆ” si realmente le interesa el producto o servicio, porque Ć©ste es nuevo e innovador y no sabrĆ” quĆ© utilidad darle sin una demanda a la que poder ofertar. AhĆ es donde estĆ” ese dilema de la innovación al que ahora nos estamos refiriendo, seguir con nuestra idea o hacer caso al freno que puede suponer la negativa de un cliente importante a ese desarrollo āsocialā que la organización tiene entre sus manos.
Ante estos puntos de vista o maneras de entender la gestión muy del siglo pasado, de lo que se habla hoy en dĆa dentro de las organizaciones es de la innovación abierta o colaborativa entre diferentes personas, clientes externos e internos, distintas compaƱĆas o delegaciones territoriales dentro de un mismo grupo empresarial, e incluso empresas sin nexo accionarial comĆŗn, para compartir la semilla del conocimiento entre el mayor nĆŗmero de miembros posibles en esa comunidad que se empieza a organizar. La innovación, tal y como debe ser entendida hoy, no es un ente cerrado, es abierto. El conocimiento no estĆ” en poder de una Ćŗnica persona, departamento, organización, delegación… sino que es mĆ”s factible, y a la larga beneficioso, compartir tus conocimientos con aquellos que te pueden sacar del atolladero, ya sea otro departamento dentro de tu organización, otra empresa e incluso la universidad, compartiendo y colaborando.
AquĆ es donde entran en juego los medios sociales y lo que su uso implica en cualquier organización: tener a estas herramientas como un semillero de ideas, donde esparcir y compartir las mismas de manera abierta, encontrando a aquellos innovadores y emprendedores que pueden lograr que un proyecto que parece que va a ir a la deriva se enderece en base a los comentarios recogidos. Supone poner en el āmercadoā, por la organización, ese negocio, usando las ideas de la innovación abierta, buscando la optimización de los recursos disponibles no sólo entre las personas conocidas, sino mĆ”s allĆ”. Algo en donde todos salgan beneficiados tanto en conocimiento, como en información y tiempo.
Algunos autores, entre ellos Tom Peters, cuando tocaban estos temas en sus conferencias, indicaban que āla innovación es sencillaā. No lo veo asĆ, porque la innovación abarca muchas mĆ”s cosas que la āsimpleā creatividad, que Ć©sta sĆ veo, dentro de lo que cabe, sencilla (es complicado llegar a la idea, cuando se llega, pero eso no es innovación, lo complicado viene cuando hay que ponerla en marcha). Ya la investigación y la implementación son complicadas y requieren sus procesos, sobre todo en lo referente a limar y desprenderse de las ideas y conceptos que la gente entiende que sĆ son innovación, cuando en realidad no lo son.
Reflexiono de nuevo con esa idea de que la innovación es sencilla, y entiendo que esa afirmación irĆa mĆ”s relacionada con la idea de que es algo que no hay que complicar ni tratar como algo habitual en una empresa, sino que hay que dejar que fluya natural por sĆ misma. La innovación tiene que ser transparente y bidireccional, ademĆ”s de ir acompaƱada del apoyo y el esfuerzo de la alta dirección, que serĆ” quienes den luz y marcarĆ”n el camino a quienes tienen que ir alimentando todo proyecto innovador. Lo sencillo serĆa la misión que se debe asignar a toda innovación, la complejidad empieza al implementarla, y esto es un ejemplo muy vĆ”lido cuando se trata de traer los medios sociales dentro de una organización.
Le preguntaban en una entrevista a Don Tapscott si la economĆa digital es una economĆa real, a lo que Ć©l respondĆa indicando que en la actualidad el Ćŗnico activo valioso y la Ćŗnica forma importante de capital es el intelectual. Que en la era de la Web social, de las personas por encima de todo, las tecnologĆas de la wikieconomĆa posibilitan como nunca antes el desarrollo de ideas junto a la comunicación, gestión e intercambio de conocimientos. Para Ć©l, una compaƱĆa sigue siendo competitiva sólo si adquiere, desarrolla y emplea el conocimiento con mĆ”s rapidez que la competencia, y que el Ć©xito en el mercado depende del genio creativo y del conocimiento de los estrategas, diseƱadores y vendedores del producto.
En The Social Organization (traducido al espaƱol) se dice que una organización social es aquella que aplica estratĆ©gicamente la colaboración de masas para tratar los retos y oportunidades empresariales importantes. Aquella en la que sus lĆderes son conscientes de que convertirse en una organización o empresa social (apuntemos aquĆ lo de innovadora), no implica una mejora incremental (y aquĆ la idea de la disrupción). Para los autores, esas organizaciones saben que el cambio requiere una nueva manera de pensar (principios de la innovación abierta), y por eso intentan ir mĆ”s allĆ” de esas iniciativas tĆ”cticas originadas tiempo atrĆ”s y tratan de aumentar su impacto mediante un enfoque planificado y reflexionado de aplicación de los medios sociales.
Como resultado de esto, toda organización social serĆ” mĆ”s Ć”gil, producirĆ” mejores resultados, e incluso desarrollarĆ” formas de operar totalmente nuevas. Y serĆ” asĆ porque tendrĆ” metido dentro de su adn el gen de la innovación, con el que movilizarĆ” todo el talento y la energĆa de sus empleados, a travĆ©s de las comunidades sociales y el esfuerzo colectivo que se va creando al compartir y conversar de igual a igual.
Si eres un directivo o un empresario no tan familiarizado con las implicaciones que tiene acercarse a los medios sociales, y que ha empezado a dejarse engatusar por las bondades de estas herramientas, tendrĆ”s que buscar la ayuda necesaria para aprender a introducir lo āsocialā dentro de tu organización. Aprendiendo de lo que sepas compartir y recoger de tus conversaciones con esos otros āclientesā, ahora sociales, que tan necesarios son. Y lo mĆ”s importante, mostrarĆ”s a la sociedad que tu organización se estĆ” reinventando y comunicando, sobre todo esto, y que tambiĆ©n sabes cómo ser una empresa innovadora.
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Excelente. Hay frases en ete artĆculo que deberĆan estar escritas en piedra en la fachada de las empresas.
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