Humor amarillo. Éste es el más tÃpico, el que más ejemplos tiene a nuestro alrededor. O al menos del que más ejemplos se me ocurren, asà que será cosa de que va conmigo. Es el más ácido, en ocasiones sarcástico o cÃnico. Aquà caben desde ‘Los Simpson’ a ‘House’, con una enorme escala en medio. Los monologuistas en general encajan bien aquÃ.
Humor blanco. Esto puedes verlo sin problemas. El humor blanco agrada hasta a la gente más sensible porque no se mete con nadie ni insulta veladamente a colectivo alguno. Los programas de recopilaciones de vÃdeos, o los niños haciendo cosas graciosas son buenos ejemplos. Hay que ser un desalmado para no sonreÃr con este vÃdeo. Aunque posiblemente haya que ser un desalmado para grabar a tu hijo haciendo esto y subirlo a YouTube. Si en unos años te aparca en un asilo no te quejes.
Humor negro. Es posiblemente el más ofensivo, el que se burla de la muerte, las enfermedades o de cualquier ser generalmente indefenso con especial crueldad. Hace gracia en parte por lo absurdo del planteamiento. Si viendo este vÃdeo te rÃes es que va contigo. Si te ofendes, más bien no. Aviso: son chistes ofensivos, asà que si ves posible que te ofenda, ahórrate el trago y ahórranos las crÃticas.
Humor seco. Es ese en el que quien cuenta el chiste lo hace hablando en serio. O al menos lo finge. Señores de gesto serio diciendo cosas mientras los otros se rÃen, toda una escuela. Pero como en toda escuela, siempre hay un maestro: Eugenio.
Humor marrón. Le llaman asà por motivos obvios, aunque el común de los mortales lo conocemos como humor escatológico o, si no eres un tipo versado como el que suscribe, “sal gorda” para los amigos. Es toda aquella broma basada en cosas que suelen dar asco. Hay un montón de ejemplos, pero ‘Padre de familia’ es un buen exponente. Si te divierte es que va contigo, si te da ganas de vomitar, pues no. Si acabas de comer por si acaso no lo veas, no vaya a ser que…
Humor verde. Este seguro que lo conoces. Es el relacionado con el sexo, y le separa una fina lÃnea de lo escatológico en algunos casos. Advertencia: no es que tengas que excitarte con los chistes, esa no es la finalidad. La idea es que te rÃas con lo que dicen. Un buen ejemplo es un vÃdeo de Chivi, un cantautor de temática sexual. Si te rÃes y empiezas a buscar su discografÃa en Spotify es que te gusta. Si paras en el  segundo verso porque te parece una barbaridad, va a ser que no. Si tienes una profunda vocación religiosa o crees que un calendario de Pirelli es una ofensa casi mejor que no le des al play. Quien avisa…
Humor amarillo. Éste es el más tÃpico, el que más ejemplos tiene a nuestro alrededor. O al menos del que más ejemplos se me ocurren, asà que será cosa de que va conmigo. Es el más ácido, en ocasiones sarcástico o cÃnico. Aquà caben desde ‘Los Simpson’ a ‘House’, con una enorme escala en medio. Los monologuistas en general encajan bien aquÃ.
Humor blanco. Esto puedes verlo sin problemas. El humor blanco agrada hasta a la gente más sensible porque no se mete con nadie ni insulta veladamente a colectivo alguno. Los programas de recopilaciones de vÃdeos, o los niños haciendo cosas graciosas son buenos ejemplos. Hay que ser un desalmado para no sonreÃr con este vÃdeo. Aunque posiblemente haya que ser un desalmado para grabar a tu hijo haciendo esto y subirlo a YouTube. Si en unos años te aparca en un asilo no te quejes.
Humor negro. Es posiblemente el más ofensivo, el que se burla de la muerte, las enfermedades o de cualquier ser generalmente indefenso con especial crueldad. Hace gracia en parte por lo absurdo del planteamiento. Si viendo este vÃdeo te rÃes es que va contigo. Si te ofendes, más bien no. Aviso: son chistes ofensivos, asà que si ves posible que te ofenda, ahórrate el trago y ahórranos las crÃticas.
Humor seco. Es ese en el que quien cuenta el chiste lo hace hablando en serio. O al menos lo finge. Señores de gesto serio diciendo cosas mientras los otros se rÃen, toda una escuela. Pero como en toda escuela, siempre hay un maestro: Eugenio.
Humor marrón. Le llaman asà por motivos obvios, aunque el común de los mortales lo conocemos como humor escatológico o, si no eres un tipo versado como el que suscribe, “sal gorda” para los amigos. Es toda aquella broma basada en cosas que suelen dar asco. Hay un montón de ejemplos, pero ‘Padre de familia’ es un buen exponente. Si te divierte es que va contigo, si te da ganas de vomitar, pues no. Si acabas de comer por si acaso no lo veas, no vaya a ser que…
Humor verde. Este seguro que lo conoces. Es el relacionado con el sexo, y le separa una fina lÃnea de lo escatológico en algunos casos. Advertencia: no es que tengas que excitarte con los chistes, esa no es la finalidad. La idea es que te rÃas con lo que dicen. Un buen ejemplo es un vÃdeo de Chivi, un cantautor de temática sexual. Si te rÃes y empiezas a buscar su discografÃa en Spotify es que te gusta. Si paras en el  segundo verso porque te parece una barbaridad, va a ser que no. Si tienes una profunda vocación religiosa o crees que un calendario de Pirelli es una ofensa casi mejor que no le des al play. Quien avisa…
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