Es una carretera que interactĂșa con los transeĂșntes: crea, con luces LED, pasos en las ubicaciones mĂĄs convenientes, de tamaño adaptado al nĂșmero de peatones presentes y actĂșa alertando y previniendo situaciones de riesgo. «La superficie parece una carretera convencional en lugar de una pantalla (es mate y antideslizante)», cuenta Usman Haque, de la empresa Umbrellium, pero esconde una estructura inteligente y autĂłnoma.
Usman apunta que, normalmente, cuando se habla de tecnologĂa siempre se aborda el tema de los coches, los vehĂculos autĂłnomos o los sistemas de luces de trĂĄfico. «Pero nosotros querĂamos crear una tecnologĂa de paso de peatones que pusiera a la gente en primer lugar y respondiera a sus necesidades», recuerda.
Foto: Direct Line
La tendencia a priorizar a los ciudadanos estĂĄ creciendo. El viraje se ha efectuado bajo amenaza. La contaminaciĂłn y el cambio climĂĄtico han obligado a las ciudades a replantearse la organizaciĂłn de la movilidad. Europa se mueve. Ciudades como ParĂs o Londres han aplicado estrategias para alejar a los vehĂculos del centro de las ciudades. Madrid, en la actualidad, planea la peatonalizaciĂłn casi total de la Gran VĂa. Ya no se trata de una reivindicaciĂłn de activistas ecologistas, sino de un deber que los gobiernos asumen, poco a poco, como propio.
Una carretera diferente para cada momento del dĂa
La carretera altera su configuraciĂłn a tiempo real. «A horas tempranas, cuando hay pocos peatones, el Starling Crossing puede aparecer solo cuando alguien se aproxima y guiarlo hacia la ubicaciĂłn de cruce que, con el tiempo, ha aprendido como mĂĄs segura», detalla Haque. MĂĄs tarde, en horas punta, al salir del trabajo, del cine o de los partidos de fĂștbol: «AutomĂĄticamente expande su anchura para acomodarse al creciente movimiento de personas».
Los creadores del Starling Crossing han estudiado las situaciones de mås riesgo de las ciudades. Los niños son los mås impredecibles. Por eso, explica Haque, «si un niño corre hacia la carretera inesperadamente, se crea una gran zona de amortiguamiento alrededor de ellos para hacer su trayectoria clara para los conductores o ciclistas que se acerquen».
La idea de los creadores es que estas superficies se instalen en las zonas donde las condiciones son mĂĄs cambiantes en cuanto a nĂșmero de personas o trayectorias. De momento, el proyecto se encuentra en marcha, pero, por sus implicaciones en la integridad de las personas, necesita someterse todavĂa a muchas pruebas de seguridad.
«Los cruces de peatones en Reino Unido fueron diseñados, en gran parte, desde la perspectiva del paso vehicular, pero la ciudad que conocemos hoy ha cambiado porque tenemos formas diferentes de interactuar entre nosotros y con el entorno», concluye Haque. La idea, en resumen, es darle la vuelta a una tortilla que, al final, ha resultado no ser muy saludable.
Es una carretera que interactĂșa con los transeĂșntes: crea, con luces LED, pasos en las ubicaciones mĂĄs convenientes, de tamaño adaptado al nĂșmero de peatones presentes y actĂșa alertando y previniendo situaciones de riesgo. «La superficie parece una carretera convencional en lugar de una pantalla (es mate y antideslizante)», cuenta Usman Haque, de la empresa Umbrellium, pero esconde una estructura inteligente y autĂłnoma.
Usman apunta que, normalmente, cuando se habla de tecnologĂa siempre se aborda el tema de los coches, los vehĂculos autĂłnomos o los sistemas de luces de trĂĄfico. «Pero nosotros querĂamos crear una tecnologĂa de paso de peatones que pusiera a la gente en primer lugar y respondiera a sus necesidades», recuerda.
Foto: Direct Line
La tendencia a priorizar a los ciudadanos estĂĄ creciendo. El viraje se ha efectuado bajo amenaza. La contaminaciĂłn y el cambio climĂĄtico han obligado a las ciudades a replantearse la organizaciĂłn de la movilidad. Europa se mueve. Ciudades como ParĂs o Londres han aplicado estrategias para alejar a los vehĂculos del centro de las ciudades. Madrid, en la actualidad, planea la peatonalizaciĂłn casi total de la Gran VĂa. Ya no se trata de una reivindicaciĂłn de activistas ecologistas, sino de un deber que los gobiernos asumen, poco a poco, como propio.
Una carretera diferente para cada momento del dĂa
La carretera altera su configuraciĂłn a tiempo real. «A horas tempranas, cuando hay pocos peatones, el Starling Crossing puede aparecer solo cuando alguien se aproxima y guiarlo hacia la ubicaciĂłn de cruce que, con el tiempo, ha aprendido como mĂĄs segura», detalla Haque. MĂĄs tarde, en horas punta, al salir del trabajo, del cine o de los partidos de fĂștbol: «AutomĂĄticamente expande su anchura para acomodarse al creciente movimiento de personas».
Los creadores del Starling Crossing han estudiado las situaciones de mås riesgo de las ciudades. Los niños son los mås impredecibles. Por eso, explica Haque, «si un niño corre hacia la carretera inesperadamente, se crea una gran zona de amortiguamiento alrededor de ellos para hacer su trayectoria clara para los conductores o ciclistas que se acerquen».
La idea de los creadores es que estas superficies se instalen en las zonas donde las condiciones son mĂĄs cambiantes en cuanto a nĂșmero de personas o trayectorias. De momento, el proyecto se encuentra en marcha, pero, por sus implicaciones en la integridad de las personas, necesita someterse todavĂa a muchas pruebas de seguridad.
«Los cruces de peatones en Reino Unido fueron diseñados, en gran parte, desde la perspectiva del paso vehicular, pero la ciudad que conocemos hoy ha cambiado porque tenemos formas diferentes de interactuar entre nosotros y con el entorno», concluye Haque. La idea, en resumen, es darle la vuelta a una tortilla que, al final, ha resultado no ser muy saludable.
Hace dos dĂas vi un accidente, un coche se habĂa metido en una calle solo permitida a taxis y se habĂa saltado un ceda, provocando que un coche que circulaba bien impactara contra Ă©l. AsĂ que no se necesitan nuevas señales con luces LED y tonterĂas que supongan millones de euros para asfaltar unas pocas calles, si no conseguir que la gente se haga a la idea de que hay que respetar esas señales, sean pĂxeles o pintura en el suelo.
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