Polari, el lenguaje secreto del mundo gay

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En los años 90, el profesor Paul Baker empezó a escribir anuncios en la sección de contactos de varias revistas gays. Solo buscaba hablar. Literalmente. Buscaba a los antiguos hablantes del polari, un lenguaje extinto que se popularizó a mediados del siglo pasado en los bares gais de Inglaterra. Después de varias entrevistas y meses de investigación, Baker hizo un libro que recopilaba las palabras más usadas de esta jerga marginal. Un corto basado en este trabajo ha rescatado del olvido el polari y ha puesto el foco en un lenguaje que nació en los bajos fondos de Inglaterra y acabó muriendo de éxito. Esta es su historia.
En España los homosexuales «entendÃan». En EE UU se declaraban «amigos de Dorothy». Durante los años de miedo y represión ha habido muchas maneras sutiles de declarar la propia homosexualidad, pero ninguna tan rica y compleja como el polari, el lenguaje perdido de los homosexuales británicos.
Paul Baker, profesor de la universidad de Lancaster especializado en lenguaje y temas de género y sexualidad, ha contabilizado más de 500 palabras, aunque asegura que es «improbable que la mayorÃa de la gente conociera y usara tantas». Al tratarse de una jerga que surgió de forma espontánea y orgánica, el polari tenÃa unos 20 términos en su génesis, conocidos por todos los hablantes, y a partir de ahà variaba según la zona o los ambientes en los que se diera.
Incluso el propio nombre del lenguaje, polari (proveniente del italiano parlare: hablar) no fue unánime, y muchos lo conocÃan como ‘palari’, ‘palare’ o ‘parlaree’. Su origen es difuso, pero Baker lo sitúa en torno a los años 30 y habla de influencias como el ya citado italiano, el occitano, el francés, la lengua franca usada por las fuerzas aéreas americanas y el cant, una jerga usada por criminales.
Este mejunje lingüÃstico dio como resultado una jerga relativamente cohesionada que tenÃa su epicentro en el casco urbano de Londres. Puede que ahà estuviera su génesis y palabras como ‘Dilly’ (para referirse a la céntrica Plaza de Picadilly, frecuentada entonces por prostitutos) parecen confirmar esta teorÃa. Sin embargo, el polari se fue extendiendo por la Inglaterra urbana en la primera mitad del siglo XX, cuando la homosexualidad era un pecado que podÃa llevarte a la cárcel y era mejor camuflar en función del tipo de conversación. Pero, ¿cómo sonaba el polari? Exactamente asÃ.
Brian Fairbairn y Karl Eccleston, los autores del vÃdeo que precede estas lÃneas, leyeron el trabajo de Baker y decidieron resucitarlo para Putting on the dish, un corto rodado y titulado en polari (si quieres saber su significado echa un vistazo a nuestro minidiccionario polari-español, al final de este artÃculo).
La escena tiene lugar a principios de los 60, cuando ser homosexual en Inglaterra aún era ilegal. La conversación –ininteligible a menos que seas un homosexual inglés de unos 60 años– arranca con el libro que está leyendo uno de ellos, La Naranja Mecánica. Según ha explicado Eccleston, la elección de este libro «hace referencia a cómo se veÃa entonces la homosexualidad, como algo transgresor y pervertido [como lo fue en su momento La Naranja Mecánica] que se curaba con humillación pública y castración quÃmica [de forma similar a lo que le ocurre al protagonista del libro]».
Eccleston también resalta el hecho de que la novela de Anthony Burgess esté escrita en una jerga llamada neolenguaje (su edición en español está acompañada de un pequeño diccionario para hacer más comprensible la lectura). Putting on the dish se conforma asà como una complicada vuelta de tuerca, un corto que habla en polari sobre un libro para retratar la situación de los homosexuales en la Inglaterra de los años 60.
A pesar de lo crÃptico de su lenguaje, comentan Fairbairn y Eccleston que un usuario ha traducido el diálogo de su vÃdeo. «No tenemos ni idea de quién es, pero su traducción es básicamente perfecta», aseguran. «En general ha sido fascinante y muy gratificante ver aparecer estas traducciones en los comentarios, ver cómo la gente discutÃa sobre lo que decÃan nuestros personajes», comentan, reafirmándose en su idea de no poner subtÃtulos a su corto para que la gente lo percibiera «como algo ajeno» para que se pusieran en situación. «El polari es un lenguaje rico y divertido», comentan, «pero también dice mucho sobre el nivel de opresión histórica que existÃa entonces, y sobre cuánto hemos avanzado».
Estos dos cineastas se declaran encantados de «haber puesto el polari en el mapa» y sorprendidos del nivel de aceptación que ha tenido su corto. Su éxito parece derivar de la curiosidad por retratar una lengua marginal del pasado, aunque no es la primera vez que el polari se cuela en los hogares de las familias heterosexuales de bien, fue precisamente su sobreexposición la que acabó condenando esta jerga.
Era 1960 cuando la radio de la BBC decidió incluir dos nuevos personajes en su popular show Round the Horne. Julian y Sandy no fueron los primeros personajes homosexuales que retrató la radio. Tampoco se salieron de los estereotipos prefijados en aquella época. Pero fueron los primeros en utilizar el polari en antena, en un horario tan familiar como las tardes de los domingos. Aquello fue el principio del fin. Mientras palabras como ‘bona’ (bueno), ‘vada’ (mirar) o ‘blowjob’ (sÃ, exactamente eso que estás pensando) eran cada vez más conocidas por el público heterosexual, los homosexuales dejaron de usar el polari. Sucedió algo parecido a lo que habÃa pasado siglos atrás en Inglaterra, cuando el uso de un clavel verde dejó de ser un guiño secreto al público homosexual por haber sido expuesto en el libro The Green Carnation. Oscar Wilde fue de los últimos en enterarse, pues en su juicio por sodomÃa se usaron el clavel y el libro que desvelaba su significado como pruebas en su contra.
Con estos precedentes y la sodomÃa aún castigada por el código penal inglés, el polari empezó un declive que se agravarÃa aún más con la despenalización parcial de la homosexualidad en 1967 y la normalización de las cosas. Empezó esta jerga entonces un letargo del que aún no se ha despertado. Pero el que no se use no quiere decir que se tenga que olvidar. Gracias al trabajo de lingüistas como Baker y cineastas como Fairbairn y Eccleston esto está lejos de suceder. Por si las moscas dejamos para la posteridad este breve diccionario polari-español.
bevvy – bebida
bitch – marica mala
blow(job) – dar sexo oral
bona – bueno
camp – amanerado
cod – horrible
cottage – baños públicos donde se practica sexo ocasional
dish – ano/culo
dolly – bonito
drag – ropas estrafalarias
eek – cara
feely – joven
lally – pierna
lattie – casa
omi – hombre
omi-palone – hombre gay
palone – mujer
putting on- lubricar
riah – pelo
trade – hetero curioso
vada – mirar
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En los años 90, el profesor Paul Baker empezó a escribir anuncios en la sección de contactos de varias revistas gays. Solo buscaba hablar. Literalmente. Buscaba a los antiguos hablantes del polari, un lenguaje extinto que se popularizó a mediados del siglo pasado en los bares gais de Inglaterra. Después de varias entrevistas y meses de investigación, Baker hizo un libro que recopilaba las palabras más usadas de esta jerga marginal. Un corto basado en este trabajo ha rescatado del olvido el polari y ha puesto el foco en un lenguaje que nació en los bajos fondos de Inglaterra y acabó muriendo de éxito. Esta es su historia.
En España los homosexuales «entendÃan». En EE UU se declaraban «amigos de Dorothy». Durante los años de miedo y represión ha habido muchas maneras sutiles de declarar la propia homosexualidad, pero ninguna tan rica y compleja como el polari, el lenguaje perdido de los homosexuales británicos.
Paul Baker, profesor de la universidad de Lancaster especializado en lenguaje y temas de género y sexualidad, ha contabilizado más de 500 palabras, aunque asegura que es «improbable que la mayorÃa de la gente conociera y usara tantas». Al tratarse de una jerga que surgió de forma espontánea y orgánica, el polari tenÃa unos 20 términos en su génesis, conocidos por todos los hablantes, y a partir de ahà variaba según la zona o los ambientes en los que se diera.
Incluso el propio nombre del lenguaje, polari (proveniente del italiano parlare: hablar) no fue unánime, y muchos lo conocÃan como ‘palari’, ‘palare’ o ‘parlaree’. Su origen es difuso, pero Baker lo sitúa en torno a los años 30 y habla de influencias como el ya citado italiano, el occitano, el francés, la lengua franca usada por las fuerzas aéreas americanas y el cant, una jerga usada por criminales.
Este mejunje lingüÃstico dio como resultado una jerga relativamente cohesionada que tenÃa su epicentro en el casco urbano de Londres. Puede que ahà estuviera su génesis y palabras como ‘Dilly’ (para referirse a la céntrica Plaza de Picadilly, frecuentada entonces por prostitutos) parecen confirmar esta teorÃa. Sin embargo, el polari se fue extendiendo por la Inglaterra urbana en la primera mitad del siglo XX, cuando la homosexualidad era un pecado que podÃa llevarte a la cárcel y era mejor camuflar en función del tipo de conversación. Pero, ¿cómo sonaba el polari? Exactamente asÃ.
Brian Fairbairn y Karl Eccleston, los autores del vÃdeo que precede estas lÃneas, leyeron el trabajo de Baker y decidieron resucitarlo para Putting on the dish, un corto rodado y titulado en polari (si quieres saber su significado echa un vistazo a nuestro minidiccionario polari-español, al final de este artÃculo).
La escena tiene lugar a principios de los 60, cuando ser homosexual en Inglaterra aún era ilegal. La conversación –ininteligible a menos que seas un homosexual inglés de unos 60 años– arranca con el libro que está leyendo uno de ellos, La Naranja Mecánica. Según ha explicado Eccleston, la elección de este libro «hace referencia a cómo se veÃa entonces la homosexualidad, como algo transgresor y pervertido [como lo fue en su momento La Naranja Mecánica] que se curaba con humillación pública y castración quÃmica [de forma similar a lo que le ocurre al protagonista del libro]».
Eccleston también resalta el hecho de que la novela de Anthony Burgess esté escrita en una jerga llamada neolenguaje (su edición en español está acompañada de un pequeño diccionario para hacer más comprensible la lectura). Putting on the dish se conforma asà como una complicada vuelta de tuerca, un corto que habla en polari sobre un libro para retratar la situación de los homosexuales en la Inglaterra de los años 60.
A pesar de lo crÃptico de su lenguaje, comentan Fairbairn y Eccleston que un usuario ha traducido el diálogo de su vÃdeo. «No tenemos ni idea de quién es, pero su traducción es básicamente perfecta», aseguran. «En general ha sido fascinante y muy gratificante ver aparecer estas traducciones en los comentarios, ver cómo la gente discutÃa sobre lo que decÃan nuestros personajes», comentan, reafirmándose en su idea de no poner subtÃtulos a su corto para que la gente lo percibiera «como algo ajeno» para que se pusieran en situación. «El polari es un lenguaje rico y divertido», comentan, «pero también dice mucho sobre el nivel de opresión histórica que existÃa entonces, y sobre cuánto hemos avanzado».
Estos dos cineastas se declaran encantados de «haber puesto el polari en el mapa» y sorprendidos del nivel de aceptación que ha tenido su corto. Su éxito parece derivar de la curiosidad por retratar una lengua marginal del pasado, aunque no es la primera vez que el polari se cuela en los hogares de las familias heterosexuales de bien, fue precisamente su sobreexposición la que acabó condenando esta jerga.
Era 1960 cuando la radio de la BBC decidió incluir dos nuevos personajes en su popular show Round the Horne. Julian y Sandy no fueron los primeros personajes homosexuales que retrató la radio. Tampoco se salieron de los estereotipos prefijados en aquella época. Pero fueron los primeros en utilizar el polari en antena, en un horario tan familiar como las tardes de los domingos. Aquello fue el principio del fin. Mientras palabras como ‘bona’ (bueno), ‘vada’ (mirar) o ‘blowjob’ (sÃ, exactamente eso que estás pensando) eran cada vez más conocidas por el público heterosexual, los homosexuales dejaron de usar el polari. Sucedió algo parecido a lo que habÃa pasado siglos atrás en Inglaterra, cuando el uso de un clavel verde dejó de ser un guiño secreto al público homosexual por haber sido expuesto en el libro The Green Carnation. Oscar Wilde fue de los últimos en enterarse, pues en su juicio por sodomÃa se usaron el clavel y el libro que desvelaba su significado como pruebas en su contra.
Con estos precedentes y la sodomÃa aún castigada por el código penal inglés, el polari empezó un declive que se agravarÃa aún más con la despenalización parcial de la homosexualidad en 1967 y la normalización de las cosas. Empezó esta jerga entonces un letargo del que aún no se ha despertado. Pero el que no se use no quiere decir que se tenga que olvidar. Gracias al trabajo de lingüistas como Baker y cineastas como Fairbairn y Eccleston esto está lejos de suceder. Por si las moscas dejamos para la posteridad este breve diccionario polari-español.
bevvy – bebida
bitch – marica mala
blow(job) – dar sexo oral
bona – bueno
camp – amanerado
cod – horrible
cottage – baños públicos donde se practica sexo ocasional
dish – ano/culo
dolly – bonito
drag – ropas estrafalarias
eek – cara
feely – joven
lally – pierna
lattie – casa
omi – hombre
omi-palone – hombre gay
palone – mujer
putting on- lubricar
riah – pelo
trade – hetero curioso
vada – mirar
Hola !!!
Me ha encantado el artÃculo. Precisamente ahora estamos trabajando en la ampliación de nuestro diccionario gay inglés y hay muchas referencias al Polari (por ejemplo, el posible origen del argot “fruit” que en Polari significaba “Queen” y que con posterioridad se utilizó para llamar a los homosexuales). Hasta ahora yo no relacionaba el Polari tan exclusivamente con la homosexualidad de la época, sino de una forma más amplia con los “bajos fondos”. Es un tema muy parecido al de la jerga griega Kaliarnta, que según donde busques se relaciona de forma más o menos concreta con la homosexualidad. Es un tema muy interesante, porque las palabras funcionan como los fósiles, nos hablan de las sociedades en las que se originan y de las gentes que las utilizan, de esta forma podemos conocer mucho mejor cómo la humanidad se ha ido relacionando con el comportamiento homosexual y en general con la diversidad sexual. Saludos 🙂
Que buen artÃculo. No conocÃa sobre estos trabajos y análisis del discurso y me fascina porque, en mis ratos libres, veo las pelÃculas en esos códigos, a ver si los usan o no, si han cambiado, y ya me dan ganas de retomar esa tarea en el cine lgbt, con estos nuevos aportes. Interesante tema gracias por compartirlo.
Bevvy -No es Parlari. Es Scouse, la jerga de Liverpool. Quiere decir bebida. Viene de Beverage.
Blowjob. no es Parlari. Es Jerga EE.UU.
Parlari sigue vivo. muy vivo.
Si sabeis lo que quiere decir lo siguiente –
CREAM PIE
VANILA
FACIAL
FLIP-FLOP
RIM / RIMMING
Yo podrÃa explicar exactamente a lo que se refiere muchos términos. Tarabaje en el Cine/ tele/ Teatro en Londres en los 60. Se oye Parlari cada dÃa. Muchas palabras han ya entrado en uso general, como
GAY
WANK
CAMP
DRAG
estas formas de comunicación oculta siguen mas que vivas hoy en dÃa.
hay la Jerga ¨Fumata¨y ¨farlopera¨. solo son 2 mundillos apartados del Corriente general. En cada Pais hay ¨guetos´lingüÃsticos. un buen ejemplo es el hablar ¨rasta¨o Jamaicano que sigue vivo en Inglaterra.
ejemplo ¨Ãm a gran she ouse fe light up de chalice¨
quiere decir
¨ he has gone to her house to smoke a bong¨
El se ha ido a la casa de ella fumar la cachimba.
Me encantan las jergas !!
Esperaba que mencionaran el tema que le dedica morrissey al palare o el tÃtulo del disco al menos que está en palare también, se los dejo de tarea.
Quiero agradecer a todos los enamorados amantes como ustedes qué nos acerca del conocimiento de lo que ignoramos desde siempre. Besos y abrazos a todos. Augurios. El Habib Choukri.
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