Cuidando a la cantera de votantes: los polĂticos se lanzan a por Snapchat

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Siempre se repetĂa la misma secuencia: a unas semanas de las elecciones de turno, el candidato o candidata abrĂa, invitado por un medio de comunicaciĂłn, un pequeño blog en el que ofrecer su mercancĂa. En tĂ©rminos generales era un buen negocio para ambas partes: el periĂłdico de marras se llevaba una buena firma en exclusiva y el polĂtico se las daba de moderno por hacer un diario de campaña online que casi siempre redactaba su equipo. El dĂa despuĂ©s de las elecciones esa página quedaba ahĂ, congelada en el tiempo, para siempre. Una vez conseguido (o no) el objetivo, la herramienta ya no interesaba.
Entonces eran pocos los que realmente tenĂan un blog propio y lo actualizaban de forma más o menos constante y, sobre todo, personal. Con el tiempo la tendencia fue cambiando y más lĂderes se abrieron a las nuevas tecnologĂas. Primero fueron las webs oficiales, en algunos casos las agendas y, finalmente, las redes sociales. Abundan los casos de polĂticos que cerraron sus cuentas tras meter la pata o sufrir las iras de otros usuarios, pero tambiĂ©n la de candidatos que tienen abierta una vĂa de comunicaciĂłn con los potenciales votantes. En los mejores casos, esas vĂas ni son unidireccionales ni se ciñen exclusivamente a la campaña electoral.
Como en muchas cuestiones, EEUU ha tomado la delantera en esto y, de forma cada vez más frecuente los candidatos intentan pescar en nichos concretos a los que sólo se accede usando herramientas muy concretas.
«La segmentaciĂłn electoral es algo usual en campañas», dice el politĂłlogo Xavier Peytibi, que ha escrito al respecto. «Se busca dar el mensaje idĂłneo a las personas -o nichos- idĂłneos. Y ninguna relaciĂłn polĂtica es tan buena como la que se consigue cuando sabes quĂ© le importa a tu interlocutor». El problema es que tanto esos nichos como sus herramientas se renuevan constantemente: hoy muy pocos mantienen un blog, y las redes sociales tradicionales empiezan a quedarse pequeñas.
SegĂşn datos de PewResearch, la llamada generaciĂłn ‘millennial’ ya es la principal fuerza laboral en EEUU. Y esa generaciĂłn, segĂşn datos recogidos por Statista, no usa los mismos canales que se usaban hasta ahora para estar en contacto con el mundo: las redes sociales son su ventana al mundo, y ni siquiera todas. Entre las principales en EEUU ni siquiera aparecen Pinterest, Tumblr, WhatsApp, LinkedIn ni Tinder
Si hay tres redes que dominan al resto son Snapchat, usada por el 72% de los jóvenes estadounidenses en la actualidad, Facebook e Instagram, que se quedan con el 68% y el 66% respectivamente. A mucha distancia le sigue Twitter, que se queda con el 36%.
«Snapchat es seguramente la Ăşnica red social donde la diferencia generacional es tan elevada: es usada casi en su totalidad por jĂłvenes de 13 a 34 años, es la aplicaciĂłn nĂşmero 1 en el tramo de edad de 14 a 24 años y alcanza al 41% de la poblaciĂłn de 18 a 34 años de edad en EEUU», explica Peytibi citando datos de Nielsen. «Mientras, las quince principales cadenas de televisiĂłn del paĂs alcanzan sĂłlo al 6% de las personas en el mismo grupo de edad», compara
Es comĂşn que las campañas polĂticas se planteen buscando ‘nichos’ concretos, ya sean territorios ya sean edades o colectivos sociales determinados en los que se buscan determinados votos: allĂ donde el voto está asegurado, o donde nunca se conseguirá, no vale la pena ir a hacer campaña. Y con esos mimbres cobra sentido cestas tan segmentadas como es la que ofrece Snapchat.
Junto a Antoni GutiĂ©rrez-RubĂ, Peytibi ha publicado un ebook analizando precisamente un fenĂłmeno emergente como es el uso de Snapchat en polĂtica (descarga gratuita). «Puede ser un uso utilitarista en lo que se refiere a campaña polĂtica, pero tiene una segunda implicaciĂłn, y es que los contenidos son diferentes -donde prima lo visual y lo creativo, el humor…- a las informaciones tradicionales en comunicaciĂłn polĂtica. No se trata sĂłlo de difundir, sino tambiĂ©n de entretener», sostiene Peytibi.
La cuestiĂłn es si el polĂtico actual está preparado para adecuarse. GutiĂ©rrez-RubĂ lo ve complicado, pero no imposible: «Tampoco era sencillo que se adaptaran a Twitter o Facebook, o al uso constante del vĂdeo como comunicaciĂłn polĂtica, y los vĂdeos cortos, nativos, son ahora una de las principales herramientas de difusiĂłn», afirma. De nuevo no es tanto el candidato como su equipo el que tiene que estar en contacto con estas ventanas que dan acceso a esos nichos, y adecuar el mensaje para que funcione. «Es el equipo del candidato el que debe asegurarse que lo entiende, o que entiende al menos la importancia de esta red entre los más jĂłvenes. Si el pĂşblico joven es un objetivo prioritario en la campaña, deberĂa entenderlo (el polĂtico) y preparar contenidos para su uso (el equipo)», afirma.
En el ebook recogen ejemplos. Los hay malos, como la forma en que Nicolas Sarkozy abrió una cuenta para, a través de ella, remitir únicamente a su página de Facebook. Pero también los hay buenos, como el caso del presidente argentino Mauricio Macri, que compartió toda la preparación para la visita de Obama a través de Snapchat de una forma cercana y efectiva.
«Snapchat, por su tipologĂa de contenidos, es una excelente herramienta de humanizaciĂłn del candidato, como lo está siendo, a menudo, Instagram, y Mauricio Macri es el principal exponente», explica GutiĂ©rrez-RubĂ. «Se pueden mostrar más divertidos, enseñar el ‘backstage’ de su vida polĂtica, en ocasiones a su familia, con quiĂ©n se encuentran y con quiĂ©n hablan, gente normal… de eso se trata. Son vĂdeos informales, espontáneos… o que son percibidos de este modo».
La pregunta no es si todo esto es aplicable a España, sino cuándo llegará. AquĂ la pirámide poblacional es algo distinta, para empezar: la gran mayorĂa de la poblaciĂłn tiene más de 40 años, y la franja de edad elevada es muy alta.
Y eso se traduce mucho en a quién vota cada cuál: es en la franja más elevada de edad donde se concentra el voto al PP, el partido mayoritario, al menos según las estimaciones del CIS
En 5 gráficos: el CIS evidencia la brecha entre votantes de nuevos y viejos partidos https://t.co/stvAO0tEnU pic.twitter.com/cdhMQ13zkb
— Kiko Llaneras (@kikollan) 8 de mayo de 2016
Con ese esquema poblacional, las redes sociales han ido copando importancia en la actividad polĂtica, aunque es cierto que el nicho joven tiene menos peso que en paĂses como EEUU. AsĂ las cosas, cada partido, en funciĂłn de su votante potencial y sus propias caracterĂsticas, maneja unas u otras plataformas de forma más o menos efectiva.
Preguntado al respecto, Peytibi tira de algunas ‘tradicionales’ y de otras más innovadoras para las distintas fuerzas. «MantendrĂa Facebook en todos los partidos», asegura. «Es donde está la gente, independientemente de si son más o menos activos en polĂtica. Se trata de una red transversal generacionalmente, donde ya hay mucha gente mayor tambiĂ©n. En campaña, además, permite una segmentaciĂłn muy Ăştil para publicidad polĂtica y para enviar e impactar en determinados nichos con mensajes determinados».
Sigue siendo, por tanto, la reina, pero ya no está sola. «Respecto al resto de redes, Podemos deberĂa seguir con Telegram para mover a sus activistas, igual que el PSOE mueve a los suyos especialmente por WhatsApp. Ambas herramientas son básicas. TambiĂ©n el PP hace lo mismo», señala.
En las formaciones más nuevas, Peytibi incide en Telegram y Twitter por cĂłmo las usan. «Por lo que respecta a Podemos, destacan en su capacidad de generar buenos activistas, organizarlos, y de hacerlo rápidamente, con mucha difusiĂłn y una capacidad increĂble para generar acciones de la nada. Para Ciudadanos mantendrĂa Twitter: sus respuestas rápidas en esta red la hacen indispensable. Son muy buenos, creativos, innovadores y divertidos. Responden rápido y con buenos contenidos a cualquier campaña que les hagan y aprovechan cualquier cosa a su favor», argumenta.
Asà las cosas, por aquà de momento Snapchat hay poco, aunque llegará, quizá para los siguientes comicios. Aunque igual para entonces ya hay otra red social del momento, quién sabe.
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Foto portada: Pinterest Talented People Inc
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Siempre se repetĂa la misma secuencia: a unas semanas de las elecciones de turno, el candidato o candidata abrĂa, invitado por un medio de comunicaciĂłn, un pequeño blog en el que ofrecer su mercancĂa. En tĂ©rminos generales era un buen negocio para ambas partes: el periĂłdico de marras se llevaba una buena firma en exclusiva y el polĂtico se las daba de moderno por hacer un diario de campaña online que casi siempre redactaba su equipo. El dĂa despuĂ©s de las elecciones esa página quedaba ahĂ, congelada en el tiempo, para siempre. Una vez conseguido (o no) el objetivo, la herramienta ya no interesaba.
Entonces eran pocos los que realmente tenĂan un blog propio y lo actualizaban de forma más o menos constante y, sobre todo, personal. Con el tiempo la tendencia fue cambiando y más lĂderes se abrieron a las nuevas tecnologĂas. Primero fueron las webs oficiales, en algunos casos las agendas y, finalmente, las redes sociales. Abundan los casos de polĂticos que cerraron sus cuentas tras meter la pata o sufrir las iras de otros usuarios, pero tambiĂ©n la de candidatos que tienen abierta una vĂa de comunicaciĂłn con los potenciales votantes. En los mejores casos, esas vĂas ni son unidireccionales ni se ciñen exclusivamente a la campaña electoral.
Como en muchas cuestiones, EEUU ha tomado la delantera en esto y, de forma cada vez más frecuente los candidatos intentan pescar en nichos concretos a los que sólo se accede usando herramientas muy concretas.
«La segmentaciĂłn electoral es algo usual en campañas», dice el politĂłlogo Xavier Peytibi, que ha escrito al respecto. «Se busca dar el mensaje idĂłneo a las personas -o nichos- idĂłneos. Y ninguna relaciĂłn polĂtica es tan buena como la que se consigue cuando sabes quĂ© le importa a tu interlocutor». El problema es que tanto esos nichos como sus herramientas se renuevan constantemente: hoy muy pocos mantienen un blog, y las redes sociales tradicionales empiezan a quedarse pequeñas.
SegĂşn datos de PewResearch, la llamada generaciĂłn ‘millennial’ ya es la principal fuerza laboral en EEUU. Y esa generaciĂłn, segĂşn datos recogidos por Statista, no usa los mismos canales que se usaban hasta ahora para estar en contacto con el mundo: las redes sociales son su ventana al mundo, y ni siquiera todas. Entre las principales en EEUU ni siquiera aparecen Pinterest, Tumblr, WhatsApp, LinkedIn ni Tinder
Si hay tres redes que dominan al resto son Snapchat, usada por el 72% de los jóvenes estadounidenses en la actualidad, Facebook e Instagram, que se quedan con el 68% y el 66% respectivamente. A mucha distancia le sigue Twitter, que se queda con el 36%.
«Snapchat es seguramente la Ăşnica red social donde la diferencia generacional es tan elevada: es usada casi en su totalidad por jĂłvenes de 13 a 34 años, es la aplicaciĂłn nĂşmero 1 en el tramo de edad de 14 a 24 años y alcanza al 41% de la poblaciĂłn de 18 a 34 años de edad en EEUU», explica Peytibi citando datos de Nielsen. «Mientras, las quince principales cadenas de televisiĂłn del paĂs alcanzan sĂłlo al 6% de las personas en el mismo grupo de edad», compara
Es comĂşn que las campañas polĂticas se planteen buscando ‘nichos’ concretos, ya sean territorios ya sean edades o colectivos sociales determinados en los que se buscan determinados votos: allĂ donde el voto está asegurado, o donde nunca se conseguirá, no vale la pena ir a hacer campaña. Y con esos mimbres cobra sentido cestas tan segmentadas como es la que ofrece Snapchat.
Junto a Antoni GutiĂ©rrez-RubĂ, Peytibi ha publicado un ebook analizando precisamente un fenĂłmeno emergente como es el uso de Snapchat en polĂtica (descarga gratuita). «Puede ser un uso utilitarista en lo que se refiere a campaña polĂtica, pero tiene una segunda implicaciĂłn, y es que los contenidos son diferentes -donde prima lo visual y lo creativo, el humor…- a las informaciones tradicionales en comunicaciĂłn polĂtica. No se trata sĂłlo de difundir, sino tambiĂ©n de entretener», sostiene Peytibi.
La cuestiĂłn es si el polĂtico actual está preparado para adecuarse. GutiĂ©rrez-RubĂ lo ve complicado, pero no imposible: «Tampoco era sencillo que se adaptaran a Twitter o Facebook, o al uso constante del vĂdeo como comunicaciĂłn polĂtica, y los vĂdeos cortos, nativos, son ahora una de las principales herramientas de difusiĂłn», afirma. De nuevo no es tanto el candidato como su equipo el que tiene que estar en contacto con estas ventanas que dan acceso a esos nichos, y adecuar el mensaje para que funcione. «Es el equipo del candidato el que debe asegurarse que lo entiende, o que entiende al menos la importancia de esta red entre los más jĂłvenes. Si el pĂşblico joven es un objetivo prioritario en la campaña, deberĂa entenderlo (el polĂtico) y preparar contenidos para su uso (el equipo)», afirma.
En el ebook recogen ejemplos. Los hay malos, como la forma en que Nicolas Sarkozy abrió una cuenta para, a través de ella, remitir únicamente a su página de Facebook. Pero también los hay buenos, como el caso del presidente argentino Mauricio Macri, que compartió toda la preparación para la visita de Obama a través de Snapchat de una forma cercana y efectiva.
«Snapchat, por su tipologĂa de contenidos, es una excelente herramienta de humanizaciĂłn del candidato, como lo está siendo, a menudo, Instagram, y Mauricio Macri es el principal exponente», explica GutiĂ©rrez-RubĂ. «Se pueden mostrar más divertidos, enseñar el ‘backstage’ de su vida polĂtica, en ocasiones a su familia, con quiĂ©n se encuentran y con quiĂ©n hablan, gente normal… de eso se trata. Son vĂdeos informales, espontáneos… o que son percibidos de este modo».
La pregunta no es si todo esto es aplicable a España, sino cuándo llegará. AquĂ la pirámide poblacional es algo distinta, para empezar: la gran mayorĂa de la poblaciĂłn tiene más de 40 años, y la franja de edad elevada es muy alta.
Y eso se traduce mucho en a quién vota cada cuál: es en la franja más elevada de edad donde se concentra el voto al PP, el partido mayoritario, al menos según las estimaciones del CIS
En 5 gráficos: el CIS evidencia la brecha entre votantes de nuevos y viejos partidos https://t.co/stvAO0tEnU pic.twitter.com/cdhMQ13zkb
— Kiko Llaneras (@kikollan) 8 de mayo de 2016
Con ese esquema poblacional, las redes sociales han ido copando importancia en la actividad polĂtica, aunque es cierto que el nicho joven tiene menos peso que en paĂses como EEUU. AsĂ las cosas, cada partido, en funciĂłn de su votante potencial y sus propias caracterĂsticas, maneja unas u otras plataformas de forma más o menos efectiva.
Preguntado al respecto, Peytibi tira de algunas ‘tradicionales’ y de otras más innovadoras para las distintas fuerzas. «MantendrĂa Facebook en todos los partidos», asegura. «Es donde está la gente, independientemente de si son más o menos activos en polĂtica. Se trata de una red transversal generacionalmente, donde ya hay mucha gente mayor tambiĂ©n. En campaña, además, permite una segmentaciĂłn muy Ăştil para publicidad polĂtica y para enviar e impactar en determinados nichos con mensajes determinados».
Sigue siendo, por tanto, la reina, pero ya no está sola. «Respecto al resto de redes, Podemos deberĂa seguir con Telegram para mover a sus activistas, igual que el PSOE mueve a los suyos especialmente por WhatsApp. Ambas herramientas son básicas. TambiĂ©n el PP hace lo mismo», señala.
En las formaciones más nuevas, Peytibi incide en Telegram y Twitter por cĂłmo las usan. «Por lo que respecta a Podemos, destacan en su capacidad de generar buenos activistas, organizarlos, y de hacerlo rápidamente, con mucha difusiĂłn y una capacidad increĂble para generar acciones de la nada. Para Ciudadanos mantendrĂa Twitter: sus respuestas rápidas en esta red la hacen indispensable. Son muy buenos, creativos, innovadores y divertidos. Responden rápido y con buenos contenidos a cualquier campaña que les hagan y aprovechan cualquier cosa a su favor», argumenta.
Asà las cosas, por aquà de momento Snapchat hay poco, aunque llegará, quizá para los siguientes comicios. Aunque igual para entonces ya hay otra red social del momento, quién sabe.
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Foto portada: Pinterest Talented People Inc
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