Empresas como Equinox o Hula Fit han sofisticado la actividad deportiva con una mezcla de espiritualidad y comunitarismo trascendental que les permite proponer unos precios criminales y que se los paguen con mueca de agradecimiento.
El gimnasio Barry’s Bootcamp ofrece cintas de correr contiguas para que corras al lado de tus clientes o contactos que mezcla disciplina militar con el ambiente de una discoteca. Como recoge CMD Sport, la responsable de prensa de la compañÃa, Vicky Land, «si se consigue un entrenamiento divertido junto a un cliente, es mucho más eficiente laboralmente que divagar en una comida de negocios».
Foto: Barry’s Bootcamp
Brooklyn Boulders Somerville prefirió, directamente, crear unos espacios de trabajo y reunión dentro de un rocódromo. Sus responsables contaron el proyecto a Fast Company: «Escalar atrae a los inversores de capital riesgo, artistas y programadores. Es un deporte muy cerebral».
El precio crece de manera proporcional a la extravagancia de las propuestas. La empresa Hula Fit vende un paquete que en un solo dÃa te titula como monitor de entrenamiento con hula hop. Un dÃa de entrenamiento, un aro y dos camisetas por 286 euros.
El boom de esta reinvención del deporte se propaga por las calles de la capital británica. Conscientes de la fiebre, el Consell de Ibiza acudió a la World Travel Market con el proyecto Ibiza es Wellness para promocionar la isla como destino del culto al cuerpo. Los organizadores lo tenÃan claro: el mercado londinense es uno de los más propensos a estas ofertas.
Según The Guardian, el mercado del entrenamiento de lujo está creciendo en suelo británico. Los llaman gimnasios boutique. La cabecera inglesa habló con Pip Black, cofundador de Framer. Black argumentó que tanto la suya como otras firmas de lujo tienen algo de lo que los gimnasios pedestres carecen: la comunidad. No obstante, los gimnasios han servido siempre para hacer amigos: cientos de grupos de whatsapp lo atestiguan. «Nuestros miembros son conocidos como framers y se identifican increÃblemente bien con los valores de nuestra marca», remataba Black.
Como el mercado del fitness se va masificando, la competencia aprieta y los deportes y actividades, en consecuencia, van retorciendo sus nombres y sus rutinas. Desde hace un tiempo, triunfa el barre method: una mezcla bien medida de ballet, pilates y yoga. Traducido al subconsciente del consumidor contemporáneo, es decir, al que dice esto que hago de mi imagen, se trata de un cóctel de fortaleza, arte y espiritualidad. Tres en uno. El objetivo de este ejercicio es, por descontado, «encontrar un balance entre cuerpo y mente».
Empresas como Equinox o Hula Fit han sofisticado la actividad deportiva con una mezcla de espiritualidad y comunitarismo trascendental que les permite proponer unos precios criminales y que se los paguen con mueca de agradecimiento.
El gimnasio Barry’s Bootcamp ofrece cintas de correr contiguas para que corras al lado de tus clientes o contactos que mezcla disciplina militar con el ambiente de una discoteca. Como recoge CMD Sport, la responsable de prensa de la compañÃa, Vicky Land, «si se consigue un entrenamiento divertido junto a un cliente, es mucho más eficiente laboralmente que divagar en una comida de negocios».
Foto: Barry’s Bootcamp
Brooklyn Boulders Somerville prefirió, directamente, crear unos espacios de trabajo y reunión dentro de un rocódromo. Sus responsables contaron el proyecto a Fast Company: «Escalar atrae a los inversores de capital riesgo, artistas y programadores. Es un deporte muy cerebral».
El precio crece de manera proporcional a la extravagancia de las propuestas. La empresa Hula Fit vende un paquete que en un solo dÃa te titula como monitor de entrenamiento con hula hop. Un dÃa de entrenamiento, un aro y dos camisetas por 286 euros.
El boom de esta reinvención del deporte se propaga por las calles de la capital británica. Conscientes de la fiebre, el Consell de Ibiza acudió a la World Travel Market con el proyecto Ibiza es Wellness para promocionar la isla como destino del culto al cuerpo. Los organizadores lo tenÃan claro: el mercado londinense es uno de los más propensos a estas ofertas.
Según The Guardian, el mercado del entrenamiento de lujo está creciendo en suelo británico. Los llaman gimnasios boutique. La cabecera inglesa habló con Pip Black, cofundador de Framer. Black argumentó que tanto la suya como otras firmas de lujo tienen algo de lo que los gimnasios pedestres carecen: la comunidad. No obstante, los gimnasios han servido siempre para hacer amigos: cientos de grupos de whatsapp lo atestiguan. «Nuestros miembros son conocidos como framers y se identifican increÃblemente bien con los valores de nuestra marca», remataba Black.
Como el mercado del fitness se va masificando, la competencia aprieta y los deportes y actividades, en consecuencia, van retorciendo sus nombres y sus rutinas. Desde hace un tiempo, triunfa el barre method: una mezcla bien medida de ballet, pilates y yoga. Traducido al subconsciente del consumidor contemporáneo, es decir, al que dice esto que hago de mi imagen, se trata de un cóctel de fortaleza, arte y espiritualidad. Tres en uno. El objetivo de este ejercicio es, por descontado, «encontrar un balance entre cuerpo y mente».