Se creÃa tan importante que consideraba que su presencia era indispensable en todo lugar. Por esta razón, aparecÃa en todo evento aunque no hubiera sido invitada. Le gustaba lucirse, ser contemplada, que hablaran de ella. Y el efecto era mayor cuando se presentaba por sorpresa en la gala benéfica que el Sindicato de Actores celebraba todos los años a favor de los artistas en riesgo de exclusión social. Nadie se atrevÃa a expulsarla porque la imagen de dos gorilas sacando del lugar a empujones a aquella elegante intrusa serÃa infinitamente peor que dejarla aparecer en las fotos del acontecimiento.
Sin embargo, todo cambió cuando se destituyó al anterior presidente del Sindicato de Actores y se nombró a uno nuevo, más rÃgido con las normas y menos preocupado por el impacto mediático. Cuando ella apareció sin más y sin invitación a la gala de aquel año, los gorilas de la puerta le impidieron el paso.
«No se puede acceder sin invitación», le dijeron secamente. Gritó, se despeinó, rogó…, pero no fue capaz de conseguir que aquellos dos gigantes le franquearan el paso. Mientras, desde su mesa engalanada, el presidente del sindicato miraba implacable y satisfecho la escena que las cámaras de seguridad enviaban a su smartphone, sin ningún atisbo de piedad.
Los intrusos no pueden ser nunca bienvenidos. Y eso es lo que les pasa a ciertas preposiciones que se nos cuelan en expresiones como *mirar de arriba a abajo o *hacer algo de gratis. La segunda nos chirrÃa un poco más. La primera… quien no la haya colado alguna vez es que no es humano.
La preposición «a» no es recomendable en de arriba abajo o de abajo arriba. Sin embargo, estas expresiones sà aceptan la compañÃa de otras preposiciones como «hacia», «hasta», etc. Asà que recordad: frases como *Lleva este sobre a arriba o *Le miró de abajo a arriba no son muy correctas.
Tampoco podemos usar complementos con «de» con estos dos adverbios. *El diccionario está arriba de la estanterÃa o *La temperatura está por abajo de cero grados no son frases correctas. En su lugar, debemos usar «encima» o «debajo» respectivamente: El diccionario está encima de la estanterÃa o La temperatura está por debajo de cero grados .
Y siguiendo con el tema de los intrusos, tampoco es bienvenida a la fiesta la expresión *de gratis, que nace del cruce entre gratis y de balde. Estas dos últimas sà que podrÃan servir para sustituir a la errónea. Nadie *trabaja de gratis, pero lamentablemente sà hay muchos que lo hacen gratis o de balde. Recordad la actitud del presidente del sindicato. Sin invitación no pueden pasar. Y no están invitadas.
¿Se pueden explicar las normas ortográficas, la gramática o esas dificultades que a veces muestra el léxico como si fueran un cuento? La respuesta a la pregunta es sÃ.
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No estoy de acuerdo con el artÃculo. La lengua es algo vivo y que evoluciona. Ambas expresiones están en corriente uso. Más consecuente es pensar que las preposiciones usadas han ampliado su espectro semántico. No hay que sentirse tan sujetos a la norma académica. La mayor parte del tiempo lo único que interesa en la vida es transmitir un mensaje y que lo que implica el comunicador sea correctamente inferido por el comunicado.
Comparte contigo el hecho de que la lengua evoluciona y al final se trata de comunicarnos, pero aun asÃ, creo que sà debemos seguir ciertas normas, porque si no cada uno hablarÃa y ecribirÃa como le diera la gana y acabrÃamos sin entendernos. A mi me chirrÃan los oÃdos cuando esucho, por ejemplo, asines o haiga. Además, si empezamos a transformar la lengua al paso que vamos, los extranjeros si que no van a poder entedernos jajaja
Estoy de acuerdo contigo en que la lengua es algo vivo, que evoluciona, pero de ahà a aceptar cualquier ocurrencia o incorrección alegremente hay un buen trecho.
“El lenguaje es un instrumento, no una ley“, decÃa en algún libro (creo que) Pessoa. Pero creo que se referÃa más a creatividad que a pereza a la hora de elaborar.
Pues yo si estoy de acuerdo, la tendecÃa del vale todo nos invade. Es cierto que lo que importa es transmitir el mensaje, pero esta afirmación solo me parece aceptable en el terreno de las relaciones de tú a tú. En una conferencia, en un libro, en un artÃculo etc. esta afirmación tan categórica pierde sentido.
El hecho de que se oiga por los altavoces del supermercado “señor Pedro acuda a caja” o “voy a Lugo de viernes y vuelvo de lunes”, no quiere decir que este bien dicho, a mà personlamente me taladra el oÃdo.
Por último, que el “comunicando” reciba correctamente el mensaje no depende desgraciadamente, del correcto uso de nuestra grámatica. Las relaciones humanas serÃan entonces, demasiado fáciles.
Estoy de acuerdo con Esme y con Rosa Paredes: vale, la lengua es algo vivo y evoluciona, pero también debe hacerlo según unas normas para que el mensaje siga siendo comprensible para todos. La RAE ha abandonado el tono imperativo y ahora “recomienda” ciertos usos. Cada hablante es libre de seguirlos o no, pero lo cierto es que esas recomendaciones embellecen y asientan nuestra lengua. Tú decides si quieres hablar y escribir bonito y claro, o no. Los usos que describo en el artÃculo ahora mismo son incorrectos. Dentro de unos años, si los hablantes mayoritariamente acaban adoptándolos como buenos, seguramente la “norma” cambie. O puede que no, que sigan considerándose incorrectos en la lengua culta y que la gramática los mencione porque se usan, pero te remita a la forma correcta. Es lo mismo que ha pasado con ‘murciégalo’ y ‘cocreta’ en el Diccionario. Están, sÃ, pero te remiten a las formas correctas ‘murciélago’ y ‘croqueta’.
En cualquier caso, es un debate interesante el que planteas, Beatriz Bustos. Muchas gracias por tu aportación.
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