«Deja para mañana lo que tengas que hacer hoy» podrÃa ser el lema de los procrastinadores, esas personas que siempre encuentran la manera de retrasar todo aquello que deben resolver, sea este un asunto laboral, recoger a los niños del colegio o llamar a los bomberos cuando ese pequeño fuego, originado en la cocina y que ha alcanzado las cortinas del salón, amenaza con extenderse a las viviendas colindantes.
Sin embargo, en el caso de los procrastinadores (y procrastinadoras) extremos, lo de posponer las responsabilidades llega a lÃmites insostenibles que les acaban generando problemas emocionales y conflictos con las personas de su entorno.
Tanto es asà que la doctora en psicologÃa Ellen Hendriksen ha clasificado a este tipo de personas en tres grupos diferentes para, una vez determinadas las razones de su comportamiento, establecer unas pautas para modificar esos hábitos.
En ocasiones, este tipo de perfiles no sufren con la procrastinación, sino todo lo contrario. Son personas que trabajan mejor bajo presión y que, para obtener buenos resultados, necesitan dejarlo todo para última hora. En este caso, como no hay malestar, el problema no es tan grave.
Los vagos.
Son los que procrastinan porque, conscientemente, no quieren hacer otra cosa. Eso provoca ciertos conflictos con su entorno cercano, que puede optar por enfrentarse al gandul y pedirle que haga aquello que no quiere hacer, o resolver ellos mismos aquellas tareas pendientes, con lo que no hacen más que ratificar la actitud y perpetuar la situación.
A pesar de esos diferentes perfiles, la doctora Hendriksen propone varios consejos para acabar con la procrastinación, que son aplicables a todos ellos.
Elimina las distracciones.
¿No paras de consultar el móvil? ¿Instagram te impide concentrarte? ¿Te levantas con frecuencia a la cocina a picotear? Si es asÃ, no lo dudes: desconecta el móvil, cierra Instagram y ve a trabajar a una oficina o una biblioteca que no tenga cafeterÃa. Al evitar esas rutinas y distracciones, será más sencillo abordar las tareas pendientes y acabarlas satisfactoriamente.
«Deja para mañana lo que tengas que hacer hoy» podrÃa ser el lema de los procrastinadores, esas personas que siempre encuentran la manera de retrasar todo aquello que deben resolver, sea este un asunto laboral, recoger a los niños del colegio o llamar a los bomberos cuando ese pequeño fuego, originado en la cocina y que ha alcanzado las cortinas del salón, amenaza con extenderse a las viviendas colindantes.
Sin embargo, en el caso de los procrastinadores (y procrastinadoras) extremos, lo de posponer las responsabilidades llega a lÃmites insostenibles que les acaban generando problemas emocionales y conflictos con las personas de su entorno.
Tanto es asà que la doctora en psicologÃa Ellen Hendriksen ha clasificado a este tipo de personas en tres grupos diferentes para, una vez determinadas las razones de su comportamiento, establecer unas pautas para modificar esos hábitos.
En ocasiones, este tipo de perfiles no sufren con la procrastinación, sino todo lo contrario. Son personas que trabajan mejor bajo presión y que, para obtener buenos resultados, necesitan dejarlo todo para última hora. En este caso, como no hay malestar, el problema no es tan grave.
Los vagos.
Son los que procrastinan porque, conscientemente, no quieren hacer otra cosa. Eso provoca ciertos conflictos con su entorno cercano, que puede optar por enfrentarse al gandul y pedirle que haga aquello que no quiere hacer, o resolver ellos mismos aquellas tareas pendientes, con lo que no hacen más que ratificar la actitud y perpetuar la situación.
A pesar de esos diferentes perfiles, la doctora Hendriksen propone varios consejos para acabar con la procrastinación, que son aplicables a todos ellos.
Elimina las distracciones.
¿No paras de consultar el móvil? ¿Instagram te impide concentrarte? ¿Te levantas con frecuencia a la cocina a picotear? Si es asÃ, no lo dudes: desconecta el móvil, cierra Instagram y ve a trabajar a una oficina o una biblioteca que no tenga cafeterÃa. Al evitar esas rutinas y distracciones, será más sencillo abordar las tareas pendientes y acabarlas satisfactoriamente.
“procastinar ” o la nueva version neoliberal del ” eres pobre porque tu tienes TODA la culpa” …?…
Los genios , procastinan mucho mucho mucho…y otras veces
trabajan mas mas mas…
Prefeiro seguir si puedo el camino de mi corazon sin temor
Muy correcto
Pero como puedes culpar el neoliberalismo. Esto no tiene nada que ver aquÃ. Es muy facÃl entender que sin organizar el trabajo no se conseguirá un exito. Te aconsejo antes de todo, trabajar con agendas o con herramientas ágiles como kanbantool.com/es y dejar de culpar las idealogÃas ajenas.
“procastinar ” o la nueva version neoliberal del ” eres pobre porque tu tienes TODA la culpa” …?…
Los genios , procastinan mucho mucho mucho…y otras veces
trabajan mas mas mas…
Prefeiro seguir si puedo el camino de mi corazon sin temor
Muy correcto
Pero como puedes culpar el neoliberalismo. Esto no tiene nada que ver aquÃ. Es muy facÃl entender que sin organizar el trabajo no se conseguirá un exito. Te aconsejo antes de todo, trabajar con agendas o con herramientas ágiles como kanbantool.com/es y dejar de culpar las idealogÃas ajenas.
Deja de procrastyinar y bébete una cerveza de museo! https://newster.info/en-este-museo-puedes-ver-6-000-tipos-de-cervezas/
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