Las cosechas de uva y la producción de vino se suceden todas las temporadas. Cada una de ellas estĆ” separada por un punto y aparte, nunca por un punto y final. Por esa razón, la bodega La Vinyeta decidió ponerle Puntiapart a uno de sus vinos. Para diseƱar su etiqueta recurrieron a Senyor Estudi, que volcó esa idea de ciclo sinfĆn en un zoótropo animado que no se acaba nunca.
Respetando esos conceptos, se decidió que el diseƱo de cada etiqueta fuera diferente y no guardase relación ente sĆ. En el de Heus destacan diferentes tipos de asteriscos, en Llavors los protagonistas son fondos sacados de periódicos y Puntiapart incluye unas ilustraciones que conforman una pequeƱa pieza cinematogrĆ”fica.
Ā«BuscĆ”bamos la forma de contar esa historia sinfĆn, pues la creación de vinos de la bodega no terminaba aquĆ. Es sólo el final de una lĆnea. La solución la encontramos en los antiguos zoótropos y aprovechamos de la forma cilĆndrica de la botella para convertirla en un zoótropo real, en el que se podĆa animar sus secuencias rotando la botellaĀ», comenta LluĆs Serra.
«Josep Maria Joan Rosa, el propietario del museo, quiso adaptar las secuencias de las etiquetas para montarlas en uno de sus zoótropos», explica Serra. «Tuvimos que rehacerlas para que el fondo fuera blanco, pero el resultado fue sorprendente».
Las cosechas de uva y la producción de vino se suceden todas las temporadas. Cada una de ellas estĆ” separada por un punto y aparte, nunca por un punto y final. Por esa razón, la bodega La Vinyeta decidió ponerle Puntiapart a uno de sus vinos. Para diseƱar su etiqueta recurrieron a Senyor Estudi, que volcó esa idea de ciclo sinfĆn en un zoótropo animado que no se acaba nunca.
Respetando esos conceptos, se decidió que el diseƱo de cada etiqueta fuera diferente y no guardase relación ente sĆ. En el de Heus destacan diferentes tipos de asteriscos, en Llavors los protagonistas son fondos sacados de periódicos y Puntiapart incluye unas ilustraciones que conforman una pequeƱa pieza cinematogrĆ”fica.
Ā«BuscĆ”bamos la forma de contar esa historia sinfĆn, pues la creación de vinos de la bodega no terminaba aquĆ. Es sólo el final de una lĆnea. La solución la encontramos en los antiguos zoótropos y aprovechamos de la forma cilĆndrica de la botella para convertirla en un zoótropo real, en el que se podĆa animar sus secuencias rotando la botellaĀ», comenta LluĆs Serra.
«Josep Maria Joan Rosa, el propietario del museo, quiso adaptar las secuencias de las etiquetas para montarlas en uno de sus zoótropos», explica Serra. «Tuvimos que rehacerlas para que el fondo fuera blanco, pero el resultado fue sorprendente».
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