El vicio redhibitorio u oculto (en inglĆ©s, Ā«inherent viceĀ») es un tĆ©rmino legal referido a los defectos que tiene algo que compramos y que estĆ”n ocultos en el momento de la transacción. La existencia de estos defectos da al comprador la posibilidad de reclamar en los treinta dĆas posteriores a la adquisición del bien. No ocurre asĆ en la vida privada, en la que casi siempre tenemos que apechugar con las consecuencias inherentes al hecho de que, en un primer momento, el ser humano tienda a hacer visibles solo sus virtudes.
Ese sugerente tĆ©rmino titula la novela de Thomas Pynchon que ha adaptado al cine el director nominado al OscarĀ® Paul Thomas Anderson y que se distribuirĆ” en EspaƱa con el tĆtulo de Puro vicio.
Seguramente cuando el detective Doc Sportello se enamoró de su ex, la seductora femme fatal Shasta, no vio la que se le avecinaba, al igual queĀ el inocente comprador que adquiere una casa para poco despuĆ©s descubrir algĆŗn defecto grave en su estructura. Shasta recurre a Doc, encarnado por Joaquin Phoenix, para pedirle que le ayude a encontrar a su nuevo amante, un magnate inmobiliario que, en un alarde de buen karma (motivado por el Ć”cido), ha decidido dar un vuelco a su vida y devolver todos los bienes que habĆa estafado. O quizĆ” fue Shasta la que no se esperaba la carga asociada al magnate en tal Ć©poca de excesos: su mujer y el amante de esta, que parecen tener algo que ver con la desaparición. Una cadena de intereses con sus correspondientes consecuencias que es el pan de todas las vidas pero, sobre todo, de aquellas cuyos pilares son la paranoia y el deseo.
La historia salta entre la comedia (su elenco incluye roqueros, surfistas, drogadictos y detectives, entre otros) y la tragedia sin escrĆŗpulos, con estructura de novela negra clĆ”sica. Aunque poco tiene de negra la psicodĆ©lica Los Ćngeles de finales de los aƱos 60, que colorea sin mesura escenarios, vestuarios y atrezzo para dar vida a una historia de mentiras, pasiones y puro vicio que engancha como suelen hacerlo los secretos y los golpes de acción. AcompaƱan a Phoenix en el reparto Josh Brolin, Owen Wilson, Katherine Waterston, Reese Whiterspoon, Benicio del Toro, Jena Malone, Maya Rudolph y Martin Short.
Y para muestra de esta psicodelia sesentera, unos cuantos botones en formato gif:




El vicio redhibitorio u oculto (en inglĆ©s, Ā«inherent viceĀ») es un tĆ©rmino legal referido a los defectos que tiene algo que compramos y que estĆ”n ocultos en el momento de la transacción. La existencia de estos defectos da al comprador la posibilidad de reclamar en los treinta dĆas posteriores a la adquisición del bien. No ocurre asĆ en la vida privada, en la que casi siempre tenemos que apechugar con las consecuencias inherentes al hecho de que, en un primer momento, el ser humano tienda a hacer visibles solo sus virtudes.
Ese sugerente tĆ©rmino titula la novela de Thomas Pynchon que ha adaptado al cine el director nominado al OscarĀ® Paul Thomas Anderson y que se distribuirĆ” en EspaƱa con el tĆtulo de Puro vicio.
Seguramente cuando el detective Doc Sportello se enamoró de su ex, la seductora femme fatal Shasta, no vio la que se le avecinaba, al igual queĀ el inocente comprador que adquiere una casa para poco despuĆ©s descubrir algĆŗn defecto grave en su estructura. Shasta recurre a Doc, encarnado por Joaquin Phoenix, para pedirle que le ayude a encontrar a su nuevo amante, un magnate inmobiliario que, en un alarde de buen karma (motivado por el Ć”cido), ha decidido dar un vuelco a su vida y devolver todos los bienes que habĆa estafado. O quizĆ” fue Shasta la que no se esperaba la carga asociada al magnate en tal Ć©poca de excesos: su mujer y el amante de esta, que parecen tener algo que ver con la desaparición. Una cadena de intereses con sus correspondientes consecuencias que es el pan de todas las vidas pero, sobre todo, de aquellas cuyos pilares son la paranoia y el deseo.
La historia salta entre la comedia (su elenco incluye roqueros, surfistas, drogadictos y detectives, entre otros) y la tragedia sin escrĆŗpulos, con estructura de novela negra clĆ”sica. Aunque poco tiene de negra la psicodĆ©lica Los Ćngeles de finales de los aƱos 60, que colorea sin mesura escenarios, vestuarios y atrezzo para dar vida a una historia de mentiras, pasiones y puro vicio que engancha como suelen hacerlo los secretos y los golpes de acción. AcompaƱan a Phoenix en el reparto Josh Brolin, Owen Wilson, Katherine Waterston, Reese Whiterspoon, Benicio del Toro, Jena Malone, Maya Rudolph y Martin Short.
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