El 24 de febrero de 2022, el mundo amaneciĂ³ o se acostĂ³ con una noticia terrible. Rusia acababa de atacar Ucrania desde varios puntos fronterizos, en un intento de invasiĂ³n que desde el Kremlin se tildaba de «desnazificaciĂ³n». Aquel movimiento sacudiĂ³ a Europa y generĂ³ un dominĂ³ de decisiones sĂºbitas. Llegaron las sanciones, el envĂo de armas, la ayuda a millones de refugiados y el temblor por una amenaza global. Las alarmas sonaban desde hacĂa tiempo, pero muchos las oĂan como un simulacro. Hasta que la realidad impuso este timbre dramĂ¡tico.
Putin cometiĂ³ un error de cĂ¡lculo tremendo. El putinismo muriĂ³ en el instante en que los tanques cruzaron la linde para lo que en Rusia siguen catalogando como «estrategia militar»
AĂºn vemos, indica, a un hombre que quiere permanecer en el poder, que recluta mĂ¡s soldados de repente, que celebra elecciones para anexionar ciudades asediadas o que estĂ¡ tratando de «ganar a base de no perder». «Lo que creo que es ha cometido un error de cĂ¡lculo tremendo», cavila, agregando que Putin nunca imaginĂ³ la determinaciĂ³n del pueblo ucraniano, la reacciĂ³n del resto del mundo, la movilizaciĂ³n de sus ciudadanos. El putinismo, incide, muriĂ³ en el instante en que los tanques cruzaron la linde para lo que en Rusia siguen catalogando como «estrategia militar».
El autor enlaza el chascarrillo con la «excusa» de atribuir la existencia de nazis para ocupar Ucrania: «Es como un Gran Hermano, y lo pintan como liberar a la primera provincia eslava, la Rus de Kiev, mientras que ensanchan sus fronteras como hicieron en otras latitudes», explica.
De todos modos, advierte, es simplista tratar a Rusia como imperialista. ¿Acaso no lo han sido Reino Unido, India o China?, se pregunta el especialista. Acepta que estamos como en una mĂ¡quina del tiempo. Que el paĂs se estĂ¡ desgarrando y hay quien se posiciona firmemente en contra del mando absoluto de Putin, pero quien cree en la necesidad de un sistema firme para sostenerlo.
Galeotti vira hacia el siglo XIX y las presiones que aguantĂ³ NicolĂ¡s II antes de la RevoluciĂ³n para justificar al lĂder actual. AdemĂ¡s, repasa, con el poder de Lenin y luego de Stalin, con la Segunda Guerra Mundial y los gulags, el pueblo dejĂ³ de verse como una fuerza marxista o un experimento comunista y se alzĂ³ como una aldea global.
«PodrĂa pensarse en vĂas alternativas mediante las cuales Rusia podrĂa establecerse como una gran potencia del siglo XXI: todavĂa tiene fortalezas tecnolĂ³gicas, una enorme influencia y capital humano. Pero a la hora de la verdad, creo que Putin es un geopolĂtico del siglo XIX. NapoleĂ³n o Bismarck se reconocerĂan en lo que estĂ¡ haciendo y lo considerarĂan bastante normal. Siente que necesita demostrar su poder y ratificarlo de una manera que nadie pueda confundirlo. Y eso se traduce en capacidad militar, en el miedo que le tengan, no en dinamismo econĂ³mico o flexibilidad para negociar», añade.
La conquista de Ucrania, de hecho, es el paroxismo de este declive. Su «estupidez y torpeza» no convence ni a los nacionalistas, ni a los liberales, ni siquiera a los oligarcas
¿Un final inminente? Galeotti prefiere no arriesgarse. La historia del paĂs y los devaneos de su lĂder empujan a la prudencia. Cree, no obstante, que la derrota de Putin ya es un hecho. Y que los ucranianos han vencido simplemente por hacerles retroceder en varios frentes.
«La guerra ha sido un error garrafal. Y no creo que haya paz antes de que acabe el invierno. SeguirĂ¡ un escenario como de Guerra FrĂa y, quizĂ¡s, acabe con Rusia abandonando y quedĂ¡ndose con Crimea. Algo que no satisface del todo a Occidente ni a Ucrania, pero que se verĂa en MoscĂº como una derrota y podrĂa causar la caĂda del gobierno», zanja.
El 24 de febrero de 2022, el mundo amaneciĂ³ o se acostĂ³ con una noticia terrible. Rusia acababa de atacar Ucrania desde varios puntos fronterizos, en un intento de invasiĂ³n que desde el Kremlin se tildaba de «desnazificaciĂ³n». Aquel movimiento sacudiĂ³ a Europa y generĂ³ un dominĂ³ de decisiones sĂºbitas. Llegaron las sanciones, el envĂo de armas, la ayuda a millones de refugiados y el temblor por una amenaza global. Las alarmas sonaban desde hacĂa tiempo, pero muchos las oĂan como un simulacro. Hasta que la realidad impuso este timbre dramĂ¡tico.
Putin cometiĂ³ un error de cĂ¡lculo tremendo. El putinismo muriĂ³ en el instante en que los tanques cruzaron la linde para lo que en Rusia siguen catalogando como «estrategia militar»
AĂºn vemos, indica, a un hombre que quiere permanecer en el poder, que recluta mĂ¡s soldados de repente, que celebra elecciones para anexionar ciudades asediadas o que estĂ¡ tratando de «ganar a base de no perder». «Lo que creo que es ha cometido un error de cĂ¡lculo tremendo», cavila, agregando que Putin nunca imaginĂ³ la determinaciĂ³n del pueblo ucraniano, la reacciĂ³n del resto del mundo, la movilizaciĂ³n de sus ciudadanos. El putinismo, incide, muriĂ³ en el instante en que los tanques cruzaron la linde para lo que en Rusia siguen catalogando como «estrategia militar».
AĂºn vemos, indica, a un hombre que quiere permanecer en el poder, que recluta mĂ¡s soldados de repente, que celebra elecciones para anexionar ciudades asediadas o que estĂ¡ tratando de «ganar a base de no perder». «Lo que creo que es ha cometido un error de cĂ¡lculo tremendo», cavila, agregando que Putin nunca imaginĂ³ la determinaciĂ³n del pueblo ucraniano, la reacciĂ³n del resto del mundo, la movilizaciĂ³n de sus ciudadanos. El putinismo, incide, muriĂ³ en el instante en que los tanques cruzaron la linde para lo que en Rusia siguen catalogando como «estrategia militar».
El autor enlaza el chascarrillo con la «excusa» de atribuir la existencia de nazis para ocupar Ucrania: «Es como un Gran Hermano, y lo pintan como liberar a la primera provincia eslava, la Rus de Kiev, mientras que ensanchan sus fronteras como hicieron en otras latitudes», explica.
De todos modos, advierte, es simplista tratar a Rusia como imperialista. ¿Acaso no lo han sido Reino Unido, India o China?, se pregunta el especialista. Acepta que estamos como en una mĂ¡quina del tiempo. Que el paĂs se estĂ¡ desgarrando y hay quien se posiciona firmemente en contra del mando absoluto de Putin, pero quien cree en la necesidad de un sistema firme para sostenerlo.
Galeotti vira hacia el siglo XIX y las presiones que aguantĂ³ NicolĂ¡s II antes de la RevoluciĂ³n para justificar al lĂder actual. AdemĂ¡s, repasa, con el poder de Lenin y luego de Stalin, con la Segunda Guerra Mundial y los gulags, el pueblo dejĂ³ de verse como una fuerza marxista o un experimento comunista y se alzĂ³ como una aldea global.
«PodrĂa pensarse en vĂas alternativas mediante las cuales Rusia podrĂa establecerse como una gran potencia del siglo XXI: todavĂa tiene fortalezas tecnolĂ³gicas, una enorme influencia y capital humano. Pero a la hora de la verdad, creo que Putin es un geopolĂtico del siglo XIX. NapoleĂ³n o Bismarck se reconocerĂan en lo que estĂ¡ haciendo y lo considerarĂan bastante normal. Siente que necesita demostrar su poder y ratificarlo de una manera que nadie pueda confundirlo. Y eso se traduce en capacidad militar, en el miedo que le tengan, no en dinamismo econĂ³mico o flexibilidad para negociar», añade.
La conquista de Ucrania, de hecho, es el paroxismo de este declive. Su «estupidez y torpeza» no convence ni a los nacionalistas, ni a los liberales, ni siquiera a los oligarcas
¿Un final inminente? Galeotti prefiere no arriesgarse. La historia del paĂs y los devaneos de su lĂder empujan a la prudencia. Cree, no obstante, que la derrota de Putin ya es un hecho. Y que los ucranianos han vencido simplemente por hacerles retroceder en varios frentes.
«La guerra ha sido un error garrafal. Y no creo que haya paz antes de que acabe el invierno. SeguirĂ¡ un escenario como de Guerra FrĂa y, quizĂ¡s, acabe con Rusia abandonando y quedĂ¡ndose con Crimea. Algo que no satisface del todo a Occidente ni a Ucrania, pero que se verĂa en MoscĂº como una derrota y podrĂa causar la caĂda del gobierno», zanja.
¿Y por quĂ© Mark Galeotti no habla de los hechos de Maidan de 2014, de la intervenciĂ³n de los Usa en la caĂda del gobierno ucraniano de entonces, del atlantismo de los gobiernos europeos siervos de los americanos, del “Fuck Ue” de la Nuland, de la ley deZelensky que echa de la Rada los partidos de la ooposiciĂ³n, del alto grado de corrupciĂ³n de su gobierno, del batallĂ³n Azov filo-nazi, etc.?
Comentarios cerrados.