23 de diciembre 2015    /   CINE/TV
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Las escaleras en el cine

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Escaleras…

ESCALERAS TEXTO

La escalera es un objeto con una fuerte carga simbólica. Hay escenas que pueden transcurrir lo mismo en la cocina que en el dormitorio, en el saloncito que en el baño, en el pasillo que en el dormitorio… Sin embargo, las escenas de escaleras no tendrían la misma fuerza sin las escaleras.

¿Podría haberse filmado la escena de Gloria Swanson/Norma Desmond en un pasillo ancho o un jardín? Quizá, pero hubiera perdido fuerza visual y simbólica. El descenso por la escalera significa literalmente caer en la locura. También es una metáfora de cómo la inaccesible diva del cine mudo cae en problemas mundanos: por delante le espera un juicio y la prensa amarilla. El crepúsculo de los dioses es un acertado título-spoiler para Sunset Boulevard. Un título quizá sugerido al exhibidor por el descenso de la escalera. No es la primera vez ni será la última que Billy Wilder concede importancia simbólica a una escalera.

Barbara Stanwyck aparece por primera vez en Perdición (Double Indemnity) arriba en la escalera —Barbara es controladora— con la boca tapada por la barandilla —Barbara es mentirosa—. Aquí también está la idea de que EL MAL está arriba en la escalera.

Fruta prohibida en Perdición

El siguiente plano de Stanwyck, más cerrado, muestra a Barbara como una fruta prohibida. No nos extraña que Fred MacMurray se ponga tonto.

Que arriba está la tentación o lo prohibido o lo inaccesible para el hombre común es una idea que a Wilder remarca en su filmografía.

El Rodríguez de Wilder se queda prendado de la cara bonita y dulzura de la vecinita cuando la ve entrando por la puerta. Pero su deseo por ella nace cuando la ve subir por la escalera. Una escalera que une lo mundano (el trabajo, la esposa, los niños) con la fantasía.

Son muestras de cómo Wilder emplea las escaleras con distintos significados según los contextos: arriba está el mal o la fantasía o lo inaccesible. Ejemplos de fórmulas aceptadas y presentes en miles de películas (bajo estas líneas, un vídeo con cien).

ARRIBA, AL FINAL DE LA ESCALERA están los creadores de monstruos, los monstruos, los tronos y los despachos de los villanos, los vendedores de productos y sustancias prohibidas; los hombres que controlan a sus esposas y a los vecinos; las madres controladoras… Y cuando los protagonistas suben o los malos bajan sentimos miedo.

ARRIBA, AL FINAL DE LA ESCALERA están las estrellas de los musicales, los amantes, la casa del árbol, el cielo…

En cualquier caso, lo que está arriba está en un plano superior. Este código nace con el cine mudo, que alcanzó la perfección explotando los elementos visuales para hacer comprensibles y emocionantes las historias: las expresiones, las manos, los objetos… Entre estos las escaleras.

Escaleras en el cine mudo

Los primeros en usar las escaleras para algo más que para subir y bajar fueron los cómicos. Los Chaplin, Keaton, Lloyd… supieron hacer reir con escaleras que perdían los peldaños, escaleras por las que se bajaba y subía en bucle, escaleras que acababan en el vacío…

Escaleras en el cine expresionista 2

El cine expresionista alemán utilizó las escaleras para sugerir opresión, desvarío mental, miedo (cosa que Tim Burton recrea una y otra vez).

Aunque sin duda las escaleras más conocidas del cine mudo son las de El acorazado Potemkin (1925), que inspiró la secuencia de las escaleras de Los intocables, que acabó en la parodia de Agárralo como puedas 33 y ⅓ (The Naked Gun 33⅓), como puede verse en siguiente vídeo.

En Los intocables hay otra escena de escalera apenas comentada y que demuestra que Brian de Palma (heredero de Hitchcock según dice él mismo) conoce la importancia de las escaleras:

Costner/Ness viene de la calle; de Niro/Capone baja por las escaleras —como una estrella, sí— rodeado por su troupe de matones seguro de sí mismo: se come el mundo. Pero atención, cuando Costner se encara a Capone este comienza a perder la calma: cuanto más baja (más se aleja de su torre de marfil) más vulnerable se vuelve, al menos, a las palabras. Aquí de Palma utiliza una idea clásica del cine de suspense o cine negro (que vimos hablando de Perdición): arriba en la escalera está el mal.

Que el mal está arriba es una idea que el cine de terror ha llegado a convertir en un cliché. En concreto el subgénero de la casa gótica:

Podemos quejarnos, pero este cliché funciona: queremos saber qué hay tras una puerta cerrada. Nuestro interés crece cuando el personaje sube una escalera. Tal y como si nos adentráramos en un bosque, nos sentimos como el protagonista: cada vez más envueltos, a medida que sus pies avanzan un peldaño y sus ojos descubren un trozo de espacio nuevo. La ascensión hasta una puerta secreta es una herencia del cine clásico de suspense del que Hitchcock es el referente.

El director inglés empleó las escaleras de manera tan elegante como obsesiva. Hitchcock se curtió en el cine mudo y empleó recursos propios del cine expresionista alemán (de manera muy evidente en el sueño cuyos decorados diseña Dalí en Recuerda).

Hitchcock muestra a mujeres que temen subir a donde los maridos guardan sus secretos. Al final de las escaleras de Hitchcock están los locos con sus obsesiones, las mentiras, las siluetas de tipos que te miran o no (pero que inquietan), los asesinos… Siguiendo este simbolismo resulta lógico y satisfactorio que Encadenados concluya con Cary Grant bajando las escaleras de la mansión nazi arropando a Ingrid Bergman.

Hitchcock no usa tiros ni puñetazos y sin embargo satisface al público porque Grant aleja a Bergman del terror. Un final en apariencia tan sencillo como bajar una escalera.

No dudamos que las escenas sin escaleras no serían las mismas escenas. Cuando Rocky llega arriba, sabemos que se ha superado a sí mismo (aún desconocemos el resultado del combate); una pelota que cae de un trastero no es lo mismo que una pelota que recorre un pasillo: cada tap-tap-tap intenta sincronizar nuestro latido a un estado de pánico; los sueños con escaleras lógicas no son sueños…

——-

Imágenes de escaleras de película (casi cada día una) en Stairs in movies

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Escaleras…

ESCALERAS TEXTO

La escalera es un objeto con una fuerte carga simbólica. Hay escenas que pueden transcurrir lo mismo en la cocina que en el dormitorio, en el saloncito que en el baño, en el pasillo que en el dormitorio… Sin embargo, las escenas de escaleras no tendrían la misma fuerza sin las escaleras.

¿Podría haberse filmado la escena de Gloria Swanson/Norma Desmond en un pasillo ancho o un jardín? Quizá, pero hubiera perdido fuerza visual y simbólica. El descenso por la escalera significa literalmente caer en la locura. También es una metáfora de cómo la inaccesible diva del cine mudo cae en problemas mundanos: por delante le espera un juicio y la prensa amarilla. El crepúsculo de los dioses es un acertado título-spoiler para Sunset Boulevard. Un título quizá sugerido al exhibidor por el descenso de la escalera. No es la primera vez ni será la última que Billy Wilder concede importancia simbólica a una escalera.

Barbara Stanwyck aparece por primera vez en Perdición (Double Indemnity) arriba en la escalera —Barbara es controladora— con la boca tapada por la barandilla —Barbara es mentirosa—. Aquí también está la idea de que EL MAL está arriba en la escalera.

Fruta prohibida en Perdición

El siguiente plano de Stanwyck, más cerrado, muestra a Barbara como una fruta prohibida. No nos extraña que Fred MacMurray se ponga tonto.

Que arriba está la tentación o lo prohibido o lo inaccesible para el hombre común es una idea que a Wilder remarca en su filmografía.

El Rodríguez de Wilder se queda prendado de la cara bonita y dulzura de la vecinita cuando la ve entrando por la puerta. Pero su deseo por ella nace cuando la ve subir por la escalera. Una escalera que une lo mundano (el trabajo, la esposa, los niños) con la fantasía.

Son muestras de cómo Wilder emplea las escaleras con distintos significados según los contextos: arriba está el mal o la fantasía o lo inaccesible. Ejemplos de fórmulas aceptadas y presentes en miles de películas (bajo estas líneas, un vídeo con cien).

ARRIBA, AL FINAL DE LA ESCALERA están los creadores de monstruos, los monstruos, los tronos y los despachos de los villanos, los vendedores de productos y sustancias prohibidas; los hombres que controlan a sus esposas y a los vecinos; las madres controladoras… Y cuando los protagonistas suben o los malos bajan sentimos miedo.

ARRIBA, AL FINAL DE LA ESCALERA están las estrellas de los musicales, los amantes, la casa del árbol, el cielo…

En cualquier caso, lo que está arriba está en un plano superior. Este código nace con el cine mudo, que alcanzó la perfección explotando los elementos visuales para hacer comprensibles y emocionantes las historias: las expresiones, las manos, los objetos… Entre estos las escaleras.

Escaleras en el cine mudo

Los primeros en usar las escaleras para algo más que para subir y bajar fueron los cómicos. Los Chaplin, Keaton, Lloyd… supieron hacer reir con escaleras que perdían los peldaños, escaleras por las que se bajaba y subía en bucle, escaleras que acababan en el vacío…

Escaleras en el cine expresionista 2

El cine expresionista alemán utilizó las escaleras para sugerir opresión, desvarío mental, miedo (cosa que Tim Burton recrea una y otra vez).

Aunque sin duda las escaleras más conocidas del cine mudo son las de El acorazado Potemkin (1925), que inspiró la secuencia de las escaleras de Los intocables, que acabó en la parodia de Agárralo como puedas 33 y ⅓ (The Naked Gun 33⅓), como puede verse en siguiente vídeo.

En Los intocables hay otra escena de escalera apenas comentada y que demuestra que Brian de Palma (heredero de Hitchcock según dice él mismo) conoce la importancia de las escaleras:

Costner/Ness viene de la calle; de Niro/Capone baja por las escaleras —como una estrella, sí— rodeado por su troupe de matones seguro de sí mismo: se come el mundo. Pero atención, cuando Costner se encara a Capone este comienza a perder la calma: cuanto más baja (más se aleja de su torre de marfil) más vulnerable se vuelve, al menos, a las palabras. Aquí de Palma utiliza una idea clásica del cine de suspense o cine negro (que vimos hablando de Perdición): arriba en la escalera está el mal.

Que el mal está arriba es una idea que el cine de terror ha llegado a convertir en un cliché. En concreto el subgénero de la casa gótica:

Podemos quejarnos, pero este cliché funciona: queremos saber qué hay tras una puerta cerrada. Nuestro interés crece cuando el personaje sube una escalera. Tal y como si nos adentráramos en un bosque, nos sentimos como el protagonista: cada vez más envueltos, a medida que sus pies avanzan un peldaño y sus ojos descubren un trozo de espacio nuevo. La ascensión hasta una puerta secreta es una herencia del cine clásico de suspense del que Hitchcock es el referente.

El director inglés empleó las escaleras de manera tan elegante como obsesiva. Hitchcock se curtió en el cine mudo y empleó recursos propios del cine expresionista alemán (de manera muy evidente en el sueño cuyos decorados diseña Dalí en Recuerda).

Hitchcock muestra a mujeres que temen subir a donde los maridos guardan sus secretos. Al final de las escaleras de Hitchcock están los locos con sus obsesiones, las mentiras, las siluetas de tipos que te miran o no (pero que inquietan), los asesinos… Siguiendo este simbolismo resulta lógico y satisfactorio que Encadenados concluya con Cary Grant bajando las escaleras de la mansión nazi arropando a Ingrid Bergman.

Hitchcock no usa tiros ni puñetazos y sin embargo satisface al público porque Grant aleja a Bergman del terror. Un final en apariencia tan sencillo como bajar una escalera.

No dudamos que las escenas sin escaleras no serían las mismas escenas. Cuando Rocky llega arriba, sabemos que se ha superado a sí mismo (aún desconocemos el resultado del combate); una pelota que cae de un trastero no es lo mismo que una pelota que recorre un pasillo: cada tap-tap-tap intenta sincronizar nuestro latido a un estado de pánico; los sueños con escaleras lógicas no son sueños…

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Imágenes de escaleras de película (casi cada día una) en Stairs in movies

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Opiniones 3
  • Javi se te ha olvidado Angela Channing cayendo por las escaleras en Falcon Crest!!! Eso es un clásico y por supuesto Escarlata!!

    ¿Te he contado que siempre me visualizo el día que consiga salir de mi curro en el los libros de colores bajando la escalera del edificio con un vestido con mucho vuelo y diciendo “A Dios pongo por testigo que jamás volveré a esta ciudad?

    🙂 Por otro lado soy una gran caedora.

    • ¡Tienes razón, Ana! Lo de Ángela Channing ha sido un lapsus, pero lo de Escarlata es imperdonable. Esa escalera por la que Escarlata desciende niña enamoradiza y luego sube dominada en brazos de Gable.

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