No hay luz al entrar a la sala. Todo estĂ¡ oscuro, tremendamente oscuro. Es la señal para que los sentidos que no utilizamos habitualmente entren en juego. Crujen levemente los pasos en el parquet. Das un paso hacia el interior esperando que algo suceda en la oscuridad. Se oye una ligera mĂºsica. Y entonces, como por arte de magia, una vitrina se ilumina. Empieza el viaje…
Rasgos intangibles es una de las exposiciones que se enmarcan en el programa del Madrid Design Festival, del que Yorokobu es medio colaborador. Organizada por Mazda y SACo, la AsociaciĂ³n Española de ArtesanĂa ContemporĂ¡nea, la muestra propone un diĂ¡logo entre las piezas expuestas, sus creadores y el espectador a travĂ©s de un viaje experiencial desde el color, la forma y los materiales.



AquĂ no se viene solo a mirar; varios cĂ³digos QR invitan al visitante a escuchar la voz de los artesanos que han creado las piezas exhibidas.
Telas, sombreros, jarrones de hilo, lĂ¡mparas, cerĂ¡mica, cajas, bandejas… dejan de lado, por un momento, su sentido prĂ¡ctico para convertirse en objetos de arte que juegan con la luz y las sombras y con el sonido.


«Un espacio multisensorial rodeado de artesanĂa, diseño y sostenibilidad», describe el lugar Victoria de Pereda, la comisaria de la exposiciĂ³n. «Lugar en donde las creaciones duermen imperceptibles y es nuestro recorrido como visitantes el que las despierta invitĂ¡ndonos a dialogar y a sentir con cada obra expuesta».



La muestra, que estarĂ¡ expuesta en el Palacio de Santa BĂ¡rbara de Madrid hasta el prĂ³ximo 18 de febrero, se complementa con la escultura creada por el Institue for Material Design (IMD) de la Universidad de Arte y Diseño de Offenbach y Mazda Motor Corporation. Se trata de una instalaciĂ³n interactiva que reinterpreta la filosofĂa del diseño japonĂ©s y su concepto del Ma (hueco, espacio y pausa en japonĂ©s, y que hace referencia al tiempo y a los espacios intermedios) desde una perspectiva europea.

