15 de abril 2013    /   BUSINESS
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Recetas urbanas para diseƱar tu ciudad

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Cualquier individuo tiene capacidad para cambiar su barrio, su ciudad y no solo los endiosados arquitectos que se creen poseedores de la verdad. Lo dijo Santiago Cirugeda, el arquitecto mÔs subversivo de España, en la décima edición del Día C, donde habló de cómo sus proyectos urbanos estÔn ayudando a hacer mÔs llevadera la complicada vida social actual.
La clave estĆ” en las leyes. ā€œAprender un poco de legislación es fundamental para poder sortear las trabas de las administraciones pĆŗblicasā€. Lo dice porque una de sus tareas fundamentales se centra en la bĆŗsqueda de vacĆ­os legales. ā€œY sin una ley en la mano nadie te puede decir que una obra es ilegalā€, explica Cirugeda.
En realidad, esa bĆŗsqueda de vacĆ­os legales es una consecuencia de la falta de entendimiento y ausencia de aportación de las administraciones. ā€œTodos los proyectos que hemos intentado negociar con los polĆ­ticos han fracasado y solo han fructificado aquellos en los que no hemos contado con la Administraciónā€, dice el arquitecto, ā€œy eso ocurre; unas veces, porque no les da la gana colaborar, y otras, por desconocimiento total. Los tĆ©cnicos no estĆ”n formados y no saben cómo catalogar nuestros proyectosā€.
Pero es que, ademĆ”s, estĆ” convencido de que lo ilegal no es malo y que la arquitectura deberĆ­a amoldarse a la nueva realidad social. Por eso a finales del siglo pasado creó Recetas Urbanas, un vivero de activistas que hoy forma parte de una red llamada Arquitecturas Colectivas, formada por docenas de agrupaciones de diversas nacionalidades y Ć”mbitos (arquitectos, artistas, abogados…) empeƱados en aportar soluciones alternativas para dar respuesta a las demandas sociales de vecinos y comunidades.
ā€œSolo, tu fuerza es limitada e insuficiente. En grupo, estas se multiplicanā€. AsĆ­ funciona Recetas Urbanas: como colectivo, en equipo. Un equipo multidisciplinar en el que tan importante es la opinión y el trabajo de abogados, arquitectos y otros licenciados, como el que ostenta el cargo de ā€˜cabrón’. ā€œTenemos un cabrón oficial en la oficina. No tiene tĆ­tulo universitario pero es el mejor negociando. Vamos, lo que se dice un cabrónā€.
Los trabajos de Recetas Urbanas, van desde ocupaciones sistemÔticas de espacios públicos con contenedores hasta la construcción de prótesis en fachadas, patios, cubiertas o solares. En su construcción se reutilizaron contenedores desmantelados de otras instalaciones, ademÔs de materiales en desuso de propiedad municipal o cedidos por los propietarios de edificios antiguos en reconstrucción o a punto de ser demolidos, como farolas, bancos, placas de madera, palets o baldosas. De muchas de ellas habló Santiago Cirugeda en el Día C, que organiza el Club de Creativos.
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Relacionado: La desobedencia urbanística como obligación

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Cualquier individuo tiene capacidad para cambiar su barrio, su ciudad y no solo los endiosados arquitectos que se creen poseedores de la verdad. Lo dijo Santiago Cirugeda, el arquitecto mÔs subversivo de España, en la décima edición del Día C, donde habló de cómo sus proyectos urbanos estÔn ayudando a hacer mÔs llevadera la complicada vida social actual.
La clave estĆ” en las leyes. ā€œAprender un poco de legislación es fundamental para poder sortear las trabas de las administraciones pĆŗblicasā€. Lo dice porque una de sus tareas fundamentales se centra en la bĆŗsqueda de vacĆ­os legales. ā€œY sin una ley en la mano nadie te puede decir que una obra es ilegalā€, explica Cirugeda.
En realidad, esa bĆŗsqueda de vacĆ­os legales es una consecuencia de la falta de entendimiento y ausencia de aportación de las administraciones. ā€œTodos los proyectos que hemos intentado negociar con los polĆ­ticos han fracasado y solo han fructificado aquellos en los que no hemos contado con la Administraciónā€, dice el arquitecto, ā€œy eso ocurre; unas veces, porque no les da la gana colaborar, y otras, por desconocimiento total. Los tĆ©cnicos no estĆ”n formados y no saben cómo catalogar nuestros proyectosā€.
Pero es que, ademĆ”s, estĆ” convencido de que lo ilegal no es malo y que la arquitectura deberĆ­a amoldarse a la nueva realidad social. Por eso a finales del siglo pasado creó Recetas Urbanas, un vivero de activistas que hoy forma parte de una red llamada Arquitecturas Colectivas, formada por docenas de agrupaciones de diversas nacionalidades y Ć”mbitos (arquitectos, artistas, abogados…) empeƱados en aportar soluciones alternativas para dar respuesta a las demandas sociales de vecinos y comunidades.
ā€œSolo, tu fuerza es limitada e insuficiente. En grupo, estas se multiplicanā€. AsĆ­ funciona Recetas Urbanas: como colectivo, en equipo. Un equipo multidisciplinar en el que tan importante es la opinión y el trabajo de abogados, arquitectos y otros licenciados, como el que ostenta el cargo de ā€˜cabrón’. ā€œTenemos un cabrón oficial en la oficina. No tiene tĆ­tulo universitario pero es el mejor negociando. Vamos, lo que se dice un cabrónā€.
Los trabajos de Recetas Urbanas, van desde ocupaciones sistemÔticas de espacios públicos con contenedores hasta la construcción de prótesis en fachadas, patios, cubiertas o solares. En su construcción se reutilizaron contenedores desmantelados de otras instalaciones, ademÔs de materiales en desuso de propiedad municipal o cedidos por los propietarios de edificios antiguos en reconstrucción o a punto de ser demolidos, como farolas, bancos, placas de madera, palets o baldosas. De muchas de ellas habló Santiago Cirugeda en el Día C, que organiza el Club de Creativos.
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