La parte que más pesa es la de red social, pero el esqueleto de videojuego está ahà y engancha a los usuarios una media de 35 minutos diarios, según un estudio firmado por la consultora financiera Cowen and Company.
Todos estos veredictos se ejecutan de la misma forma: vemos la cara de un consejero en la pantalla y hacemos swipe hacia la izquierda para escoger una opción; o hacia la derecha para escoger la contraria. Y asÃ, con la misma facilidad con la que se escoge un potencial ligue, se dirige un reino.
Este fenómeno fue apadrinado por Breitbart, el medio de comunicación de extrema derecha que acompañó a Donald Trump hasta la Casa Blanca. La periodista aprovecha los breves diálogos del juego para hacer una divertida crÃtica al GamerGate y a sus iteraciones posteriores, como las marchas de Charlottesville.
Las reinas deben hacer malabares para tener contentos a todos los poderes y mantenerse en el trono. El juego aprovecha asà una idea recurrente en los videojuegos basados en tomar decisiones para emocionar y enganchar al jugador: obligarle a tomar decisiones desagradables y sacudir su sistema de valores. Vamos, igual que Tinder.
La parte que más pesa es la de red social, pero el esqueleto de videojuego está ahà y engancha a los usuarios una media de 35 minutos diarios, según un estudio firmado por la consultora financiera Cowen and Company.
Todos estos veredictos se ejecutan de la misma forma: vemos la cara de un consejero en la pantalla y hacemos swipe hacia la izquierda para escoger una opción; o hacia la derecha para escoger la contraria. Y asÃ, con la misma facilidad con la que se escoge un potencial ligue, se dirige un reino.
Este fenómeno fue apadrinado por Breitbart, el medio de comunicación de extrema derecha que acompañó a Donald Trump hasta la Casa Blanca. La periodista aprovecha los breves diálogos del juego para hacer una divertida crÃtica al GamerGate y a sus iteraciones posteriores, como las marchas de Charlottesville.
Las reinas deben hacer malabares para tener contentos a todos los poderes y mantenerse en el trono. El juego aprovecha asà una idea recurrente en los videojuegos basados en tomar decisiones para emocionar y enganchar al jugador: obligarle a tomar decisiones desagradables y sacudir su sistema de valores. Vamos, igual que Tinder.