27 de septiembre 2016    /   CREATIVIDAD
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Salchibotxo, un ‘food truck’ de diseƱo a las puertas del Guggenheim

27 de septiembre 2016    /   CREATIVIDAD     por          
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SALCHIBOTXO

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Bistró Guggenheim es uno de los dos restaurantes del museo Guggenheim de Bilbao. Desde su cocina intentan desarrollar una propuesta gastonómica que combina la tradición con la innovación. Por ello, cuando pensaron sacar sus platos mÔs allÔ de los muros del museo, decidieron hacerlo a través de algo tan típico como un puesto ambulante, pero reinterpretado por el estudio de diseño Arquimaña.

«Nos pidieron evitar al mÔximo la imagen clÔsica de puesto ambulante», explican Iñaki Albistur y Raquel Ares, de Arquimaña. «Al mismo tiempo, el conjunto debía identificarse con los productos tradicionales y artesanos que querían ofrecer, como la cerveza La Salve y las salchichas de los hermanos Thate, de la carnicería La Moderna, muy conocida en Bilbao. Debía ser un elemento urbano que el bilbaíno de a pie identificase con tradición y modernidad».

AdemÔs de satisfacer al bilbaíno de a pie, el Sachibotxo, nombre elegido por los responsables de Bistró Guggenheim para bautizar al puesto, debía pasar también el filtro de los responsables del museo y los miembros del Ayuntamiento de la ciudad. Algo comprensible tratÔndose de un proyecto que suena tan parecido a Salchipapa y que podría haberse desarrollado de una forma muy diferente.

«El Ayuntamiento es reacio a permitir la presencia de puestos en sus calles de por sí», explican Albistur y Ares que, en esta ocasión, consiguieron romper esa negativa municipal. «Por su parte, el museo exigía que el carro no desentonase y pudiera circular sin problemas por el interior del museo, atravesando puertas, pasillos y montacargas, porque la idea es que pueda utilizarse, ademÔs de en el exterior, en eventos que se desarrollen en el restaurante o el museo».

PĆŗblico, autoridades municipales, responsables de museo… Demasiados condicionantes previos para un proyecto ya de por sĆ­ complejo, pues complejo es encajar de forma funcional y estĆ©tica todas las necesidades de un puesto de esas caracterĆ­sticas. Entre ellas, la refrigeración, la plancha para cocinar, el almacenaje de las herramientas, los cubiertos o las tomas de agua y luz.

Ā«Bistró Guggenheim forma parte del grupo Ixo, propietario tambiĆ©n de Nerua, el otro restaurante del Museo Guggenheim. Con ellos ya habĆ­amos desarrollado un encargo similar. Un carro para ensaladas para su restaurante Ni Neu en el Kursaal de Donostia. AsĆ­ que ya tenĆ­amos cierta experiencia. Por ejemplo, el hecho de que fuera un elemento en el que se iba a cocinar hizo que nos decantarnos por el acero inoxidable en la zona de ā€œtrabajoā€Ā».

La plancha es extraíble para que se le puede dar mÔs de un uso cambiando la herramienta de cocina. AdemÔs, el carro cuenta con una instalación eléctrica propia, con su propio cuadro y protecciones, lo que permite conectarlo directamente a la red eléctrica».

Uno de los principios de Arquimaña como estudio de diseño y arquitectura es el de la autoproducción. Una alternativa a los sistemas de fabricación tradicionales, que facilita el diseño y desarrollo de los proyectos, y que también ha sido aplicado en el caso de Sachibotxo.

«La autoproducción nos hace introducir en nuestros trabajos el concepto de artesanía digital, que mezcla procesos y técnicas manuales propias de las prÔcticas artesanales con la utilización de herramientas propias de la fabricación digital. En el caso de Salchibotxo optamos por un proceso de fabricación en equipo porque hemos tenido que añadir a nuestro trabajo el de herrería, carpintería y electricidad».

La autoproducción permite también que la construcción de prototipos o de productos acabados no tenga que hacerse necesariamente a escala industrial, lo que reduce costes y adapta los trabajos a las dimensiones o necesidades del cliente.

En el caso de Salchibotxo, la autoproducción permitió hacer un solo carro para ver cuÔl era la aceptación por parte del público. El éxito obtenido, tanto entre la gente que se acerca a la zona del Guggenheim a degustar salchichas de calidad como entre medios de comunicación como Diario Design, que se han hecho eco de la iniciativa, permite aventurar que Bistró Guggenheim producirÔ mÔs unidades. Que sean muchas o pocas no serÔ problema para Arquimaña.

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Bistró Guggenheim es uno de los dos restaurantes del museo Guggenheim de Bilbao. Desde su cocina intentan desarrollar una propuesta gastonómica que combina la tradición con la innovación. Por ello, cuando pensaron sacar sus platos mÔs allÔ de los muros del museo, decidieron hacerlo a través de algo tan típico como un puesto ambulante, pero reinterpretado por el estudio de diseño Arquimaña.

«Nos pidieron evitar al mÔximo la imagen clÔsica de puesto ambulante», explican Iñaki Albistur y Raquel Ares, de Arquimaña. «Al mismo tiempo, el conjunto debía identificarse con los productos tradicionales y artesanos que querían ofrecer, como la cerveza La Salve y las salchichas de los hermanos Thate, de la carnicería La Moderna, muy conocida en Bilbao. Debía ser un elemento urbano que el bilbaíno de a pie identificase con tradición y modernidad».

AdemÔs de satisfacer al bilbaíno de a pie, el Sachibotxo, nombre elegido por los responsables de Bistró Guggenheim para bautizar al puesto, debía pasar también el filtro de los responsables del museo y los miembros del Ayuntamiento de la ciudad. Algo comprensible tratÔndose de un proyecto que suena tan parecido a Salchipapa y que podría haberse desarrollado de una forma muy diferente.

«El Ayuntamiento es reacio a permitir la presencia de puestos en sus calles de por sí», explican Albistur y Ares que, en esta ocasión, consiguieron romper esa negativa municipal. «Por su parte, el museo exigía que el carro no desentonase y pudiera circular sin problemas por el interior del museo, atravesando puertas, pasillos y montacargas, porque la idea es que pueda utilizarse, ademÔs de en el exterior, en eventos que se desarrollen en el restaurante o el museo».

PĆŗblico, autoridades municipales, responsables de museo… Demasiados condicionantes previos para un proyecto ya de por sĆ­ complejo, pues complejo es encajar de forma funcional y estĆ©tica todas las necesidades de un puesto de esas caracterĆ­sticas. Entre ellas, la refrigeración, la plancha para cocinar, el almacenaje de las herramientas, los cubiertos o las tomas de agua y luz.

Ā«Bistró Guggenheim forma parte del grupo Ixo, propietario tambiĆ©n de Nerua, el otro restaurante del Museo Guggenheim. Con ellos ya habĆ­amos desarrollado un encargo similar. Un carro para ensaladas para su restaurante Ni Neu en el Kursaal de Donostia. AsĆ­ que ya tenĆ­amos cierta experiencia. Por ejemplo, el hecho de que fuera un elemento en el que se iba a cocinar hizo que nos decantarnos por el acero inoxidable en la zona de ā€œtrabajoā€Ā».

La plancha es extraíble para que se le puede dar mÔs de un uso cambiando la herramienta de cocina. AdemÔs, el carro cuenta con una instalación eléctrica propia, con su propio cuadro y protecciones, lo que permite conectarlo directamente a la red eléctrica».

Uno de los principios de Arquimaña como estudio de diseño y arquitectura es el de la autoproducción. Una alternativa a los sistemas de fabricación tradicionales, que facilita el diseño y desarrollo de los proyectos, y que también ha sido aplicado en el caso de Sachibotxo.

«La autoproducción nos hace introducir en nuestros trabajos el concepto de artesanía digital, que mezcla procesos y técnicas manuales propias de las prÔcticas artesanales con la utilización de herramientas propias de la fabricación digital. En el caso de Salchibotxo optamos por un proceso de fabricación en equipo porque hemos tenido que añadir a nuestro trabajo el de herrería, carpintería y electricidad».

La autoproducción permite también que la construcción de prototipos o de productos acabados no tenga que hacerse necesariamente a escala industrial, lo que reduce costes y adapta los trabajos a las dimensiones o necesidades del cliente.

En el caso de Salchibotxo, la autoproducción permitió hacer un solo carro para ver cuÔl era la aceptación por parte del público. El éxito obtenido, tanto entre la gente que se acerca a la zona del Guggenheim a degustar salchichas de calidad como entre medios de comunicación como Diario Design, que se han hecho eco de la iniciativa, permite aventurar que Bistró Guggenheim producirÔ mÔs unidades. Que sean muchas o pocas no serÔ problema para Arquimaña.

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