Si te dijera que en un espacio de 125 metros de largo por 80 de ancho caben 110 casas, más de 1.200 personas –según sus habitantes, 497; seguramente para evitar un desalojo–, cuatro tiendas, tres alojamientos, un colegio, una gallera –dÃcese del lugar donde dos gallos se pelean–, un puesto de salud, una discoteca, un acuario con un tiburón… ¿me creerÃas? Adivino la respuesta.Â
Y si añadiese que esto sucede en una isla del Caribe que no tiene ni playa ni palmeras ni mosquitos, me llamarÃas tarado, ¿verdad? Pues sÃ, esta pequeña pero atestada y atÃpica isla se encuentra en el departamento de BolÃvar, Colombia. Y aún le sobra espacio para guardar toneladas de alegrÃa y felicidad, además de alguna que otra visita.
Paseando por sus calles, vislumbras al instante la falta de espacio. Solo existe un área despejada de edificios, la plaza que sirve de recreo para los niños del colegio. En medio de esta plaza se encuentra la cruz que da nombre a la isla. El resto de calles son inapreciables.
La armada nacional de Cartagena es la encargada de suministrarles agua, 250 toneladas cada tres meses, y que debe ser racionada por ellos mismos entre las 120 familias de la isla. Mientras esperan la llegada de la armada, solo les queda implorar al cielo y recoger el agua que les devuelve.
La principal actividad económica siempre ha sido la pesca, que es cada vez menor debido al deterioro que ha sufrido la zona a causa del tránsito elevado de embarcaciones. Hoy en dÃa la fuente de ingresos es compartida entre la pesca y el turismo. Son muchos los locales que acuden a trabajar a las islas contiguas de Múcura y Tintipán. Por esta última termina pasando toda la población en alguna ocasión, puesto que allà es donde se encuentra el único cementerio disponible de la zona.
Analizando la situación del Islote, es inevitable no preocuparse por cómo el hombre es capaz de alterar su propio entorno y los recursos naturales. Es un ejemplo, a pequeña escala, de lo destructivos que podemos llegar a ser con lo que nos creemos que es nuestro, el planeta Tierra.Â
A espaldas de esta realidad y a unos pocos metros se encuentran otras creaciones artificiales en forma de casas en el agua, como la del famoso cantante Lucas Arnau y el exmagistrado y corrupto Jorge Pretelt. «Cada cuanto llegan en sus lujosos barcos y se marchan de enseguida».Â
Si te dijera que en un espacio de 125 metros de largo por 80 de ancho caben 110 casas, más de 1.200 personas –según sus habitantes, 497; seguramente para evitar un desalojo–, cuatro tiendas, tres alojamientos, un colegio, una gallera –dÃcese del lugar donde dos gallos se pelean–, un puesto de salud, una discoteca, un acuario con un tiburón… ¿me creerÃas? Adivino la respuesta.Â
Y si añadiese que esto sucede en una isla del Caribe que no tiene ni playa ni palmeras ni mosquitos, me llamarÃas tarado, ¿verdad? Pues sÃ, esta pequeña pero atestada y atÃpica isla se encuentra en el departamento de BolÃvar, Colombia. Y aún le sobra espacio para guardar toneladas de alegrÃa y felicidad, además de alguna que otra visita.
Paseando por sus calles, vislumbras al instante la falta de espacio. Solo existe un área despejada de edificios, la plaza que sirve de recreo para los niños del colegio. En medio de esta plaza se encuentra la cruz que da nombre a la isla. El resto de calles son inapreciables.
La armada nacional de Cartagena es la encargada de suministrarles agua, 250 toneladas cada tres meses, y que debe ser racionada por ellos mismos entre las 120 familias de la isla. Mientras esperan la llegada de la armada, solo les queda implorar al cielo y recoger el agua que les devuelve.
La principal actividad económica siempre ha sido la pesca, que es cada vez menor debido al deterioro que ha sufrido la zona a causa del tránsito elevado de embarcaciones. Hoy en dÃa la fuente de ingresos es compartida entre la pesca y el turismo. Son muchos los locales que acuden a trabajar a las islas contiguas de Múcura y Tintipán. Por esta última termina pasando toda la población en alguna ocasión, puesto que allà es donde se encuentra el único cementerio disponible de la zona.
Analizando la situación del Islote, es inevitable no preocuparse por cómo el hombre es capaz de alterar su propio entorno y los recursos naturales. Es un ejemplo, a pequeña escala, de lo destructivos que podemos llegar a ser con lo que nos creemos que es nuestro, el planeta Tierra.Â
A espaldas de esta realidad y a unos pocos metros se encuentran otras creaciones artificiales en forma de casas en el agua, como la del famoso cantante Lucas Arnau y el exmagistrado y corrupto Jorge Pretelt. «Cada cuanto llegan en sus lujosos barcos y se marchan de enseguida».Â
CLARO EJEMPLO DE QUE TODOS CABEMOS EN ESTE PLANETA CREADO POR LA MANO DIVINA.
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