1 de abril 2011    /   CINE/TV
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Sesión doble

1 de abril 2011    /   CINE/TV     por          
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Cansado por la monotonía de las grandes superficies y los cines multisala, el director de cine Nacho Cerdà ha resucitado la sesión doble, esa vieja tradición de programar dos películas seguidas. Lo llama Phenomena, y una vez al mes invade el cine de Urgel en Barcelona con clÔsicos de los años 70 y 80.
A la edad de diez aƱos, Arnau recibió su primera paga. Nunca habĆ­a ido al cine y pensó que era un buen lugar para celebrarlo. Siempre le habĆ­an atraĆ­do los carteles del cine de su barrio con sus fabulosos dibujos que se extendĆ­an desde la punta de su nariz hasta el infinito. Su madre le dio permiso para ir solo al cine. ā€œYa eres un hombrecito. Veā€, le dijo. La taquillera no debió pensar lo mismo. Entregada a la tarea de mascar chicle y limarse las uƱas, no se dio cuenta de su presencia hasta que un puƱo diminuto apareció de la nada y depositó unas cuantas pesetas en el cuenco metĆ”lico de la taquilla. La taquillera se asomó a la ventanilla. ā€œĀæHas venido solo, niƱo?ā€, le preguntó. ā€œSĆ­ā€. ā€œĀæCuĆ”ntos aƱos tienes?ā€. ā€œDiez. Bueno, nueve casi diezā€. Era tan pequeƱo que la mujer tuvo que salir de la taquilla para darle la entrada en mano. ā€œĀæQuieres un chicle, niƱo?ā€. ā€œValeā€. Y le dio un bang bang. ā€œSe dice gracias, niƱoā€. ā€œGracias”. En el papelito rugoso que le habĆ­a dado leyó Veinte mil leguas de viaje submarino y el tĆ­tulo de otra pelĆ­cula que olvidó nada mĆ”s salir de la sala. ā€œPasa p’adentro, niƱo, y que te guste. SiĆ©ntate donde te plazcaā€. Ni en el colegio existĆ­a una puerta con unas batientes tan grandes. La cruzó con verdadero pavor y no quiso apartarse del pasillo hasta llegar a la primera fila de butacas. AllĆ­ se sentó, pues por aquel entonces aĆŗn creĆ­a que todo lo primero era siempre mejor. La butaca era roja, muy espaciosa y cómoda. Se hizo un silencio y se apagó la luz. De repente, en la oscuridad comenzaron a chispear estrellas y girar astros. Desde entonces nunca ha dejado de soƱar despierto.

Mentira, sí dejó de hacerlo. El primer síntoma lo percibió en las taquilleras, que dejaron de mascar chicle y parecían aburrirse mortalmente en su garita. ¿Qué estaba sucediendo? Los cines languidecían de frío. ¿Qué pasaría con nuestros sueños despiertos? Por suerte, acudieron al rescate el vídeo, los videoclubes y mÔs tarde el dvd, y sobrevivieron exiguos en reuniones en petit comité que perseguían en vano aquellos tiempos en que la gran pantalla centelleaba ante nuestros ojos atónitos.
El director de cine Nacho CerdĆ  tambiĆ©n organizaba encuentros cinĆ©filos en su casa… hasta que se le ocurrió la brillante idea de apostar de nuevo por la sesión doble en una ciudad como Barcelona, sitiada por las grandes superficies y los cines multisalas. Y a esta experiencia la llamó Phenomena.
ā€œPhenomena surgió de la necesidad como espectador de ver buen cine en un cine de verdadā€, dice CerdĆ . ā€œEl pĆŗblico y la crĆ­tica coinciden en que, de todos los estrenos a los que asistimos a lo largo del aƱo, apenas nos gustan unos diez; el resto, son pelĆ­culas malas o mediocres. Como espectador, sentĆ­a la necesidad de enamorarme del cine otra vezā€.
Con Phenomena, su artĆ­fice propone un viaje en el tiempo de la mano de pelĆ­culas emblemĆ”ticas de las dĆ©cadas de los 70 y 80, autĆ©nticos taquillazos como La cosa, Terminator, Indiana Jones y el templo maldito o el tĆ”ndem encargado de dar el pistoletazo de salida a la sesión doble inaugural el diciembre pasado: Alien y Tiburón. ā€œHace 35 aƱos, en el mismo mes, se proyectaba Tiburón por primera vez en Barcelona y era en este mismo cine, en el cine Urgelā€. Phenomena se ha convertido en todo un revival conmemorativo del cine contemporĆ”neo mĆ”s mĆ­tico.

La gran ilusión se instala una noche al mes en el céntrico barrio de Sant Antoni. La primera señal de esperanza es una larga cola de gente muy excitada, con muchas ganas de divertirse y pasÔrselo bien.
Todos los detalles estÔn cuidados al mÔximo. En el vestíbulo del cine Urgel, los carteles de las películas y sus fotocromos. Antes de la proyección, la  misma publicidad que precedió las películas cuando se estrenaron: anuncios, trailers de la época y, claro, la entrañable cabecera de Movierecord con sus estrellas y astros. Como era de prever, la platea se anima enseguida y el cine se convierte en una auténtica fiesta cinematogrÔfica. El público vitorea las hazañas de los héroes, aplauden a sus actores y actrices favoritos y, en definitiva, participa en comunidad de la gran celebración que es el mundo del cine.


Artículo publicado en la edición de abril de 2011 de la revista Ling. Fotos de Edgar Melo.

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Cansado por la monotonía de las grandes superficies y los cines multisala, el director de cine Nacho Cerdà ha resucitado la sesión doble, esa vieja tradición de programar dos películas seguidas. Lo llama Phenomena, y una vez al mes invade el cine de Urgel en Barcelona con clÔsicos de los años 70 y 80.
A la edad de diez aƱos, Arnau recibió su primera paga. Nunca habĆ­a ido al cine y pensó que era un buen lugar para celebrarlo. Siempre le habĆ­an atraĆ­do los carteles del cine de su barrio con sus fabulosos dibujos que se extendĆ­an desde la punta de su nariz hasta el infinito. Su madre le dio permiso para ir solo al cine. ā€œYa eres un hombrecito. Veā€, le dijo. La taquillera no debió pensar lo mismo. Entregada a la tarea de mascar chicle y limarse las uƱas, no se dio cuenta de su presencia hasta que un puƱo diminuto apareció de la nada y depositó unas cuantas pesetas en el cuenco metĆ”lico de la taquilla. La taquillera se asomó a la ventanilla. ā€œĀæHas venido solo, niƱo?ā€, le preguntó. ā€œSĆ­ā€. ā€œĀæCuĆ”ntos aƱos tienes?ā€. ā€œDiez. Bueno, nueve casi diezā€. Era tan pequeƱo que la mujer tuvo que salir de la taquilla para darle la entrada en mano. ā€œĀæQuieres un chicle, niƱo?ā€. ā€œValeā€. Y le dio un bang bang. ā€œSe dice gracias, niƱoā€. ā€œGracias”. En el papelito rugoso que le habĆ­a dado leyó Veinte mil leguas de viaje submarino y el tĆ­tulo de otra pelĆ­cula que olvidó nada mĆ”s salir de la sala. ā€œPasa p’adentro, niƱo, y que te guste. SiĆ©ntate donde te plazcaā€. Ni en el colegio existĆ­a una puerta con unas batientes tan grandes. La cruzó con verdadero pavor y no quiso apartarse del pasillo hasta llegar a la primera fila de butacas. AllĆ­ se sentó, pues por aquel entonces aĆŗn creĆ­a que todo lo primero era siempre mejor. La butaca era roja, muy espaciosa y cómoda. Se hizo un silencio y se apagó la luz. De repente, en la oscuridad comenzaron a chispear estrellas y girar astros. Desde entonces nunca ha dejado de soƱar despierto.

Mentira, sí dejó de hacerlo. El primer síntoma lo percibió en las taquilleras, que dejaron de mascar chicle y parecían aburrirse mortalmente en su garita. ¿Qué estaba sucediendo? Los cines languidecían de frío. ¿Qué pasaría con nuestros sueños despiertos? Por suerte, acudieron al rescate el vídeo, los videoclubes y mÔs tarde el dvd, y sobrevivieron exiguos en reuniones en petit comité que perseguían en vano aquellos tiempos en que la gran pantalla centelleaba ante nuestros ojos atónitos.
El director de cine Nacho CerdĆ  tambiĆ©n organizaba encuentros cinĆ©filos en su casa… hasta que se le ocurrió la brillante idea de apostar de nuevo por la sesión doble en una ciudad como Barcelona, sitiada por las grandes superficies y los cines multisalas. Y a esta experiencia la llamó Phenomena.
ā€œPhenomena surgió de la necesidad como espectador de ver buen cine en un cine de verdadā€, dice CerdĆ . ā€œEl pĆŗblico y la crĆ­tica coinciden en que, de todos los estrenos a los que asistimos a lo largo del aƱo, apenas nos gustan unos diez; el resto, son pelĆ­culas malas o mediocres. Como espectador, sentĆ­a la necesidad de enamorarme del cine otra vezā€.
Con Phenomena, su artĆ­fice propone un viaje en el tiempo de la mano de pelĆ­culas emblemĆ”ticas de las dĆ©cadas de los 70 y 80, autĆ©nticos taquillazos como La cosa, Terminator, Indiana Jones y el templo maldito o el tĆ”ndem encargado de dar el pistoletazo de salida a la sesión doble inaugural el diciembre pasado: Alien y Tiburón. ā€œHace 35 aƱos, en el mismo mes, se proyectaba Tiburón por primera vez en Barcelona y era en este mismo cine, en el cine Urgelā€. Phenomena se ha convertido en todo un revival conmemorativo del cine contemporĆ”neo mĆ”s mĆ­tico.

La gran ilusión se instala una noche al mes en el céntrico barrio de Sant Antoni. La primera señal de esperanza es una larga cola de gente muy excitada, con muchas ganas de divertirse y pasÔrselo bien.
Todos los detalles estÔn cuidados al mÔximo. En el vestíbulo del cine Urgel, los carteles de las películas y sus fotocromos. Antes de la proyección, la  misma publicidad que precedió las películas cuando se estrenaron: anuncios, trailers de la época y, claro, la entrañable cabecera de Movierecord con sus estrellas y astros. Como era de prever, la platea se anima enseguida y el cine se convierte en una auténtica fiesta cinematogrÔfica. El público vitorea las hazañas de los héroes, aplauden a sus actores y actrices favoritos y, en definitiva, participa en comunidad de la gran celebración que es el mundo del cine.


Artículo publicado en la edición de abril de 2011 de la revista Ling. Fotos de Edgar Melo.

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