Sin embargo, respirar el mismo aire que los gurĂºs de la innovaciĂ³n no sale barato: Tourist by Locals ofrece recorridos de nueve horas para seis personas por mĂ¡s de 500 euros. Algo mĂ¡s caros son, por ejemplo, los itinerarios de Golden Horizon, que ademĂ¡s ofrece recorridos privados con furgoneta para grupos cerrados: ocho horas que se pagan a mĂ¡s de mil euros.
El mito del valle del Silicio, bautizado asĂ por la aglomeraciĂ³n de empresas ubicadas allĂ dedicadas a la tecnologĂa y las computadoras, empezĂ³ cuando la Universidad de Stanford dedicĂ³ unos terrenos de su propiedad para que los graduados se afincaran allĂ y trabajasen en innovaciĂ³n. Gracias a eso, dos estudiantes, David Packard y William Hewlett, acabaron fundando la empresa Hewlett-Packard.
Sin embargo, en realidad, los tours no incluyen el acceso a los edificios donde actualmente se localizan las empresas. AsĂ lo advierte la empresa San Jose Silicon Valley Tours en su web: «No podemos pasar dentro de las corporaciones… Pero podemos llevarte a lugares que estĂ¡n abiertos al pĂºblico, como la tienda de empleados de Apple, el Museo de Historia de la Computadora o a una cafeterĂa corporativa».
En resumen, son itinerarios por fachadas de diseño, museos y alguna tienda de suvenires carĂsimos. Como en un viaje a Tierra Santa, todo lo que hay no estĂ¡ visible y, aun asĂ, muchos esperan que el lugar transmita alguna enseñanza o les contagie la virtud y la creatividad. En este rollo telĂºrico tecnolĂ³gico cobra relevancia el papel de los bares del valle: «PodrĂ¡ obtener una excelente degustaciĂ³n de la vida de alta tecnologĂa cuando cenemos en una cafeterĂa corporativa o en un lugar de encuentro de los capitalistas de riesgo», prometen en la web.
Sin embargo, al anarquista experto en encriptaciĂ³n Moxie Marlinspike el lugar no le resulta tan atractivo. En una entrevista con Wired dijo: «Pensaba que Silicon Valley serĂa como una novela de William Gibson y, en cambio, es un conjunto de parques y autopistas llenas de oficinas».
Sin embargo, respirar el mismo aire que los gurĂºs de la innovaciĂ³n no sale barato: Tourist by Locals ofrece recorridos de nueve horas para seis personas por mĂ¡s de 500 euros. Algo mĂ¡s caros son, por ejemplo, los itinerarios de Golden Horizon, que ademĂ¡s ofrece recorridos privados con furgoneta para grupos cerrados: ocho horas que se pagan a mĂ¡s de mil euros.
El mito del valle del Silicio, bautizado asĂ por la aglomeraciĂ³n de empresas ubicadas allĂ dedicadas a la tecnologĂa y las computadoras, empezĂ³ cuando la Universidad de Stanford dedicĂ³ unos terrenos de su propiedad para que los graduados se afincaran allĂ y trabajasen en innovaciĂ³n. Gracias a eso, dos estudiantes, David Packard y William Hewlett, acabaron fundando la empresa Hewlett-Packard.
Sin embargo, en realidad, los tours no incluyen el acceso a los edificios donde actualmente se localizan las empresas. AsĂ lo advierte la empresa San Jose Silicon Valley Tours en su web: «No podemos pasar dentro de las corporaciones… Pero podemos llevarte a lugares que estĂ¡n abiertos al pĂºblico, como la tienda de empleados de Apple, el Museo de Historia de la Computadora o a una cafeterĂa corporativa».
En resumen, son itinerarios por fachadas de diseño, museos y alguna tienda de suvenires carĂsimos. Como en un viaje a Tierra Santa, todo lo que hay no estĂ¡ visible y, aun asĂ, muchos esperan que el lugar transmita alguna enseñanza o les contagie la virtud y la creatividad. En este rollo telĂºrico tecnolĂ³gico cobra relevancia el papel de los bares del valle: «PodrĂ¡ obtener una excelente degustaciĂ³n de la vida de alta tecnologĂa cuando cenemos en una cafeterĂa corporativa o en un lugar de encuentro de los capitalistas de riesgo», prometen en la web.
Sin embargo, al anarquista experto en encriptaciĂ³n Moxie Marlinspike el lugar no le resulta tan atractivo. En una entrevista con Wired dijo: «Pensaba que Silicon Valley serĂa como una novela de William Gibson y, en cambio, es un conjunto de parques y autopistas llenas de oficinas».