Fue como si, de repente, la narrativa triunfalista y naif que se vendÃa de este mundo empezara a resquebrajarse, mostrando su lado menos amable. Los cuentos romantizados sobre valles, unicornios y emprendedores empezaron a sonar a vieja historia ya escuchada.
«El mismo concepto de teletrabajo que ahora nos está ayudando en el confinamiento empezó allû, explica. Aunque matiza un extremo que muchos han podido constatar en su propia piel en las últimas semanas: «La libertad está idealizada; al final, te fiscalizan el trabajo igual o más».Â
Cano reivindica varios aspectos de este legado y no cree que esta filosofÃa de trabajo vaya a desaparecer. Aunque sà hace ciertos matices. Explica, por ejemplo, que la necesidad de crear ejercicios de team building y actividades para los empleados (algo muy común en California) son innecesarios en lugares como España. «Aquà ya nos vamos de cañas con los compañeros sin necesidad de que la empresa lo fomente», comenta. Y esto, aunque pueda parecer anecdótico, dice mucho sobre cómo este modelo se encuentra con barreras culturales a la hora de ser exportado. «Para mÃ, el gran problema de Silicon Valley es que quiere meternos a todos en la misma caja», subraya Cano. «No entienden otros contextos; nos doman culturalmente para que encajemos en esa visión».Â
Por eso, asegura, es importante aportar otros puntos de vista, otras narrativas que puedan componer un relato compartido y más diverso. No se trata de que los unicornios no sean necesarios en el futuro inmediato. Se trata de construir un ecosistema en el que puedan convivir con camellos, iguanas y todo tipo de fauna empresarial.Â
Fue como si, de repente, la narrativa triunfalista y naif que se vendÃa de este mundo empezara a resquebrajarse, mostrando su lado menos amable. Los cuentos romantizados sobre valles, unicornios y emprendedores empezaron a sonar a vieja historia ya escuchada.
«El mismo concepto de teletrabajo que ahora nos está ayudando en el confinamiento empezó allû, explica. Aunque matiza un extremo que muchos han podido constatar en su propia piel en las últimas semanas: «La libertad está idealizada; al final, te fiscalizan el trabajo igual o más».Â
Cano reivindica varios aspectos de este legado y no cree que esta filosofÃa de trabajo vaya a desaparecer. Aunque sà hace ciertos matices. Explica, por ejemplo, que la necesidad de crear ejercicios de team building y actividades para los empleados (algo muy común en California) son innecesarios en lugares como España. «Aquà ya nos vamos de cañas con los compañeros sin necesidad de que la empresa lo fomente», comenta. Y esto, aunque pueda parecer anecdótico, dice mucho sobre cómo este modelo se encuentra con barreras culturales a la hora de ser exportado. «Para mÃ, el gran problema de Silicon Valley es que quiere meternos a todos en la misma caja», subraya Cano. «No entienden otros contextos; nos doman culturalmente para que encajemos en esa visión».Â
Por eso, asegura, es importante aportar otros puntos de vista, otras narrativas que puedan componer un relato compartido y más diverso. No se trata de que los unicornios no sean necesarios en el futuro inmediato. Se trata de construir un ecosistema en el que puedan convivir con camellos, iguanas y todo tipo de fauna empresarial.Â