Tu vecina tambiƩn va a locales swingers

”Yorokobu gratis en formato digital!
Nadie conoce a nadie. Y no es solo el tĆtulo de la pelĆcula de Mateo Gil, sino una verdad que puede aplicarse a muchos Ć”mbitos de la vida, tambiĆ©n a la sexualidad. Un ejemplo es cuando decides ir a un club swinger, pensando que estĆ”s rompiendo con todas las normas establecidas y haciendo algo superrevolucionario, y te encuentras allĆ hasta a tu vecina. Esa que nunca habrĆas pensado.
Los locales liberales cada vez tienen mĆ”s pĆŗblico y estĆ”n tendiendo a normalizarse, incluso en las conversaciones de oficina o en reuniones familiares. Al menos como tema de debate. Porque si se da el caso de encontrar allĆ a alguien conocido, responderĆ” lo mismo que tĆŗ: que solo entró a ver cómo era, que no sabĆa que era ese tipo de local o que solo ha ido con su pareja a mirar y nada mĆ”s. Pero lo cierto es que el perfil de persona que va a un club liberal cada vez es mĆ”s amplio.
Ā«Si lo vemos desde un punto de vista sociológico, me da impresión de que es parte de una tendencia a consumir mĆ”s experiencias que productos. Y esta tendencia se puede ver como un consumo de otro tipo de experiencias, tambiĆ©n relacionadas con el sexo. Eso se ve facilitado por todas las webs y apps dedicadas a los contactos, que cada dĆa crecen mĆ”sĀ», aporta Miguel Vagalume, activista en Golfxs con principios.
No solo intercambios de pareja
Lo primero que hay que aclarar es que un local liberal de swingers no es lo mismo que un local de intercambio de parejas, como muchas veces se malinterpreta. PodrĆa decirse que es Ā«algo mĆ”sĀ».
La principal diferencia es que en un local swinger, la idea es ir a un lugar en el que las personas se reúnen «para disfrutar relacionÔndose sexualmente en público», mientras que un intercambio de parejas «se puede organizar en un apartamento, un hotel, una casa rural, etc.».
AsĆ, un intercambio de parejas puede ser algo mĆ”s privado que se organice a travĆ©s de webs o apps especializadas, donde generalmente se tiene un primer contacto por webcam y luego se busca un lugar concreto donde organizar el encuentro.
En cambio, un local liberal ofrece mĆ”s posibilidades, ya que la idea es ir en pareja o solo (hay dĆas especĆficos para cada pĆŗblico), tomar una copa, conocer gente nueva y disfrutar del ambiente y de todo lo que pueda pasar. Ā«Un club swinger puede ser un lugar para disfrutar de la vida social en ese ambiente, sin necesidad de hacer nada mĆ”s, si no apetece. No hay compromiso de nadaĀ», aporta Vagalume, que sin embargo recuerda que se trata de un lugar donde se practica sexo en pĆŗblico, por lo que Ā«no todo el mundo se siente a gusto en esa situación, en la que todo el mundo te puede mirar, mientras que a otra gente es precisamente eso es lo que mĆ”s le excitaĀ».

Las normas claras
En las webs de estos locales liberales, como Encuentros VIP en Madrid, una de las cosas que mÔs llama la atención es su decÔlogo de normas, entre las que se destaca el respetar siempre un no, ser amable, la limpieza y la higiene, tomar en cuenta los sentimientos de los demÔs, no forzar situaciones o solo jugar a aquello que sea divertido para todos. Porque las normas de comportamiento son vitales para que un local lleno de gente teniendo sexo en público funcione bien y sin percances de ningún tipo.
Para ello, otra de las claves es diferenciar dĆas para cada pĆŗblico. Por ello, en este tipo de locales, generalmente, hay dĆas solo parejas y dĆas en los que tambiĆ©n puede acudir gente sola. Y tambiĆ©n hay clases. Si las mujeres solas normalmente pasan gratis o a precios muy reducidos, debido a que son mĆ”s demandadas, por ejemplo para trĆos, los hombres solos pagan mĆ”s y las parejas, algo menos. Igualmente, para generar diferentes ambientes, tambiĆ©n se hacen fiestas temĆ”ticas.
Aunque los propios locales tienen temas diferentes. Si bien los hay mĆ”s sofisticados, con un bar en la entrada y en la parte mĆ”s Ćntima, zonas de jacuzzi, de sofĆ”s y camas redondas, tambiĆ©n se puede optar por entornos mĆ”s vinculados al sado, que incluyen jaulas y mazmorras. O incluso podemos saltarnos la parte del bar e ir a saunas en las que todo surge de forma fluida y natural.
Otra filosofĆa de vida
Plantear en pareja la posibilidad de acudir a un club swinger es abrir un debate, pero tambiĆ©n la posibilidad de nuevas fantasĆas. Ā«A veces se asume que se pasa de no relacionarse sexualmente con nadie mĆ”s a hacerlo con otras personasĀ», relata Vagalume. Ā«Sin embargo, lo que aporta mucho son todos los pasos que se pueden dar. Se puede fantasear en pareja con la idea de lo que se podrĆa hacer, y solo eso ya puede ser muy excitante, si es una idea que les atrae a ambos miembros de la parejaĀ».
Pese a ello, advierte que si se pretende dar el paso de ir realmente a un club swinger, hay que tener en cuenta que una cosa son las fantasĆas y otra la realidad. Ā«Ir al club swinger por primera vez puede ser estresante, porque pensamos que nos verĆ”n en situaciones que normalmente solo tenemos en privado. Igual los nervios nos hacen beber mĆ”s de la cuenta. QuizĆ” el dĆa que vamos no hay casi nadie en el local o nadie de una edad similar o nadie que te atraiga. Pueden pasar mil cosas. El truco es hacerlo en equipo, contando con tu pareja como tu mejor cómpliceĀ».
Para ello, como experto en la filosofĆa de pareja abierta, aporta una serie de recomendaciones, tales como Ā«tener claro que es algo que se desea, que se siente que se necesita, para ir o no mĆ”s allĆ” de la fantasĆaĀ», ademĆ”s de hablar de un modo reflexivo y serio sobre ello para saber Ā«si ambos se refieren lo mismo cuando piensan en abrir la parejaĀ». La idea serĆa entender si eso significa poder incluir mĆ”s personas, pero siempre estando juntos, si se puede ligar por separado, si se plantea la posibilidad del intercambio o sexo en grupo, si la idea es hacer un trio, si es algo puntual o algo que se vaya a querer repetir.
Por Ćŗltimo, a la hora de pasar a la acción, Vagalume recomienda Ā«ir poco a poco, que lo vivamos como algo que compartimos como cómplices. Si la sensación es otra, quizĆ” no es buena idea seguir adelanteĀ». AsĆ, otro de sus consejos es Ā«no solo escuchar a quien sigue en el ambiente, que obviamente va a tener una opinión positiva, sino tambiĆ©n a quien se ha ido y saber por qué».
En este sentido, otra de las ideas antes de dejarse llevar por lo que pueda pasar en un club swinger puede ser acudir previamente a talleres o charlas sobre parejas abiertas, donde poder hacerse una idea de qué es lo que se va a encontrar, qué expectativas reales tener y qué conflictos es probable que surjan, asà como herramientas para gestionarlos.
AsĆ, en las charlas de Golfxs con principios, se plantean temas como Ā«la gestión de la culpa relacionada con las relaciones abiertas,Ā los diferentes tipos de relaciones no monógamas, cómo manejar los celos, cómo convivir varias personas en una relación poliamorosa, BDSM y fetichismo, identidad sexual, etc.Ā». QuizĆ”s un buen punto de partida en el que empezar a pensar, antes de actuar.
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Nadie conoce a nadie. Y no es solo el tĆtulo de la pelĆcula de Mateo Gil, sino una verdad que puede aplicarse a muchos Ć”mbitos de la vida, tambiĆ©n a la sexualidad. Un ejemplo es cuando decides ir a un club swinger, pensando que estĆ”s rompiendo con todas las normas establecidas y haciendo algo superrevolucionario, y te encuentras allĆ hasta a tu vecina. Esa que nunca habrĆas pensado.
Los locales liberales cada vez tienen mĆ”s pĆŗblico y estĆ”n tendiendo a normalizarse, incluso en las conversaciones de oficina o en reuniones familiares. Al menos como tema de debate. Porque si se da el caso de encontrar allĆ a alguien conocido, responderĆ” lo mismo que tĆŗ: que solo entró a ver cómo era, que no sabĆa que era ese tipo de local o que solo ha ido con su pareja a mirar y nada mĆ”s. Pero lo cierto es que el perfil de persona que va a un club liberal cada vez es mĆ”s amplio.
Ā«Si lo vemos desde un punto de vista sociológico, me da impresión de que es parte de una tendencia a consumir mĆ”s experiencias que productos. Y esta tendencia se puede ver como un consumo de otro tipo de experiencias, tambiĆ©n relacionadas con el sexo. Eso se ve facilitado por todas las webs y apps dedicadas a los contactos, que cada dĆa crecen mĆ”sĀ», aporta Miguel Vagalume, activista en Golfxs con principios.
No solo intercambios de pareja
Lo primero que hay que aclarar es que un local liberal de swingers no es lo mismo que un local de intercambio de parejas, como muchas veces se malinterpreta. PodrĆa decirse que es Ā«algo mĆ”sĀ».
La principal diferencia es que en un local swinger, la idea es ir a un lugar en el que las personas se reúnen «para disfrutar relacionÔndose sexualmente en público», mientras que un intercambio de parejas «se puede organizar en un apartamento, un hotel, una casa rural, etc.».
AsĆ, un intercambio de parejas puede ser algo mĆ”s privado que se organice a travĆ©s de webs o apps especializadas, donde generalmente se tiene un primer contacto por webcam y luego se busca un lugar concreto donde organizar el encuentro.
En cambio, un local liberal ofrece mĆ”s posibilidades, ya que la idea es ir en pareja o solo (hay dĆas especĆficos para cada pĆŗblico), tomar una copa, conocer gente nueva y disfrutar del ambiente y de todo lo que pueda pasar. Ā«Un club swinger puede ser un lugar para disfrutar de la vida social en ese ambiente, sin necesidad de hacer nada mĆ”s, si no apetece. No hay compromiso de nadaĀ», aporta Vagalume, que sin embargo recuerda que se trata de un lugar donde se practica sexo en pĆŗblico, por lo que Ā«no todo el mundo se siente a gusto en esa situación, en la que todo el mundo te puede mirar, mientras que a otra gente es precisamente eso es lo que mĆ”s le excitaĀ».

Las normas claras
En las webs de estos locales liberales, como Encuentros VIP en Madrid, una de las cosas que mÔs llama la atención es su decÔlogo de normas, entre las que se destaca el respetar siempre un no, ser amable, la limpieza y la higiene, tomar en cuenta los sentimientos de los demÔs, no forzar situaciones o solo jugar a aquello que sea divertido para todos. Porque las normas de comportamiento son vitales para que un local lleno de gente teniendo sexo en público funcione bien y sin percances de ningún tipo.
Para ello, otra de las claves es diferenciar dĆas para cada pĆŗblico. Por ello, en este tipo de locales, generalmente, hay dĆas solo parejas y dĆas en los que tambiĆ©n puede acudir gente sola. Y tambiĆ©n hay clases. Si las mujeres solas normalmente pasan gratis o a precios muy reducidos, debido a que son mĆ”s demandadas, por ejemplo para trĆos, los hombres solos pagan mĆ”s y las parejas, algo menos. Igualmente, para generar diferentes ambientes, tambiĆ©n se hacen fiestas temĆ”ticas.
Aunque los propios locales tienen temas diferentes. Si bien los hay mĆ”s sofisticados, con un bar en la entrada y en la parte mĆ”s Ćntima, zonas de jacuzzi, de sofĆ”s y camas redondas, tambiĆ©n se puede optar por entornos mĆ”s vinculados al sado, que incluyen jaulas y mazmorras. O incluso podemos saltarnos la parte del bar e ir a saunas en las que todo surge de forma fluida y natural.
Otra filosofĆa de vida
Plantear en pareja la posibilidad de acudir a un club swinger es abrir un debate, pero tambiĆ©n la posibilidad de nuevas fantasĆas. Ā«A veces se asume que se pasa de no relacionarse sexualmente con nadie mĆ”s a hacerlo con otras personasĀ», relata Vagalume. Ā«Sin embargo, lo que aporta mucho son todos los pasos que se pueden dar. Se puede fantasear en pareja con la idea de lo que se podrĆa hacer, y solo eso ya puede ser muy excitante, si es una idea que les atrae a ambos miembros de la parejaĀ».
Pese a ello, advierte que si se pretende dar el paso de ir realmente a un club swinger, hay que tener en cuenta que una cosa son las fantasĆas y otra la realidad. Ā«Ir al club swinger por primera vez puede ser estresante, porque pensamos que nos verĆ”n en situaciones que normalmente solo tenemos en privado. Igual los nervios nos hacen beber mĆ”s de la cuenta. QuizĆ” el dĆa que vamos no hay casi nadie en el local o nadie de una edad similar o nadie que te atraiga. Pueden pasar mil cosas. El truco es hacerlo en equipo, contando con tu pareja como tu mejor cómpliceĀ».
Para ello, como experto en la filosofĆa de pareja abierta, aporta una serie de recomendaciones, tales como Ā«tener claro que es algo que se desea, que se siente que se necesita, para ir o no mĆ”s allĆ” de la fantasĆaĀ», ademĆ”s de hablar de un modo reflexivo y serio sobre ello para saber Ā«si ambos se refieren lo mismo cuando piensan en abrir la parejaĀ». La idea serĆa entender si eso significa poder incluir mĆ”s personas, pero siempre estando juntos, si se puede ligar por separado, si se plantea la posibilidad del intercambio o sexo en grupo, si la idea es hacer un trio, si es algo puntual o algo que se vaya a querer repetir.
Por Ćŗltimo, a la hora de pasar a la acción, Vagalume recomienda Ā«ir poco a poco, que lo vivamos como algo que compartimos como cómplices. Si la sensación es otra, quizĆ” no es buena idea seguir adelanteĀ». AsĆ, otro de sus consejos es Ā«no solo escuchar a quien sigue en el ambiente, que obviamente va a tener una opinión positiva, sino tambiĆ©n a quien se ha ido y saber por qué».
En este sentido, otra de las ideas antes de dejarse llevar por lo que pueda pasar en un club swinger puede ser acudir previamente a talleres o charlas sobre parejas abiertas, donde poder hacerse una idea de qué es lo que se va a encontrar, qué expectativas reales tener y qué conflictos es probable que surjan, asà como herramientas para gestionarlos.
AsĆ, en las charlas de Golfxs con principios, se plantean temas como Ā«la gestión de la culpa relacionada con las relaciones abiertas,Ā los diferentes tipos de relaciones no monógamas, cómo manejar los celos, cómo convivir varias personas en una relación poliamorosa, BDSM y fetichismo, identidad sexual, etc.Ā». QuizĆ”s un buen punto de partida en el que empezar a pensar, antes de actuar.
Buenas tardes,quisiera contar con la opinión,es la experiencia que tuvimos mi mujer y un servidor.
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