Los tacones vienen marcando nuestros pasos desde hace siglos. Representación icónica de la moda femenina y siempre presente en nuestros armarios —cada vez más genderless—, en realidad se diseñaron para un público puramente masculino.
DE LOS CABALLEROS PERSAS AL REY SOL
Los primeros indicios que tenemos del uso de tacones se remontan a los actores de teatro griegos o romanos (los usaban cuando querĂan parecer más altos). Entonces los tacones se utilizaban para disfrazarse. Los primeros en utilizarlos por razones prácticas fueron los jinetes persas que, en el siglo X, calzaban tacones para asegurar los pies en los estribos y tener mayor estabilidad al disparar flechas durante el combate (un concepto interesante que serĂa adoptado nueve siglos más tarde por los vaqueros estadounidenses). Pero ÂżcĂłmo llegaron los tacones a Europa?
A finales del siglo XVI, el sah persa Abbás el Grande, que tenĂa por esa Ă©poca la mayor caballerĂa del mundo, enviĂł emisarios a Rusia, Alemania y España para formar una alianza contra el Imperio otomano. Fue en ese momento cuando las aristocracias europeas quedaron fascinadas por los objetos, el arte y la cultura orientales, y probablemente tambiĂ©n por los tacones.
Cualquiera que haya llevado tacones al menos una vez en su vida sabe que son incĂłmodos, muy incĂłmodos, y poco prácticos para realizar cualquier actividad. Pues fue precisamente esta la razĂłn de su popularidad entre la aristocracia. Llevar tacones implicaba pertenecer a una clase social que podĂa permitirse no hacer nada práctico, y cuanto más altos eran los tacones, (y, por tanto, menos prácticos), mayor era el estatus social reivindicado.
Luis XIV fue uno de los portadores de tacones más famosos de la historia. El Rey Sol utilizaba el calzado con tacĂłn como sĂmbolo de nobleza (y para aumentar su estatura, ya que solo medĂa 1,63 metros) e incluso promulgĂł una ley que restringĂa el uso de tacones rojos –asociado a la riqueza debido al coste del pigmento– a los miembros de su corte (¡Monsieur Louboutin no fue el primero!).

Al principio fueron los hombres quienes adoptaron los tacones, tratando de imitar el aspecto viril de los caballeros persas. Por otra parte, las mujeres de la aristocracia europea empezaron a llevarlos en la primera mitad del siglo XVII. Se rumorea que Catalina de Médicis, considerada la primera influencer de la historia, mandó hacer zapatos con tacones para estar «a la altura» de su marido, el duque de Orleans, ya que era bajita. Durante aproximadamente un siglo, la moda del calzado fue muy similar para hombres y mujeres. Sin embargo, a finales del siglo XVII los tacones para hombres empezaron a ser más robustos, bajos y cuadrados, mientras que los de las mujeres se hicieron más finos y elegantes.
ILUSTRACIÓN, RACIONALIDAD Y CAMBIO DE GÉNERO: LOS TACONES SE VUELVEN FEMENINOS
Si los hombres dejaron de llevar tacones y volvieron a un calzado más cómodo fue por la Ilustración: la racionalidad y la practicidad pasaron a ser más importantes que la apariencia y la exhibición de privilegios, y esto dio lugar a lo que en la moda se conoce como «la gran renuncia masculina». Los hombres abandonaron gradualmente los accesorios y adornos superfluos como joyas y prendas de colores brillantes y comenzaron a utilizar una vestimenta cada vez más sobria. Muchas prendas y accesorios pasaron a ser patrimonio de las mujeres, y las diferencias entre la ropa de los hombres y la de las mujeres aumentaron considerablemente.
[pullquote]En el siglo XVI, llevar tacones implicaba pertenecer a una clase social que podĂa permitirse no hacer nada práctico, y cuanto más altos eran los tacones, (y, por tanto, menos prácticos), mayor era el estatus social reivindicado[/pullquote]
A mediados del siglo XVIII los hombres habĂan dejado de llevar tacones, que se habĂan convertido en un accesorio femenino y, al margen de su funciĂłn original para montar a caballo, en uno de los principales ejemplos de ropa incĂłmoda (entre las razones que motivaron la desapariciĂłn de los tacones en el calzado masculino, sin embargo, tambiĂ©n hubo otras menos progresistas: en el siglo XVIII, quienes seguĂan llevándolos solĂan ser considerados afeminados o acusados de querer aumentar su altura para competir con Dios).
Pero el momento más bajo en la historia de este calzado llegó con la Revolución francesa. Los tacones también desaparecieron de la moda femenina –Napoleón prohibió por completo el uso de zapatos de tacón alto para ratificar la igualdad entre los ciudadanos– para volver a aparecer a mediados del siglo XIX. Entre los primeros en recuperar el uso de este calzado destacaron los fotógrafos de desnudos femeninos, quienes propiciaron la difusión de imágenes de mujeres sin ropa y con tacones (razón por la que probablemente los tacones hoy siguen teniendo una fuerte connotación erótica).
COWBOYS Y ROCKSTARS: LOS TACONES VUELVEN AL MUNDO MASCULINO
Entre el siglo XIX y el XX, el uso de los tacones entre las mujeres se extendiĂł por todo el mundo, mientras que unas pocas categorĂas de hombres siguieron usándolos. Fueron una excepciĂłn los vaqueros –el tacĂłn bajo de sus botas servĂa para cabalgar con más firmeza, tal y como habĂan hecho los persas siglos atrás– y las estrellas del rock. Entre los cantantes más famosos que llevaban zapatos de tacĂłn recordamos a Bob Dylan y a John Lennon. Además, en muchos casos, los tacones se utilizaban precisamente para subvertir los dogmas occidentales relacionados con la sexualidad y visibilizar expresiones de gĂ©nero no normativas, es el caso de David Bowie (y en general todos los mĂşsicos de glam rock), Elton John o Prince, por poner unos ejemplos (un estilo reinterpretado hoy en dĂa por artistas como Damiano de MĂĄneskin o Harry Styles).

DESAFÍO A LAS NORMAS DE GÉNERO
Al igual que ocurre con la ropa en general, también en el caso de los tacones hemos llegado a una desclasificación –ya que la ropa está cada vez menos ligada a la identidad de género y a la sexualidad– y hoy ya no se consideran solo «zapatos de mujer». Protagonistas indiscutibles de la moda, ahora acompañan a hombres y mujeres en alfombras rojas y revistas.
Desde los caballeros persas, al Rey Sol hasta el glam rock y a la moda genderless, la historia nos muestra que los estereotipos de género son solo convenciones. No hay, sobre el papel, ropa de mujer y ropa de hombre, simplemente ropa, que hay que llevar según la propia personalidad y cómo nos hace sentir. De ahà que los tacones hoy siguen marcando nuestros pasos… y seguirán haciéndolo durante mucho tiempo.