6 de agosto 2013    /   CIENCIA
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Los tesoros que Napoleón se trajo de Egipto

6 de agosto 2013    /   CIENCIA     por          
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En 1798 comenzó, de la mano de Napoleón Bonaparte, una de las expediciones científicas mÔs peculiares y provechosas de la historia, durante la campaña de Egipto. El general se hizo acompañar por docenas de científicos para que recogieran toda la información sobre los tesoros de aquel exótico país. Hace dos siglos se editaban los volúmenes dedicados a su Historia Natural, cargados de lÔminas y descripciones de su fauna y flora.

(ArtĆ­culo de Materia Ciencia)

1. Anatomía. Los biólogos que acompañaron a Napoleón no escatimaron en detalles en sus descripciones anatómicas, como es el caso de este murciélago.

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2. Mamíferos. Los 900 grabados que describen la historia natural y arquitectónica de Egipto incluyen numerosas descripciones de los animales que podían encontrarse a principios del siglo XIX.

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3. Murciélagos. Los científicos franceses recogieron detalles de un buen número de especies de murciélagos egipcios.

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4. Carnero y muflón. La edición de las descripciones de estos animales comenzó en 1801, tras regresar a Francia.

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5.Ā Rapaces.Ā Las aves ocupan buena parte de uno de los libros dedicados a historia natural.

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6. Peces. Los biólogos también investigaron bajo las aguas para describir la fauna acuÔtica de Egipto, como en el caso de estos peces globo.

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7. Rayas. Muchas de las especies descritas en esta enciclopedia de los tesoros naturales egipcios ahora figuran con otros nombres científicos en las bases de datos biológicas, como es el caso de estas rayas8

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8. Pulpo. Los científicos estaban acompañados de artistas que les ayudaban a plasmar con todo lujo de detalles la morfología de los animales.

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9. Pepinos. Estos pepinos de mar también merecieron el esfuerzo de los naturalistas franceses.

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10. Minerales. Los libros también incluyen un importante espacio para los minerales (pórfido).

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11. Flora. Gran parte de las lƔminas recogen muestras de la variedad vegetal de Egipto.

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12. Cocodrilo. En una descripción de los tesoros naturales egipcios no podía faltar el cocodrilo.

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13. Serpientes. Tampoco faltó espacio para describir varias especies de serpientes, como estas víboras.

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Un agosto de hace poco mÔs de dos siglos, un grupo de hombres extraordinarios se reunía en el salón del harén de un mameluco exiliado, en El Cairo. Su objetivo era fundar el Instituto de Egipto, a semejanza del renombrado Instituto de Francia, una distinguida institución académica de la que formaban parte la mayoría de los allí convocados.

Uno de ellos era Napoleón Bonaparte que, en una de sus importantes muestras de afecto por la ciencia, decidió acompañarse por mÔs de 160 naturalistas, matemÔticos, arqueólogos y otros hombres de ciencia al embarcar con 400 naves y 44.000 soldados hacia su conocida campaña egipcia. Napoleón tenía por bandera la Ilustración y defendía la labor de esos filósofos que habían reventado el pensamiento del Antiguo Régimen. Embarcando a esos intelectuales en 1798, comenzaba una de las aventuras científicas mÔs apasionantes y productivas de la historia.

Durante tres aƱos, esos cientĆ­ficos realizaron una pormenorizada descripción de los legados artĆ­sticos, arquitectónicos y polĆ­ticos de Egipto. Pero tambiĆ©n de su rica historia natural, descubriendo numerosas especies y describiendo animales y plantas de todo tipo. En esa campaƱa se descubrirĆ­a la decisiva Piedra de Rosetta, por ejemplo. En 1801 tuvieron que regresar a Francia, derrotados, pero con una importante colección de tesoros y hallazgos en sus bodegas. Nada mĆ”s llegar, Napoleón ordenarĆ­a recopilar y publicar toda esa información, empapado como estaba porĀ el espĆ­ritu de los enciclopedistas, fundando la egiptologĆ­a moderna. AsĆ­ nació laĀ Description de l’Égypte, una serie monumental de libros que se editarĆ­an entre 1809 y 1829.

Y precisamente hace 200 aƱos,Ā en 1813, terminaba de compilarse la primera edición dedicada a la Historia Natural, a su fauna y su flora, que quedó tan magnĆ­ficamente retratada como muestran las lĆ”minas de esta galerĆ­a. Porque los cientĆ­ficos iban acompaƱados de numerosos artistas que supieron reflejar fielmente esos tesoros en mĆ”s de 900 lĆ”minas. Hace un par de aƱos, Christie’s subastó una colección de los 23 tomos originales: se vendió por mĆ”s de un millón de euros. Afortunadamente, su digitalización nos permite disfrutar en internet de este legado cientĆ­fico.

Materia es una redacción de noticias de ciencia, medio ambiente, salud y tecnología, comprometida con la elaboración de información de alta calidad, con rigor e independencia. Los contenidos de Materia pueden ser republicados gratuitamente. Lee, piensa, comparte.

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En 1798 comenzó, de la mano de Napoleón Bonaparte, una de las expediciones científicas mÔs peculiares y provechosas de la historia, durante la campaña de Egipto. El general se hizo acompañar por docenas de científicos para que recogieran toda la información sobre los tesoros de aquel exótico país. Hace dos siglos se editaban los volúmenes dedicados a su Historia Natural, cargados de lÔminas y descripciones de su fauna y flora.

(ArtĆ­culo de Materia Ciencia)

1. Anatomía. Los biólogos que acompañaron a Napoleón no escatimaron en detalles en sus descripciones anatómicas, como es el caso de este murciélago.

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2. Mamíferos. Los 900 grabados que describen la historia natural y arquitectónica de Egipto incluyen numerosas descripciones de los animales que podían encontrarse a principios del siglo XIX.

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3. Murciélagos. Los científicos franceses recogieron detalles de un buen número de especies de murciélagos egipcios.

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4. Carnero y muflón. La edición de las descripciones de estos animales comenzó en 1801, tras regresar a Francia.

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5.Ā Rapaces.Ā Las aves ocupan buena parte de uno de los libros dedicados a historia natural.

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6. Peces. Los biólogos también investigaron bajo las aguas para describir la fauna acuÔtica de Egipto, como en el caso de estos peces globo.

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7. Rayas. Muchas de las especies descritas en esta enciclopedia de los tesoros naturales egipcios ahora figuran con otros nombres científicos en las bases de datos biológicas, como es el caso de estas rayas8

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8. Pulpo. Los científicos estaban acompañados de artistas que les ayudaban a plasmar con todo lujo de detalles la morfología de los animales.

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9. Pepinos. Estos pepinos de mar también merecieron el esfuerzo de los naturalistas franceses.

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10. Minerales. Los libros también incluyen un importante espacio para los minerales (pórfido).

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11. Flora. Gran parte de las lƔminas recogen muestras de la variedad vegetal de Egipto.

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12. Cocodrilo. En una descripción de los tesoros naturales egipcios no podía faltar el cocodrilo.

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13. Serpientes. Tampoco faltó espacio para describir varias especies de serpientes, como estas víboras.

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Un agosto de hace poco mÔs de dos siglos, un grupo de hombres extraordinarios se reunía en el salón del harén de un mameluco exiliado, en El Cairo. Su objetivo era fundar el Instituto de Egipto, a semejanza del renombrado Instituto de Francia, una distinguida institución académica de la que formaban parte la mayoría de los allí convocados.

Uno de ellos era Napoleón Bonaparte que, en una de sus importantes muestras de afecto por la ciencia, decidió acompañarse por mÔs de 160 naturalistas, matemÔticos, arqueólogos y otros hombres de ciencia al embarcar con 400 naves y 44.000 soldados hacia su conocida campaña egipcia. Napoleón tenía por bandera la Ilustración y defendía la labor de esos filósofos que habían reventado el pensamiento del Antiguo Régimen. Embarcando a esos intelectuales en 1798, comenzaba una de las aventuras científicas mÔs apasionantes y productivas de la historia.

Durante tres aƱos, esos cientĆ­ficos realizaron una pormenorizada descripción de los legados artĆ­sticos, arquitectónicos y polĆ­ticos de Egipto. Pero tambiĆ©n de su rica historia natural, descubriendo numerosas especies y describiendo animales y plantas de todo tipo. En esa campaƱa se descubrirĆ­a la decisiva Piedra de Rosetta, por ejemplo. En 1801 tuvieron que regresar a Francia, derrotados, pero con una importante colección de tesoros y hallazgos en sus bodegas. Nada mĆ”s llegar, Napoleón ordenarĆ­a recopilar y publicar toda esa información, empapado como estaba porĀ el espĆ­ritu de los enciclopedistas, fundando la egiptologĆ­a moderna. AsĆ­ nació laĀ Description de l’Égypte, una serie monumental de libros que se editarĆ­an entre 1809 y 1829.

Y precisamente hace 200 aƱos,Ā en 1813, terminaba de compilarse la primera edición dedicada a la Historia Natural, a su fauna y su flora, que quedó tan magnĆ­ficamente retratada como muestran las lĆ”minas de esta galerĆ­a. Porque los cientĆ­ficos iban acompaƱados de numerosos artistas que supieron reflejar fielmente esos tesoros en mĆ”s de 900 lĆ”minas. Hace un par de aƱos, Christie’s subastó una colección de los 23 tomos originales: se vendió por mĆ”s de un millón de euros. Afortunadamente, su digitalización nos permite disfrutar en internet de este legado cientĆ­fico.

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