Sara Batuecas es el nombre real tras el seudĂłnimo de TebabĂș, un apelativo que hace alusiĂłn al tabĂș de la teta. Esta joven madrileña de 29 años dice de sĂ misma que se cayĂł en una marmita de creatividad cuando era pequeña, y desde entonces sigue soñando con vivir del arte algĂșn dĂa.
No fue la ilustraciĂłn el primer palo artĂstico al que se acercĂł TetabĂș, sino la performance «y la crĂtica social». Tal vez, porque estudiĂł arte dramĂĄtico. DespuĂ©s, se acercĂł a la fotografĂa de manera autodidacta. «Lo que mĂĄs me interesa retratar es el desnudo artĂstico femenino mostrĂĄndolo desde una perspectiva mĂĄs natural, sin tabĂșes y sin estar hipersexualizado». Y como lo de subir desnudos a las redes sociales se hizo muy difĂcil por la censura que sufren este tipo de imĂĄgenes, empezĂł a dibujar. «Por un lado, para no sentir la censura a mis espaldas y por otro, para poder abarcar mĂĄs temas que necesito sacar».


Y ahĂ estĂĄ el quid de la cuestiĂłn. Una de las razones por las que Batuecas dibuja es porque el arte le sirve de terapia. De risoterapia, como puntualiza en la bio de su perfil de Instagram. «Si no, me ahogarĂa; el arte me permite sacar temas que, sin Ă©l, no sabrĂa cĂłmo hacerlo. Siento que debe tener un mensaje detrĂĄs, no puede ser Ășnicamente estĂ©tico. Por otro lado, viendo el vaso medio vacĂo, el arte es un pozo de precariedad econĂłmica ya que sigue sin tener el valor que se merece en la sociedad».


Las viñetas de la madrileña podrĂan considerarse una especie de diario. «Puedo hablar sobre anĂ©cdotas cotidianas, pensamientos que se me ocurren y situaciones sociales en las que necesito posicionarme». Uno de esos intereses sociales es el feminismo, pero abarcando muchas ramas: la liberaciĂłn del cuerpo, el amor propio, la inclusividad, la sexualidad⊠Pero asegura que sus ilustraciones no se constriñen a un Ășnico tema y que va por Ă©pocas. Eso sĂ, teniendo como inspiraciĂłn clara «alzar la voz sobre temas que son mĂĄs tabĂșes desde un lenguaje mĂĄs pĂcaro, a la par que sensibilizar a las personas».

«Intento dibujar casi todos los dĂas algo», explica sobre su proceso de trabajo. «Si estoy en una etapa en la que me cuesta mĂĄs ponerme a dibujar, me fuerzo; y ya, una vez que me pongo, lo demĂĄs sale solo. Que la inspiraciĂłn te pille trabajando dicen…». Apunta en un bloc de notas las ideas que se le van ocurriendo y recurre a Ă©l cuando no sabe quĂ© dibujar.

TetabĂș, afirma, es una especie de alter ego que ilustra lo que le gustarĂa expresar sin un papel de por medio. «El punto sarcĂĄstico y de humor me sale solo. No pienso en si gusta mĂĄs asĂ o no. Pero sĂ© que necesito que estĂ©. Me oxigena y me permite disfrutar mucho mĂĄs el proceso. Me ayuda a tratar temas mĂĄs fuertes transformĂĄndolos». Y ese tratamiento humorĂstico y pelĂn sarcĂĄstico a veces consigue involucrar a todo tipo de pĂșblico, hombres incluidos. Ya se sabe, el mensaje, por duro que parezca, con humor entra. «PensĂĄndolo bien, sĂ que puede que la gente no se sienta tan atacada. Al igual que yo necesito ese toque de humor para no revolcarme en la crudeza, habrĂĄ muchas personas que necesiten lo mismo».



Quizå por eso recurre a los personajes de Los Simpson en ocasiones. Estos dibujos, cuenta, la han acompañado desde la infancia. «Abarcan tantos temas que alguna idea que me viene a la cabeza me es mås sencilla plasmarla dibujåndoles».
Y concluye: «El humor estĂĄ mucho mĂĄs presente en el dĂa a dĂa de lo que creemos. Solo hay que saber apreciarlo».