The Human Library Organization: la biblioteca que reemplaza los libros por personas
”Yorokobu gratis en formato digital!
Dinamarca. CorrĆa el aƱo 1993 cuando un amigo de Ronni tuvo un altercado nocturno y fue apuƱalado. Logró sobrevivir, pero aquel incidente aumentó las ganas de los dos amigos de involucrarse en proyectos sociales, y decidieron pasar a la acción creando una organización juvenil a la que llamaron Stop the violence.
El enfoque estaba claro: educar sobre la violencia a través de los propios jóvenes, de joven a joven. Este leimotiv fue el que, años mÔs tarde, hizo que se gestase el proyecto The Human Library.
Ahora contaban con la ventaja de haber analizado de cerca la dinĆ”mica social de la violencia y las mĆŗltiples razones por las que la gente se pelea. La conclusión a la que llegaron fue que la mayorĆa de las confrontaciones tienen un comĆŗn denominador: que una determinada persona no comprende a otra. AsĆ que pensaron en un modo deĀ unir a gente que, a priori, creyese no tener afinidad entre sĆ. La palabra se convirtió en la bisagraĀ perfecta para materializar dicho acercamiento y en el aƱo 2000 nació The Human Library Organization (The HLO).
Se trata de un espacio para el diÔlogo, una biblioteca en la que los libros son personas que representan un amplio abanico tipológico de estereotipos sociales, y donde el diÔlogo honesto hace que los lectores limen sus prejuicios. Da igual que estos sean innatos o adquiridos, conscientes o inconscientes, aquà lo importante es que las neuronas espejo de ambas partes permanezcan activas el mayor tiempo posible.
Entre sus libros encarnados se pueden encontrar algunos estereotipos tan interesantes como el alcohólico, el autista, el gay, el obeso, el transgĆ©nero, el depresivo, el refugiado, el judĆo, el desempleado, el sintecho, el esquizofrĆ©nico; personas que han sufrido abusos sexuales, con trastorno alimenticio, con implantes y modificaciones corporales o los poliamorosos, entre otros muchos.Ā Accedes, seleccionas tu libro y la magia del diĆ”logo y de la escucha hace el resto.
The HLO no es una utopĆa ni una entelequia meliflua del concepto sociedad. Desde hace 20 aƱos realiza una magnĆfica labor internacional, construyendo unos cimientos que son, sin duda, un legado incalculable. Hablamos con Ronni, uno de los fundadores, para saber de primera mano cómo es el corazón de la organización.
¿CuÔl es la razón de ser de The HLO?
Dar la posibilidad a la gente de encontrarse y leer a personas que, de otro modo, probablemente, no se hubiesen conocido. Y ofrecer un escenario para hablar de sus diferencias, y hacerlo en un contexto neutro sin ningún tipo de violencia. Digamos que el objetivo es detener la violencia construyendo buenos cimientos y puentes hacia la comprensión del otro. The HLO es una oportunidad para aprender.
ĀæCuĆ”l fue la idea original de la organización?Ā
Nos dimos cuenta de que los estereotipos negativos provocan que no sepamos, en realidad, lo suficiente sobre los demĆ”s. Pensamos que si los juntĆ”bamos y los ponĆamosĀ a hablar entre sĆ, quizĆ” estos prejuicios se reemplazarĆan por otro tipo de relaciones mucho mĆ”s significativas. QuizĆ” seamos amigos o quizĆ” no, pero, de momento, yo entiendo por quĆ© eres diferente y eso me facilita aceptarte porque te entiendo. No tenemos que ser amigos, ni siquiera tengo que estar de acuerdo contigo, pero en un mundo adecuado, al menos, nos respetarĆamosĀ siendo quienes somos.Ā Es una actitud. Necesitamos entender la reacción de alguien cuando es muy diferente a nosotros mismos.
¿Por qué crees que existe esa brecha inicial de incomprensión o de prejuicio?
Creo que nuestro instinto de supervivencia hace que temamos lo desconocido, que reaccionemos en oposición a lo que no nos es familiar, y que, ante algunos estereotipos, pensemos «¿es esta persona contagiosa?, Āæes peligrosa?Ā». Se trata de algo primitivo que forma parte de nuestra naturaleza humana: antes de ser Ana, antes de ser hermana, antes de ser hija… somos seres vivos y, por lo tanto, traemos con nosotros un instinto de supervivencia que no podemos aplacar (de hecho, si lo hiciĆ©semos, morirĆamos). Pero este instinto actĆŗa demasiado deprisa,Ā y desde The HLO queremos educarlo para que tengamos una respuesta mucho mĆ”s inteligente ante la diversidad. Lo que nosotros ofrecemos es la oportunidad de leer tu propio juicio.
Aunque The HLO se originó en Dinamarca, ahora mismo cuenta con una amplĆsima red internacional de colaboradores. ĀæCómo se generan estas relaciones?
Lo realmente difĆcil no es comenzar, sino sobrevivir. Tenemos distintos socios y diferentes niveles de colaboración, con colecciones locales de libros en Londres, Edimburgo, Hamburgo, Copenhague, Nueva York, Los Ćngeles e Indiana, entre otros. Contar con estos libros alrededor del mundo nos permite operar de un modo directo, lo cual beneficia a todos.
¿Qué factores tenéis en cuenta para fraguar estas colaboraciones?
Para nosotros es superimportante crear eventos o espacios en los que nuestros libros estƩn a gusto y a salvo, porque en el momento en que sacas a estas personas de su ambiente las conviertes en vulnerables. Hay que tener en cuenta estas consideraciones; tienes que cuidar los libros y asegurarte de que los lectores vienen con las intenciones adecuadas. Del mismo modo que es importante dar con socio que no vaya a discriminar.
Por ejemplo, en Rusia no estĆ”n permitidas las personas LGTB en instituciones pĆŗblicas, y en TĆŗnez ocurre lo mismo. No podemos permitirnos instituciones o socios que censuren o discriminen nuestros propios contenidos, asĆ que, como muchos lugares tienen sus propias polĆticas de restricción, la adaptación local es muy necesaria. Sucumbir a eso serĆa una falta de integridadĀ y de credibilidad para The HLO.
Entiendo que la plataforma ha encontrado su implementación en diferentes Ć”reas de la sociedad civil. ĀæEs asĆ?, Āæpuedes compartir algĆŗn ejemplo?Ā
En Dinamarca, a nivel universidad, tenemos varias implicaciones curriculares. Es el caso del Instituto de Trabajo Social, que alberga The HLO durante la primera semana de cada curso universitario. Nos encanta estar ahĆ. Cada semestre, los alumnos tienen acceso a 150 libros que los ayudan a enriquecerse. En Copenhague contamos con 170 personas que hacen realidad mĆ”s de 30 eventos al aƱo. Esto hace que tambiĆ©n tengamos que ser una organización sostenible y duradera en elĀ tiempo. Creemos que una buena colección de libros es una inversión en la propia comunidad, mĆ”s rentable que cualquier otra, sobre todo en lo que a valores humanos se refiere. Y, por otro lado, Ā”cuantos mĆ”s libros tengamos, mayor serĆ” el impacto en esas sociedades!
¿En qué consiste un evento The HLO?
Publicamos personas que, de manera voluntaria, quieren convertirse en libros abiertos para ti, como lector; para proporcionar un espacio seguro en el que preguntar, no ser juzgado y, a travĆ©s de la experiencia personal de los miembros, hallar respuestas a asuntos potencialmente difĆciles. Los voluntarios responden a tus preguntas; no tienes porquĆ© ser tĆmidoĀ o tener miedo, no tienes que decir tuĀ nombre o de dónde vienes.
No hay preguntas estúpidas y todas son respondidas con sinceridad. Si eres respetuoso, el libro te dirÔ qué opina y qué experiencia tiene al respecto. Siempre que seas respetuoso con el libro, eres bienvenido para ser un lector. Si, por ejemplo, hay padres con un hijo que sufre algún desorden alimenticio, pueden hablar con otros padres en la misma situación para ver qué pueden hacer para ayudarlo y apoyarlo. Todo esto hace que nuestros eventos sean heterogéneos, y eso nos encanta.
¿Con qué retos os encontrÔis en estos eventos?
Uno de los retos que tenemos es que a la gente le encanta el concepto The HLO, pero, a veces, percibimos que solo quieren un grupo determinado de nuestros libros. Y eso es contradictorio con el propio concepto de librerĆa; eso serĆa una pequeƱa balda. Acotar la selección de antemano no tiene sentido. Cuando uno echa un vistazo al catĆ”logo y ve, por ejemplo, un sintecho, entiende que eso es un estigma. TambiĆ©n lo es bipolar, trastorno alimenticio, polĆtico, policĆa, refugiado…
Es decir, puedes apreciar que hay muchas mÔs comunidades o grupos que sufren incomprensión. No podemos enamorarnos de un grupo solo porque nos guste o porque en ese momento sea un tema de conversación. No creo que haya mala intención cuando se hace esa segregación, pero nosotros somos una plataforma de aprendizaje para la inclusión y la diversidad, y procuramos que sea asà siempre.
ĀæQuĆ© caracterĆsticas debe tener alguien para convertirse en uno de vuestros libros?
Debes tener motivación para ayudar a entender mejor al colectivo al que representas, no solo promocionarte a ti, a tu libro o tu tema en cuestión. Si, por ejemplo, eres portador del sida, cuando te manifiestas como libro no hablas sobre ti, sino sobre tiĀ y el resto de portadores de este virus. Eso no quita para que despuĆ©s reconozcamos a tĆtulo personal la labor de algunos de nuestros miembros. De hecho, tenemos los Human Library Book Awards, que tienen el propósito de reconocer a nuestros libros y bibliotecarios por su coraje y su valiosa contribución a la sociedad.
Entonces, ¿qué tipo de colaboraciones o voluntariado existen?
Puedes ser voluntario como libro y como bibliotecario. Estos Ćŗltimos ayudan a crear los eventos, cuidan de los lectores y de los libros, reclutan nuevos libros… Su labor es muy importante para mantenerĀ la propia biblioteca.
¿CuÔl fue el best seller del año pasado?
En Dinamarca fue el transgƩnero.
ĀæHabĆ©is percibidoĀ si varĆa segĆŗn va cambiando elĀ contexto social?
La verdad es que sĆ. Si hay cambios en la sociedad, se multiplican las bĆŗsquedas afines. Te pongo un ejemplo: en Dinamarca se aprobó el aƱo pasado que llevar nicabĀ esĀ ilegal, asĆ que, de repente, las mujeres que lo llevaban se convirtieron en ilegales y esto provocó cambios en las dinĆ”micas de los eventos. Notamos un pico de personas que solicitaban estos libros.
¿Qué prejuicio crees que es el mÔs extendido en la actualidad?
Hay tabĆŗes que parecen ser globales y, en concreto, creo que las enfermedades mentales son uno claro. En mis viajes con The HLO he identificado que existe el reto de sentirse cómodo hablando con un enfermo mental. La gente lo asocia a estar loco, nos provoca inseguridad. Pero hay otros muchos temas; no quiero reducirlo a uno solo porque lo importante es que he comprobado que existen muchos tabĆŗes que podrĆamos considerar universales.
¿Y la necesidad mÔs apremiante?
Instrumentos para la paz: a mayor cohesión social, mayores probabilidades de que la gente viva en paz. Asà que nuestra necesidad mÔs acuciante es generar el mayor número de conversaciones posible para que esa comprensión y cohesión social se produzca. Esa es nuestra misión.
”Yorokobu gratis en formato digital!
Dinamarca. CorrĆa el aƱo 1993 cuando un amigo de Ronni tuvo un altercado nocturno y fue apuƱalado. Logró sobrevivir, pero aquel incidente aumentó las ganas de los dos amigos de involucrarse en proyectos sociales, y decidieron pasar a la acción creando una organización juvenil a la que llamaron Stop the violence.
El enfoque estaba claro: educar sobre la violencia a través de los propios jóvenes, de joven a joven. Este leimotiv fue el que, años mÔs tarde, hizo que se gestase el proyecto The Human Library.
Ahora contaban con la ventaja de haber analizado de cerca la dinĆ”mica social de la violencia y las mĆŗltiples razones por las que la gente se pelea. La conclusión a la que llegaron fue que la mayorĆa de las confrontaciones tienen un comĆŗn denominador: que una determinada persona no comprende a otra. AsĆ que pensaron en un modo deĀ unir a gente que, a priori, creyese no tener afinidad entre sĆ. La palabra se convirtió en la bisagraĀ perfecta para materializar dicho acercamiento y en el aƱo 2000 nació The Human Library Organization (The HLO).
Se trata de un espacio para el diÔlogo, una biblioteca en la que los libros son personas que representan un amplio abanico tipológico de estereotipos sociales, y donde el diÔlogo honesto hace que los lectores limen sus prejuicios. Da igual que estos sean innatos o adquiridos, conscientes o inconscientes, aquà lo importante es que las neuronas espejo de ambas partes permanezcan activas el mayor tiempo posible.
Entre sus libros encarnados se pueden encontrar algunos estereotipos tan interesantes como el alcohólico, el autista, el gay, el obeso, el transgĆ©nero, el depresivo, el refugiado, el judĆo, el desempleado, el sintecho, el esquizofrĆ©nico; personas que han sufrido abusos sexuales, con trastorno alimenticio, con implantes y modificaciones corporales o los poliamorosos, entre otros muchos.Ā Accedes, seleccionas tu libro y la magia del diĆ”logo y de la escucha hace el resto.
The HLO no es una utopĆa ni una entelequia meliflua del concepto sociedad. Desde hace 20 aƱos realiza una magnĆfica labor internacional, construyendo unos cimientos que son, sin duda, un legado incalculable. Hablamos con Ronni, uno de los fundadores, para saber de primera mano cómo es el corazón de la organización.
¿CuÔl es la razón de ser de The HLO?
Dar la posibilidad a la gente de encontrarse y leer a personas que, de otro modo, probablemente, no se hubiesen conocido. Y ofrecer un escenario para hablar de sus diferencias, y hacerlo en un contexto neutro sin ningún tipo de violencia. Digamos que el objetivo es detener la violencia construyendo buenos cimientos y puentes hacia la comprensión del otro. The HLO es una oportunidad para aprender.
ĀæCuĆ”l fue la idea original de la organización?Ā
Nos dimos cuenta de que los estereotipos negativos provocan que no sepamos, en realidad, lo suficiente sobre los demĆ”s. Pensamos que si los juntĆ”bamos y los ponĆamosĀ a hablar entre sĆ, quizĆ” estos prejuicios se reemplazarĆan por otro tipo de relaciones mucho mĆ”s significativas. QuizĆ” seamos amigos o quizĆ” no, pero, de momento, yo entiendo por quĆ© eres diferente y eso me facilita aceptarte porque te entiendo. No tenemos que ser amigos, ni siquiera tengo que estar de acuerdo contigo, pero en un mundo adecuado, al menos, nos respetarĆamosĀ siendo quienes somos.Ā Es una actitud. Necesitamos entender la reacción de alguien cuando es muy diferente a nosotros mismos.
¿Por qué crees que existe esa brecha inicial de incomprensión o de prejuicio?
Creo que nuestro instinto de supervivencia hace que temamos lo desconocido, que reaccionemos en oposición a lo que no nos es familiar, y que, ante algunos estereotipos, pensemos «¿es esta persona contagiosa?, Āæes peligrosa?Ā». Se trata de algo primitivo que forma parte de nuestra naturaleza humana: antes de ser Ana, antes de ser hermana, antes de ser hija… somos seres vivos y, por lo tanto, traemos con nosotros un instinto de supervivencia que no podemos aplacar (de hecho, si lo hiciĆ©semos, morirĆamos). Pero este instinto actĆŗa demasiado deprisa,Ā y desde The HLO queremos educarlo para que tengamos una respuesta mucho mĆ”s inteligente ante la diversidad. Lo que nosotros ofrecemos es la oportunidad de leer tu propio juicio.
Aunque The HLO se originó en Dinamarca, ahora mismo cuenta con una amplĆsima red internacional de colaboradores. ĀæCómo se generan estas relaciones?
Lo realmente difĆcil no es comenzar, sino sobrevivir. Tenemos distintos socios y diferentes niveles de colaboración, con colecciones locales de libros en Londres, Edimburgo, Hamburgo, Copenhague, Nueva York, Los Ćngeles e Indiana, entre otros. Contar con estos libros alrededor del mundo nos permite operar de un modo directo, lo cual beneficia a todos.
¿Qué factores tenéis en cuenta para fraguar estas colaboraciones?
Para nosotros es superimportante crear eventos o espacios en los que nuestros libros estƩn a gusto y a salvo, porque en el momento en que sacas a estas personas de su ambiente las conviertes en vulnerables. Hay que tener en cuenta estas consideraciones; tienes que cuidar los libros y asegurarte de que los lectores vienen con las intenciones adecuadas. Del mismo modo que es importante dar con socio que no vaya a discriminar.
Por ejemplo, en Rusia no estĆ”n permitidas las personas LGTB en instituciones pĆŗblicas, y en TĆŗnez ocurre lo mismo. No podemos permitirnos instituciones o socios que censuren o discriminen nuestros propios contenidos, asĆ que, como muchos lugares tienen sus propias polĆticas de restricción, la adaptación local es muy necesaria. Sucumbir a eso serĆa una falta de integridadĀ y de credibilidad para The HLO.
Entiendo que la plataforma ha encontrado su implementación en diferentes Ć”reas de la sociedad civil. ĀæEs asĆ?, Āæpuedes compartir algĆŗn ejemplo?Ā
En Dinamarca, a nivel universidad, tenemos varias implicaciones curriculares. Es el caso del Instituto de Trabajo Social, que alberga The HLO durante la primera semana de cada curso universitario. Nos encanta estar ahĆ. Cada semestre, los alumnos tienen acceso a 150 libros que los ayudan a enriquecerse. En Copenhague contamos con 170 personas que hacen realidad mĆ”s de 30 eventos al aƱo. Esto hace que tambiĆ©n tengamos que ser una organización sostenible y duradera en elĀ tiempo. Creemos que una buena colección de libros es una inversión en la propia comunidad, mĆ”s rentable que cualquier otra, sobre todo en lo que a valores humanos se refiere. Y, por otro lado, Ā”cuantos mĆ”s libros tengamos, mayor serĆ” el impacto en esas sociedades!
¿En qué consiste un evento The HLO?
Publicamos personas que, de manera voluntaria, quieren convertirse en libros abiertos para ti, como lector; para proporcionar un espacio seguro en el que preguntar, no ser juzgado y, a travĆ©s de la experiencia personal de los miembros, hallar respuestas a asuntos potencialmente difĆciles. Los voluntarios responden a tus preguntas; no tienes porquĆ© ser tĆmidoĀ o tener miedo, no tienes que decir tuĀ nombre o de dónde vienes.
No hay preguntas estúpidas y todas son respondidas con sinceridad. Si eres respetuoso, el libro te dirÔ qué opina y qué experiencia tiene al respecto. Siempre que seas respetuoso con el libro, eres bienvenido para ser un lector. Si, por ejemplo, hay padres con un hijo que sufre algún desorden alimenticio, pueden hablar con otros padres en la misma situación para ver qué pueden hacer para ayudarlo y apoyarlo. Todo esto hace que nuestros eventos sean heterogéneos, y eso nos encanta.
¿Con qué retos os encontrÔis en estos eventos?
Uno de los retos que tenemos es que a la gente le encanta el concepto The HLO, pero, a veces, percibimos que solo quieren un grupo determinado de nuestros libros. Y eso es contradictorio con el propio concepto de librerĆa; eso serĆa una pequeƱa balda. Acotar la selección de antemano no tiene sentido. Cuando uno echa un vistazo al catĆ”logo y ve, por ejemplo, un sintecho, entiende que eso es un estigma. TambiĆ©n lo es bipolar, trastorno alimenticio, polĆtico, policĆa, refugiado…
Es decir, puedes apreciar que hay muchas mÔs comunidades o grupos que sufren incomprensión. No podemos enamorarnos de un grupo solo porque nos guste o porque en ese momento sea un tema de conversación. No creo que haya mala intención cuando se hace esa segregación, pero nosotros somos una plataforma de aprendizaje para la inclusión y la diversidad, y procuramos que sea asà siempre.
ĀæQuĆ© caracterĆsticas debe tener alguien para convertirse en uno de vuestros libros?
Debes tener motivación para ayudar a entender mejor al colectivo al que representas, no solo promocionarte a ti, a tu libro o tu tema en cuestión. Si, por ejemplo, eres portador del sida, cuando te manifiestas como libro no hablas sobre ti, sino sobre tiĀ y el resto de portadores de este virus. Eso no quita para que despuĆ©s reconozcamos a tĆtulo personal la labor de algunos de nuestros miembros. De hecho, tenemos los Human Library Book Awards, que tienen el propósito de reconocer a nuestros libros y bibliotecarios por su coraje y su valiosa contribución a la sociedad.
Entonces, ¿qué tipo de colaboraciones o voluntariado existen?
Puedes ser voluntario como libro y como bibliotecario. Estos Ćŗltimos ayudan a crear los eventos, cuidan de los lectores y de los libros, reclutan nuevos libros… Su labor es muy importante para mantenerĀ la propia biblioteca.
¿CuÔl fue el best seller del año pasado?
En Dinamarca fue el transgƩnero.
ĀæHabĆ©is percibidoĀ si varĆa segĆŗn va cambiando elĀ contexto social?
La verdad es que sĆ. Si hay cambios en la sociedad, se multiplican las bĆŗsquedas afines. Te pongo un ejemplo: en Dinamarca se aprobó el aƱo pasado que llevar nicabĀ esĀ ilegal, asĆ que, de repente, las mujeres que lo llevaban se convirtieron en ilegales y esto provocó cambios en las dinĆ”micas de los eventos. Notamos un pico de personas que solicitaban estos libros.
¿Qué prejuicio crees que es el mÔs extendido en la actualidad?
Hay tabĆŗes que parecen ser globales y, en concreto, creo que las enfermedades mentales son uno claro. En mis viajes con The HLO he identificado que existe el reto de sentirse cómodo hablando con un enfermo mental. La gente lo asocia a estar loco, nos provoca inseguridad. Pero hay otros muchos temas; no quiero reducirlo a uno solo porque lo importante es que he comprobado que existen muchos tabĆŗes que podrĆamos considerar universales.
¿Y la necesidad mÔs apremiante?
Instrumentos para la paz: a mayor cohesión social, mayores probabilidades de que la gente viva en paz. Asà que nuestra necesidad mÔs acuciante es generar el mayor número de conversaciones posible para que esa comprensión y cohesión social se produzca. Esa es nuestra misión.