Geralt de Rivia tiene el pelo blanco y una cicatriz que le atraviesa el ojo izquierdo. Caza monstruos por profesión, se acuesta con bellas damiselas como la hechicera Triss y tiene como amigo al bardo aristócrata Jaskier. Es cÃnico, irreverente, irónico y un poco cabrón, y se le puede ver protagonizando la saga de videojuegos The Witcher, cuya última entrega ha rebasado los 10 millones de copias vendidas. Pero a Andrzej Sapkowski, apodado el Tolkien polaco y creador de los libros en los que se basan los juegos, no le han reportado ni un solo euro.
La culpa, hay que decirlo, es toda suya. El primer juego de la saga de The Witcher salió en 2007 y es obra de CD Projekt, una distribuidora polaca que querÃa hacer videojuegos. The Witcher iba a ser su primer proyecto y se acercaron a Sapkowski para negociar los derechos. No era el primer intento de adaptación. Y el anterior habÃa sido un fracaso. La gente de CD Projekt llegó dispuesta a negociar pero Sapkowski, que ha llegado a declarar que entiende de vodka y de juegos de cartas pero no de matar marcianitos, tenÃa claro lo que querÃa. El dinero, cuenta en EuroGamer.
Ahà paró la cosa y Sapkowski siguió con su vida. Y publicando. Un libro de cuentos de fantasÃa, otro sobre Alicia en el PaÃs de las Maravillas, una trilogÃa sobre las guerras husitas de 1420 a 1434 que acabó en 2006…
Si le vienen a pedir que les firme la carátula del videojuego, lo hace. SerÃa de maleducados no hacerlo. Son sus fans; de una manera indirecta, pero sus fans.
En el fondo, todo lo que los fans compraron en los 25 millones de copias de la saga de Geralt de Rivia que se han vendido en todo el mundo salió de la cabeza de este Tolkien polaco.
Geralt de Rivia tiene el pelo blanco y una cicatriz que le atraviesa el ojo izquierdo. Caza monstruos por profesión, se acuesta con bellas damiselas como la hechicera Triss y tiene como amigo al bardo aristócrata Jaskier. Es cÃnico, irreverente, irónico y un poco cabrón, y se le puede ver protagonizando la saga de videojuegos The Witcher, cuya última entrega ha rebasado los 10 millones de copias vendidas. Pero a Andrzej Sapkowski, apodado el Tolkien polaco y creador de los libros en los que se basan los juegos, no le han reportado ni un solo euro.
La culpa, hay que decirlo, es toda suya. El primer juego de la saga de The Witcher salió en 2007 y es obra de CD Projekt, una distribuidora polaca que querÃa hacer videojuegos. The Witcher iba a ser su primer proyecto y se acercaron a Sapkowski para negociar los derechos. No era el primer intento de adaptación. Y el anterior habÃa sido un fracaso. La gente de CD Projekt llegó dispuesta a negociar pero Sapkowski, que ha llegado a declarar que entiende de vodka y de juegos de cartas pero no de matar marcianitos, tenÃa claro lo que querÃa. El dinero, cuenta en EuroGamer.
Ahà paró la cosa y Sapkowski siguió con su vida. Y publicando. Un libro de cuentos de fantasÃa, otro sobre Alicia en el PaÃs de las Maravillas, una trilogÃa sobre las guerras husitas de 1420 a 1434 que acabó en 2006…
Si le vienen a pedir que les firme la carátula del videojuego, lo hace. SerÃa de maleducados no hacerlo. Son sus fans; de una manera indirecta, pero sus fans.
En el fondo, todo lo que los fans compraron en los 25 millones de copias de la saga de Geralt de Rivia que se han vendido en todo el mundo salió de la cabeza de este Tolkien polaco.