Quien tiene un perro como mascota sabe lo mal que lo pasan sus animales cuando a los humanos les da por celebrar cualquier cosa con petardos, vuvuzelas o fuegos artificiales. Aullidos, carreras aterrorizadas por la casa y buscar escondite en los lugares más insospechados (la cabeza de sus amos incluida) son algunas de las reacciones de los perretes ante estos ruidos intensos.
Pero la ciencia, que es un no parar de buscar soluciones para todo, ha dado con lo que podrÃa servir para acabar con el problema de la fobia perruna a los petardos: una especie de chaleco que se ajusta al cuerpo del animal presionándolo para transmitir tranquilidad.
Estos chalecos están directamente inspirados en investigaciones con humanos que sufren ansiedad severa o autismo, explican en un artÃculo publicado en Wired.
Temple Grandin, zoóloga, etóloga y experta en comportamiento del ganado, diagnosticada dentro del espectro autista, fue la primera en relacionar que ciertos tipos de tocamientos y presión podÃan tener efectos calmantes. Asà sucedÃa, según sus observaciones, con las vacas que iban a ser llevadas al matadero: un ligero apretón a estos animales hacÃa que se relajaran antes del sacrificio.
Ahora bien, los norteamericanos, que son muy suyos para sus cosas, se han empeñado en tratar de demostrar si estas terapias de presión y, más en concreto, el Thundershirt y otros inventos similares, funcionan. Y han hecho sus estudios y todo. Pero los casos estudiados son tan pocos, que no sirven para determinar si son efectivos o no.
Tampoco lo ve muy claro Iñaki Gauna, veterinario y colaborador habitual en el programa Estando contigo de la cadena local manchega CMM. «Yo utilizo ahora un medicamento que es sedante. Dura dos horas y el perro no se entera de nada».
Ante la duda, siempre queda la opción de probar el chalequito en cuestión (los hay para todos los tamaños y en varios colores. Tu perro y tú, antes muertos que sencillos) o tratar de seguir otros consejos más tradicionales (aunque menos vistosos).
Y si esto no funciona, siempre puedes apelar a la buena voluntad de tus vecinos colgando por el vecindario algún cartelito emotivo como este.
Aunque desde aquà te recomendamos dejarte llevar por la mala follá española y pedirles –desde el cariño y el respeto– que se metan los petardos por donde la espalda pierde su digno nombre.
Si no es efectivo, al menos tú quedarás más relajado. Tu perro ya, tal.
Quien tiene un perro como mascota sabe lo mal que lo pasan sus animales cuando a los humanos les da por celebrar cualquier cosa con petardos, vuvuzelas o fuegos artificiales. Aullidos, carreras aterrorizadas por la casa y buscar escondite en los lugares más insospechados (la cabeza de sus amos incluida) son algunas de las reacciones de los perretes ante estos ruidos intensos.
Pero la ciencia, que es un no parar de buscar soluciones para todo, ha dado con lo que podrÃa servir para acabar con el problema de la fobia perruna a los petardos: una especie de chaleco que se ajusta al cuerpo del animal presionándolo para transmitir tranquilidad.
Estos chalecos están directamente inspirados en investigaciones con humanos que sufren ansiedad severa o autismo, explican en un artÃculo publicado en Wired.
Temple Grandin, zoóloga, etóloga y experta en comportamiento del ganado, diagnosticada dentro del espectro autista, fue la primera en relacionar que ciertos tipos de tocamientos y presión podÃan tener efectos calmantes. Asà sucedÃa, según sus observaciones, con las vacas que iban a ser llevadas al matadero: un ligero apretón a estos animales hacÃa que se relajaran antes del sacrificio.
Ahora bien, los norteamericanos, que son muy suyos para sus cosas, se han empeñado en tratar de demostrar si estas terapias de presión y, más en concreto, el Thundershirt y otros inventos similares, funcionan. Y han hecho sus estudios y todo. Pero los casos estudiados son tan pocos, que no sirven para determinar si son efectivos o no.
Tampoco lo ve muy claro Iñaki Gauna, veterinario y colaborador habitual en el programa Estando contigo de la cadena local manchega CMM. «Yo utilizo ahora un medicamento que es sedante. Dura dos horas y el perro no se entera de nada».
Ante la duda, siempre queda la opción de probar el chalequito en cuestión (los hay para todos los tamaños y en varios colores. Tu perro y tú, antes muertos que sencillos) o tratar de seguir otros consejos más tradicionales (aunque menos vistosos).
Y si esto no funciona, siempre puedes apelar a la buena voluntad de tus vecinos colgando por el vecindario algún cartelito emotivo como este.
Aunque desde aquà te recomendamos dejarte llevar por la mala follá española y pedirles –desde el cariño y el respeto– que se metan los petardos por donde la espalda pierde su digno nombre.
Si no es efectivo, al menos tú quedarás más relajado. Tu perro ya, tal.
Hola,
soy gerente de una pirotecnia en Sevilla. Soy consciente de lo mal que lo pasan los perros al escuchar petardos, es por ello por lo que me gustarÃa adquirir vuestro arnés para comprobar su eficacia y asà poder ofrecérselo a mis clientes.
Hola,
soy gerente de una pirotecnia en Sevilla. Soy consciente de lo mal que lo pasan los perros al escuchar petardos, es por ello por lo que me gustarÃa adquirir vuestro arnés para comprobar su eficacia y asà poder ofrecérselo a mis clientes
Hola,
soy gerente de una pirotecnia en Sevilla. Soy consciente de lo mal que lo pasan los perros al escuchar petardos, es por ello por lo que me gustarÃa adquirir vuestro arnés para comprobar su eficacia y asà poder ofrecérselo a mis clientes.Digame tallas disponibles y precio. Gracias.
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