Manuela Carmena estuvo mucho tiempo pegada a una pared. Ella ni siquiera lo sospecha. No sabe que su piel actual, en otro tiempo, fue el papel pintado de una habitaciĂłn. Alguien lo despegĂł del muro y lo llevĂł hasta la mesa de trabajo de TĂa Vitoria. La ilustradora lleva años reuniendo documentos antiguos de la casa de su abuela, papeles que encuentra en la calle y pliegos que le dan sus amigos.
Manuela Carmena estuvo mucho tiempo pegada a una pared. Ella ni siquiera lo sospecha. No sabe que su piel actual, en otro tiempo, fue el papel pintado de una habitaciĂłn. Alguien lo despegĂł del muro y lo llevĂł hasta la mesa de trabajo de TĂa Vitoria. La ilustradora lleva años reuniendo documentos antiguos de la casa de su abuela, papeles que encuentra en la calle y pliegos que le dan sus amigos.
Comentarios cerrados.