Uber amenaza la soberanĂa de las ciudades, segĂșn Bruce Sterling

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La batalla entre Uber y el gremio del taxi sigue al rojo vivo. Cada bando lucha por su terreno dejando percepciones muy distintas por el camino. Los primeros se venden como antisistemas que trabajan por el bien del ‘consumidor’. Beben del solucionismo de Silicon Valley presentĂĄndose como heroicos agentes del cambio que han llegado para arreglar modelos de negocio obsoletos. Su CEO Travis Kalanick declara la guerra abiertamente a la âanticuada e ineficienteâ industria del taxi regulado. El mensaje de este combativo admirador de Ayn Rand (la escritora de cabecera de los neoliberales estadounidenses) cala entre muchos usuarios y medios que ven cualquier intento de paralizarlo como un acto de poner puertas al campo y limitar la innovaciĂłn y la libertad de elecciĂłn. Todo esto sin olvidar que generalmente su servicio funciona bastante bien en Estados Unidos.
El taxi, en cambio, recurre a la huelga y la paralización de actos donde esté presente cualquier representante de la plataforma. Para los trabajadores del taxi, Uber son piratas, el napster de su industria creado para despojarles de algo que legalmente les pertenece a través de la concesión de licencias. Sus trabajadores se movilizan en todo el mundo para paralizar un servicio que ven como una gran amenaza.
Inversores y empresarios como Marc Vidal son contundentes a la hora de valorar los ataques que perpetraron miembros del taxi en Barcelona a una conferencia de startups en el que participaba Uber.
lees esto y te das cuenta que el peso de lo inevitable se los va a llevar por delante, no han entendido nada… http://t.co/Yu1x87guRd
— MÎRC VIDÎL (@marcvidal) July 25, 2014
Pero Âży si no estamos hablando de las verdaderas implicaciones de esta lucha? Para Bruce Sterling el enfrentamiento es mucho mĂĄs que una batalla entre el nuevo y el antiguo mundo. En su opiniĂłn, es un sĂmbolo mĂĄs de la perdida de soberanĂa de las ciudades frente a grandes proyectos tecnolĂłgicos que buscan monopolizarlo todo como Airbnb, Uber y el entramado de las Smart Cities.
«¿CuĂĄles son las implicaciones de haber delegado el control polĂtico de tus calles a una compañĂa de Silicon Valley valorada en 17.000 millones de dĂłlares?», es lo que se preguntaba el escritor en una charla que dio a principios de julio en el FAB10 de Barcelona (descubierta en Shareable). El estadounidense aprovechĂł la ocasiĂłn para reflexionar sobre un montĂłn de grises que no estĂĄn siendo discutidos en el debate sobre Uber.
https://www.youtube.com/watch?v=OYNaoMkY8qY
No hay duda de que la compañĂa lucha contra el sistema establecido, pero Âżel sistema que quiere implantar en su lugar es el que realmente queremos? ÂżRemplazar un modelo quizĂĄ mejorable por otro que concentra enormes cantidades de poder en una entidad que responde a inversores en paĂses lejanos es la soluciĂłn? Son todos los interrogantes que Sterling pone sobre la mesa.
Si tomamos las actuaciones pasadas de la compañĂa, es posible determinar que la expansiĂłn de Uber no es tan bonita como ellos lo quieren vender. La compañĂa capitaneada por Kalanick utiliza un sistema de surge pricing que hace que los precios de su servicio fluctĂșen en picos de demanda de forma similar a la compra de un billete de aviĂłn.
Hay casos en los que un neoyorquino ha llegado a pagar 219 dólares por un viaje de 11 kilómetros, aunque la empresa defiende que el comprador sabe el precio que va a pagar antes de subirse al coche.
Durante los dĂas posteriores al huracĂĄn Sandy, Uber elevĂł sus tarifas aprovechando la situaciĂłn. Ante la polĂ©mica generada por estas prĂĄcticas la compañĂa anunciĂł recientemente un acuerdo con las autoridades neoyorquinas para limitar el precio de sus servicios durante los desastres naturales.
Los defensores de estas prĂĄctica dicen que Uber no es un servicio pĂșblico. Es un commodity que complementa el taxi. La subida de precio permite que muchos coches estĂ©n en la calle durante periodos de alta demanda en los que los taxis tradicionales estĂĄn saturados. Las ganancias altas durante estos periodos son un incentivo para que haya mĂĄs vehĂculos trabajando durante estos momentos de escasez. SegĂșn ellos, Uber no estĂĄ dejando a un gremio sin trabajo, estĂĄ creando un segmento nuevo y por el camino generando nuevos empleos.
Para Glenn Fleishman, el peligro estĂĄ en el poder que puede llegar a acumular la compañĂa. Al erigirse como intermediario entre el taxi y el cliente, tiene la capacidad de controlar todo el proceso de transacciones. Ahora mismo en muchas ciudades estadounidenses, su servicio UberX estĂĄ logrando ofrecer tarifas un 30% mĂĄs baratas que la competencia. En el caso de que desapareciesen los taxis tradicionales, Fleishman duda que la compañĂa mantenga estos precios. La tentaciĂłn para subirlos es demasiado grande y acabarĂa con un monopolio similar al que tiene Amazon en la venta de libros online. Los valedores de la app afirman que estos argumentos no tienen en cuenta el hecho de que Uber tiene competencia, entre ellos Lyft.
Para Sterling, no se trata solo de Uber. Critica toda la cabal de empresas gigantes tecnolĂłgicas salivando ante las oportunidades de las smart cities y la economĂa colaborativa. Venden un progreso que segĂșn el escritor «son commodities para explotadores que viven en otros lugares. Soy una ciudad inteligente, pero mi cerebro estĂĄ siendo gestionado por californianos. ÂżCrees que los californianos aceptarĂan que su cerebros fuesen controlados desde Barcelona? No nos estĂĄn preguntando si queremos ser smart».
En opiniĂłn de Neal Gorenflo, de Shareable, la filosofĂa de empresas como Uber responde a una mentalidad del siglo XX por mucho que quieran beneficiarse del apelativo de la economĂa colaborativa. «El futuro pertenece a las empresas que distribuyen el control y la riqueza en lugar de concentrarla, eso no es un sueño utĂłpico. Es una necesidad prĂĄctica para llevar a atraer clientes y mantenerlo en un coste marginal zero», dice.
Gorenflo se refiere a la teorĂa de Jeremy Rifkin en la que el planeta serĂĄ regido cada vez mĂĄs por el commons. «En un mundo donde la mayor parte de bienes y servicios son gratuitos, las ganancias desaparecen, la propieded deja de tener sentido y el mercado es superfluo. ÂżQuĂ© pasa entonces?», segĂșn el sociĂłlogo estadounidense.
«El commons social estĂĄ motivado por intereses colaborativos y empujados por un deseo profundo de conectar con otros y compartir. Si el primero defiende derecho de propiedad privada y la bĂșsqueda de la autonomĂa, el Ășltimo promociona la innovaciĂłn open source, la transparencia y la bĂșsqueda de la comunidad».
Aunque las palabras de Rifkin puedan parecer algo exageradas (se produjeron en un artĂculo que promociona su libro Marginal Cost Zero, que habla precisamente de este tema) mĂĄs adelante matiza sus palabras.
«Aunque el mercado capitalista no desaparecerå, no tendrå la exclusividad para marcar la agenda de la civilización. Seguirå habiendo servicios y bienes cuyo coste marginal serå lo suficientemente alto para ser intercambiados en mercados y con suficientes ganancias para garantizar un retorno a la inversión. Pero en un mundo donde cada vez hay mås cosas que son casi gratis y compartibles, el capital social tendrå un papel mucho mås importante que el capital financiero y la vida económica acabarå desarrollåndose mås en el commons colaborativo».
Para Sterling «esto acaba de empezar. SerĂĄn dos o tres años de polĂtica intensa». El escritor hace un llamamiento a no caer en el dolce far niente. En ser activos y buscar alternativas si no queremos ceder mĂĄs soberanĂa de la que ya hemos cedido. Mientras, Uber sigue peleando fuerte para tomar las ciudades utilizando una mĂĄxima muy estadounidense: no autolimitarse y dejar que la regulaciĂłn venga mĂĄs adelante. Dejar que el mercado decida por sĂ solo. Por el momento, muchos usuarios estĂĄn votando con su dinero a favor de la app. Esta historia promete seguir siendo muy interesante.
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La batalla entre Uber y el gremio del taxi sigue al rojo vivo. Cada bando lucha por su terreno dejando percepciones muy distintas por el camino. Los primeros se venden como antisistemas que trabajan por el bien del ‘consumidor’. Beben del solucionismo de Silicon Valley presentĂĄndose como heroicos agentes del cambio que han llegado para arreglar modelos de negocio obsoletos. Su CEO Travis Kalanick declara la guerra abiertamente a la âanticuada e ineficienteâ industria del taxi regulado. El mensaje de este combativo admirador de Ayn Rand (la escritora de cabecera de los neoliberales estadounidenses) cala entre muchos usuarios y medios que ven cualquier intento de paralizarlo como un acto de poner puertas al campo y limitar la innovaciĂłn y la libertad de elecciĂłn. Todo esto sin olvidar que generalmente su servicio funciona bastante bien en Estados Unidos.
El taxi, en cambio, recurre a la huelga y la paralización de actos donde esté presente cualquier representante de la plataforma. Para los trabajadores del taxi, Uber son piratas, el napster de su industria creado para despojarles de algo que legalmente les pertenece a través de la concesión de licencias. Sus trabajadores se movilizan en todo el mundo para paralizar un servicio que ven como una gran amenaza.
Inversores y empresarios como Marc Vidal son contundentes a la hora de valorar los ataques que perpetraron miembros del taxi en Barcelona a una conferencia de startups en el que participaba Uber.
lees esto y te das cuenta que el peso de lo inevitable se los va a llevar por delante, no han entendido nada… http://t.co/Yu1x87guRd
— MÎRC VIDÎL (@marcvidal) July 25, 2014
Pero Âży si no estamos hablando de las verdaderas implicaciones de esta lucha? Para Bruce Sterling el enfrentamiento es mucho mĂĄs que una batalla entre el nuevo y el antiguo mundo. En su opiniĂłn, es un sĂmbolo mĂĄs de la perdida de soberanĂa de las ciudades frente a grandes proyectos tecnolĂłgicos que buscan monopolizarlo todo como Airbnb, Uber y el entramado de las Smart Cities.
«¿CuĂĄles son las implicaciones de haber delegado el control polĂtico de tus calles a una compañĂa de Silicon Valley valorada en 17.000 millones de dĂłlares?», es lo que se preguntaba el escritor en una charla que dio a principios de julio en el FAB10 de Barcelona (descubierta en Shareable). El estadounidense aprovechĂł la ocasiĂłn para reflexionar sobre un montĂłn de grises que no estĂĄn siendo discutidos en el debate sobre Uber.
https://www.youtube.com/watch?v=OYNaoMkY8qY
No hay duda de que la compañĂa lucha contra el sistema establecido, pero Âżel sistema que quiere implantar en su lugar es el que realmente queremos? ÂżRemplazar un modelo quizĂĄ mejorable por otro que concentra enormes cantidades de poder en una entidad que responde a inversores en paĂses lejanos es la soluciĂłn? Son todos los interrogantes que Sterling pone sobre la mesa.
Si tomamos las actuaciones pasadas de la compañĂa, es posible determinar que la expansiĂłn de Uber no es tan bonita como ellos lo quieren vender. La compañĂa capitaneada por Kalanick utiliza un sistema de surge pricing que hace que los precios de su servicio fluctĂșen en picos de demanda de forma similar a la compra de un billete de aviĂłn.
Hay casos en los que un neoyorquino ha llegado a pagar 219 dólares por un viaje de 11 kilómetros, aunque la empresa defiende que el comprador sabe el precio que va a pagar antes de subirse al coche.
Durante los dĂas posteriores al huracĂĄn Sandy, Uber elevĂł sus tarifas aprovechando la situaciĂłn. Ante la polĂ©mica generada por estas prĂĄcticas la compañĂa anunciĂł recientemente un acuerdo con las autoridades neoyorquinas para limitar el precio de sus servicios durante los desastres naturales.
Los defensores de estas prĂĄctica dicen que Uber no es un servicio pĂșblico. Es un commodity que complementa el taxi. La subida de precio permite que muchos coches estĂ©n en la calle durante periodos de alta demanda en los que los taxis tradicionales estĂĄn saturados. Las ganancias altas durante estos periodos son un incentivo para que haya mĂĄs vehĂculos trabajando durante estos momentos de escasez. SegĂșn ellos, Uber no estĂĄ dejando a un gremio sin trabajo, estĂĄ creando un segmento nuevo y por el camino generando nuevos empleos.
Para Glenn Fleishman, el peligro estĂĄ en el poder que puede llegar a acumular la compañĂa. Al erigirse como intermediario entre el taxi y el cliente, tiene la capacidad de controlar todo el proceso de transacciones. Ahora mismo en muchas ciudades estadounidenses, su servicio UberX estĂĄ logrando ofrecer tarifas un 30% mĂĄs baratas que la competencia. En el caso de que desapareciesen los taxis tradicionales, Fleishman duda que la compañĂa mantenga estos precios. La tentaciĂłn para subirlos es demasiado grande y acabarĂa con un monopolio similar al que tiene Amazon en la venta de libros online. Los valedores de la app afirman que estos argumentos no tienen en cuenta el hecho de que Uber tiene competencia, entre ellos Lyft.
Para Sterling, no se trata solo de Uber. Critica toda la cabal de empresas gigantes tecnolĂłgicas salivando ante las oportunidades de las smart cities y la economĂa colaborativa. Venden un progreso que segĂșn el escritor «son commodities para explotadores que viven en otros lugares. Soy una ciudad inteligente, pero mi cerebro estĂĄ siendo gestionado por californianos. ÂżCrees que los californianos aceptarĂan que su cerebros fuesen controlados desde Barcelona? No nos estĂĄn preguntando si queremos ser smart».
En opiniĂłn de Neal Gorenflo, de Shareable, la filosofĂa de empresas como Uber responde a una mentalidad del siglo XX por mucho que quieran beneficiarse del apelativo de la economĂa colaborativa. «El futuro pertenece a las empresas que distribuyen el control y la riqueza en lugar de concentrarla, eso no es un sueño utĂłpico. Es una necesidad prĂĄctica para llevar a atraer clientes y mantenerlo en un coste marginal zero», dice.
Gorenflo se refiere a la teorĂa de Jeremy Rifkin en la que el planeta serĂĄ regido cada vez mĂĄs por el commons. «En un mundo donde la mayor parte de bienes y servicios son gratuitos, las ganancias desaparecen, la propieded deja de tener sentido y el mercado es superfluo. ÂżQuĂ© pasa entonces?», segĂșn el sociĂłlogo estadounidense.
«El commons social estĂĄ motivado por intereses colaborativos y empujados por un deseo profundo de conectar con otros y compartir. Si el primero defiende derecho de propiedad privada y la bĂșsqueda de la autonomĂa, el Ășltimo promociona la innovaciĂłn open source, la transparencia y la bĂșsqueda de la comunidad».
Aunque las palabras de Rifkin puedan parecer algo exageradas (se produjeron en un artĂculo que promociona su libro Marginal Cost Zero, que habla precisamente de este tema) mĂĄs adelante matiza sus palabras.
«Aunque el mercado capitalista no desaparecerå, no tendrå la exclusividad para marcar la agenda de la civilización. Seguirå habiendo servicios y bienes cuyo coste marginal serå lo suficientemente alto para ser intercambiados en mercados y con suficientes ganancias para garantizar un retorno a la inversión. Pero en un mundo donde cada vez hay mås cosas que son casi gratis y compartibles, el capital social tendrå un papel mucho mås importante que el capital financiero y la vida económica acabarå desarrollåndose mås en el commons colaborativo».
Para Sterling «esto acaba de empezar. SerĂĄn dos o tres años de polĂtica intensa». El escritor hace un llamamiento a no caer en el dolce far niente. En ser activos y buscar alternativas si no queremos ceder mĂĄs soberanĂa de la que ya hemos cedido. Mientras, Uber sigue peleando fuerte para tomar las ciudades utilizando una mĂĄxima muy estadounidense: no autolimitarse y dejar que la regulaciĂłn venga mĂĄs adelante. Dejar que el mercado decida por sĂ solo. Por el momento, muchos usuarios estĂĄn votando con su dinero a favor de la app. Esta historia promete seguir siendo muy interesante.
ÂĄHola!
Me encanta el artĂculo. Genial, de veras. Pero he visto una errata el el tercer pĂĄrrafo empezando por el final: “producieron” en vez de “produjeron”.
ÂĄUn saludo!
ÂĄGracias SaĂșl! Ya estĂĄ cambiado.
Excelente artĂculo.
Poco a poco los humanos seremos sustituidos por aplicaciones y por ordenadores, eso estĂĄ claro.
boa tarde Uber,
eu ajo que alguem clonou o meu telefone, baixei o aplicativo e nĂŁo concigo usar !
por favor me ajudem !!!
Comentarios cerrados.