En Yorokobu no nos caen bien las armas de fuego porque están un poco encasilladas en su rol. Hasta ahora servÃan principalmente para la monótona tarea de quitar vidas: a personas, a animales, a pájaros… Y asà todo el dÃa. De ahà que nosotros no queramos ni verlas. Sin embargo, un escandinavo llamado Per Cromwell nos hace repensar nuestra consideración por un momento: ¿Y si una escopeta sirviese justamente para lo contrario?
Este diseñador decidió aunar dos actividades diametralmente antagónicas. Por un lado, estaba familiarizado con el fuego, los cartuchos y la adrenalina de las armas por los amigos cazadores que tenÃa. Por otro, le inspiraba tranquilidad, sosiego y armonÃa su afición de plantar flores en su suelo. Un dÃa esos dos pasatiempos se fusionaron y prendieron una idea en su cerebro: rediseñarÃa un fusil para convertirlo en una herramienta capaz de dar vida. Pensaba sembrar capullos a balazos. Flower Shell es el resultado de su inspiración. Lo que hizo Cromwell es fabricar a mano cartuchos para escopeta que en lugar de un centenar de bolitas de plomo, lo que contenÃan era un centenar de semillas de flores, que ayudadas por la pólvora, podÃan ser disparadas y enterradas en la tierra.
En Yorokobu no nos caen bien las armas de fuego porque están un poco encasilladas en su rol. Hasta ahora servÃan principalmente para la monótona tarea de quitar vidas: a personas, a animales, a pájaros… Y asà todo el dÃa. De ahà que nosotros no queramos ni verlas. Sin embargo, un escandinavo llamado Per Cromwell nos hace repensar nuestra consideración por un momento: ¿Y si una escopeta sirviese justamente para lo contrario?
Este diseñador decidió aunar dos actividades diametralmente antagónicas. Por un lado, estaba familiarizado con el fuego, los cartuchos y la adrenalina de las armas por los amigos cazadores que tenÃa. Por otro, le inspiraba tranquilidad, sosiego y armonÃa su afición de plantar flores en su suelo. Un dÃa esos dos pasatiempos se fusionaron y prendieron una idea en su cerebro: rediseñarÃa un fusil para convertirlo en una herramienta capaz de dar vida. Pensaba sembrar capullos a balazos. Flower Shell es el resultado de su inspiración. Lo que hizo Cromwell es fabricar a mano cartuchos para escopeta que en lugar de un centenar de bolitas de plomo, lo que contenÃan era un centenar de semillas de flores, que ayudadas por la pólvora, podÃan ser disparadas y enterradas en la tierra.
Pues ya sirven para maquillar https://www.youtube.com/watch?v=X9F4CYnW5Dc
http://www.guerrillagardening.org/
para sembralre un jardin en el pecho del que se te metio a la casa espectacular la idea, y no soportarina las semillas a la polvora
Juan Valero
Las bombas de semillas son más sencillas 😉
Esto no es nada nuevo, En murcia se repoblo sierra nevada asà porque la vegetación era necesaria para evitar las inundaciones en Totana
Eso ya existe y se llama regadera.
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