Como estoy seguro de que hoy, a estas horas, se encuentran en un estado mĂ¡s que ocioso, les regalo casi once minutos de piñas gloriosas, de esas que alcanzan lo excelso por medio de la sencillez.
El otro dĂa cerraron el prostĂbulo de mi barrio. Como los neones que tenĂan allĂ ya no servĂan para mucho, fui con mis colegas a recogerlos para darles un uso mĂ¡s creativo. Esto es lo que nos saliĂ³.
Como tampoco es cuestiĂ³n de estar todo el puñetero dĂa haciendo bailes de panolis y teniendo en cuenta que en Yorokobu apostamos por el reciclaje y la reutilizaciĂ³n, pensamos que podĂamos usar las luces para animar una fiesta en casa, de esas con trifĂ¡sicos y ponche Caballero.
Chicago no es Nueva York, pero bueno, es Chicago al fin y al cabo. ¿Saben la historia de aquel al que se le va la mano y hace 30.000 fotos de la ciudad, las monta en un vĂdeo y lo sube a Vimeo? Yo se la cuento, no se preocupen.
Ya saben que amamos la mĂºsica, sobre todo la mala, esa que hace que te ruborices cuando escuchas tres acordes; esa que te empuja a asaltar una armerĂa, salir cargado y emular a los hermanos Izquierdo; esa que invoca a SatĂ¡n y diluye los lĂmites de las puertas dimensionales que separan al mundo terrenal del infierno. Esta que habla del dĂa de AcciĂ³n de Gracias.
Como estoy seguro de que hoy, a estas horas, se encuentran en un estado mĂ¡s que ocioso, les regalo casi once minutos de piñas gloriosas, de esas que alcanzan lo excelso por medio de la sencillez.
El otro dĂa cerraron el prostĂbulo de mi barrio. Como los neones que tenĂan allĂ ya no servĂan para mucho, fui con mis colegas a recogerlos para darles un uso mĂ¡s creativo. Esto es lo que nos saliĂ³.
Como tampoco es cuestiĂ³n de estar todo el puñetero dĂa haciendo bailes de panolis y teniendo en cuenta que en Yorokobu apostamos por el reciclaje y la reutilizaciĂ³n, pensamos que podĂamos usar las luces para animar una fiesta en casa, de esas con trifĂ¡sicos y ponche Caballero.
Chicago no es Nueva York, pero bueno, es Chicago al fin y al cabo. ¿Saben la historia de aquel al que se le va la mano y hace 30.000 fotos de la ciudad, las monta en un vĂdeo y lo sube a Vimeo? Yo se la cuento, no se preocupen.
Ya saben que amamos la mĂºsica, sobre todo la mala, esa que hace que te ruborices cuando escuchas tres acordes; esa que te empuja a asaltar una armerĂa, salir cargado y emular a los hermanos Izquierdo; esa que invoca a SatĂ¡n y diluye los lĂmites de las puertas dimensionales que separan al mundo terrenal del infierno. Esta que habla del dĂa de AcciĂ³n de Gracias.