Imaginemos a una mujer que se acomoda en un tren de regreso a casa tras visitar a su marido internado en una clĂnica psiquiátrica.
«¿Le apetece que le cuente mi vida?», dice un hombre sentado frente a ella que se presenta como psiquiatra de esa misma clĂnica.
La mujer (Pilar Castro), editora de libros de profesiĂłn, y el psiquiatra (Ernesto Alterio) se convierten en dos extraños que inician una cadena de relatos interconectados espeluznantemente delirantes.Â
AsĂ arranca la pelĂcula Ventajas de viajar en tren, basada en la novela homĂłnima de uno de los narradores españoles más audaces, Antonio Orejudo. La personalidad del autor es acusada e impregna el guion adaptado por Javier GullĂłn y dirigido por Aritz Moreno.
Ventajas de viajar en tren es una pelĂcula inclasificable. No hace referencia a otras pelĂculas ni a obras conocidas de la literatura universal. No hace alusiĂłn a mitos griegos ni a leyendas populares. No es una metáfora de nada. Y esto es extraño. Quien vea Ventajas de viajar en tren no encontrará en ninguna aplicaciĂłn recomendaciones de pelĂculas similares.
Ventajas de viajar en tren solo hace referencia a sĂ misma. De manera literal. Cada personaje narra una historia de otro personaje, que narra la historia de otro personaje, que narra la historia de otro personaje…Â
Historias divididas en tres capĂtulos… en apariencia. Las pantallas con los tĂtulos de cada sueño son un truco: como la breve parada en una estaciĂłn antes de continuar hacia el destino.
¿Tiempo? A veces es el tiempo de las pesetas. Otras, el de los euros. En los sueños todo es posible.
El paisaje apenas cambia: estamos insertados en la naturaleza de los sueños. Historias llenas de humor, sordidez lynchiana, bolsas de basura, croquetas deificadas, amores perros, policĂa polĂtica, retazos cromáticos de Wes Anderson, brazos y piernas postizos que funcionan como elementos recurrentes, igual que algunos objetos en los sueños nos sugieren que no estamos percibiendo la realidad.
Es el principio de incertidumbre (es imposible conocer simultáneamente la posiciĂłn y la velocidad del electrĂłn y, por tanto, es imposible determinar su trayectoria) aplicado a la manera de narrar historias. Es decir, podemos saber dĂłnde estará un personaje en un momento dado, pero no de dĂłnde viene ni a dĂłnde irá. El mismo principio que se veĂa en la serie Breaking Bad y que ahora se aplica en esta pelĂcula.
Sabemos que cada film construye su propia realidad, pero, en cualquier caso, una realidad con reglas limitada. Pero Ventajas de viajar en tren rompe esta idea. La pelĂcula se reconstruye y deconstruye palabra a palabra. Un ejemplo: el relato de la mujer cuyo hermano está en Kosovo:
Un tren que no es matemático: no va del punto A al punto B. Estamos en un tren mágico que nos lleva de una fantasĂa a otra. Esta es una de Las ventajas de viajar en tren.
Imaginemos a una mujer que se acomoda en un tren de regreso a casa tras visitar a su marido internado en una clĂnica psiquiátrica.
«¿Le apetece que le cuente mi vida?», dice un hombre sentado frente a ella que se presenta como psiquiatra de esa misma clĂnica.
La mujer (Pilar Castro), editora de libros de profesiĂłn, y el psiquiatra (Ernesto Alterio) se convierten en dos extraños que inician una cadena de relatos interconectados espeluznantemente delirantes.Â
AsĂ arranca la pelĂcula Ventajas de viajar en tren, basada en la novela homĂłnima de uno de los narradores españoles más audaces, Antonio Orejudo. La personalidad del autor es acusada e impregna el guion adaptado por Javier GullĂłn y dirigido por Aritz Moreno.
Ventajas de viajar en tren es una pelĂcula inclasificable. No hace referencia a otras pelĂculas ni a obras conocidas de la literatura universal. No hace alusiĂłn a mitos griegos ni a leyendas populares. No es una metáfora de nada. Y esto es extraño. Quien vea Ventajas de viajar en tren no encontrará en ninguna aplicaciĂłn recomendaciones de pelĂculas similares.
Ventajas de viajar en tren solo hace referencia a sĂ misma. De manera literal. Cada personaje narra una historia de otro personaje, que narra la historia de otro personaje, que narra la historia de otro personaje…Â
Historias divididas en tres capĂtulos… en apariencia. Las pantallas con los tĂtulos de cada sueño son un truco: como la breve parada en una estaciĂłn antes de continuar hacia el destino.
¿Tiempo? A veces es el tiempo de las pesetas. Otras, el de los euros. En los sueños todo es posible.
El paisaje apenas cambia: estamos insertados en la naturaleza de los sueños. Historias llenas de humor, sordidez lynchiana, bolsas de basura, croquetas deificadas, amores perros, policĂa polĂtica, retazos cromáticos de Wes Anderson, brazos y piernas postizos que funcionan como elementos recurrentes, igual que algunos objetos en los sueños nos sugieren que no estamos percibiendo la realidad.
Es el principio de incertidumbre (es imposible conocer simultáneamente la posiciĂłn y la velocidad del electrĂłn y, por tanto, es imposible determinar su trayectoria) aplicado a la manera de narrar historias. Es decir, podemos saber dĂłnde estará un personaje en un momento dado, pero no de dĂłnde viene ni a dĂłnde irá. El mismo principio que se veĂa en la serie Breaking Bad y que ahora se aplica en esta pelĂcula.
Sabemos que cada film construye su propia realidad, pero, en cualquier caso, una realidad con reglas limitada. Pero Ventajas de viajar en tren rompe esta idea. La pelĂcula se reconstruye y deconstruye palabra a palabra. Un ejemplo: el relato de la mujer cuyo hermano está en Kosovo:
Un tren que no es matemático: no va del punto A al punto B. Estamos en un tren mágico que nos lleva de una fantasĂa a otra. Esta es una de Las ventajas de viajar en tren.