21 de enero 2016    /   CINE/TV
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“Eres vieja, gorda y fea, no me enseƱes tu cuerpo”

21 de enero 2016    /   CINE/TV     por          
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Un argumento de pelĆ­cula de directores “veteranos”: un verano, un anciano —puro hueso— conoce a una muchachita con un rostro angelical y las carnes firmes que podrĆ­a ser su nieta.

El viejo es profesor universitario, escritor o pintor. Nunca es un albañil jubilado o un hombre con una triste pensión no contributiva. Y por supuesto, el viejo nunca es un lector de prensa deportiva en el hogar del pensionista. El viejo lee en francés y ruso y toca el piano. El viejo es el alter ego del guionista y el director que estÔ a tres pasos de chochear y quiere darse un homenaje visual.

La muchachita es una alumna o admiradora o mecanógrafa o modelo de artista; delgada y con los pechos como melocotones, y dispuesta a todo. El viejo tiene una villa lejos del mundanal ruido y la chica estÔ dispuesta a complacer al anciano. ¿Quién podría molestarlos? (La intriga debería ser otra: ¿quién limpia y recoge el caserón? ¿La chica? El viejo no, desde luego).

Estas películas tienen diÔlogos sobre la apreciación del momento, sobre paladear la belleza y aprovechar las últimas tardes. Y mientras el viejo habla del emperador Adriano y de Monet, clava los ojos en la entrepierna de la muchacha y sus pechos bañados en sudor y la repasa de abajo arriba mientras se ducha. Sea como sea, el guionista-director de turno se las apaña para que la actriz aparezca media película en pelotas o con shorts y calcetines largos de colores. Recordemos que es un argumento de verano. Que sea un verano con mucho bochorno parece fundamental para la trama.

A media pelĆ­cula, la muchacha se mete en la cama del pintor o escritor —por pura admiración de la mente maravillosa del anciano, parece ser—, se deja sobetear y se coloca encima del viejo (no sea que Ć©l se rompa con ciertos movimientos pĆ©lvicos).

Por quƩ ella es jovencita y Ʃl viejo, y no al revƩs

Estas películas de viejo y muchachita pasan desapercibidas en las redes sociales. De ellas se habla en pequeños círculos de entusiastas que anotan estar extasiados con una «reflexión del arte sobre el arte». Sobre estas películas rara vez encontramos comentarios como «qué asco me da el viejo» o «la escena de sexo me da arcadas». ¿Por qué no encontramos estos comentarios negativos? QuizÔ una razón es que los críticos de cine y los que han pagado la entrada son hombres. A las espectadoras estas películas las deja indiferentes. Porque la alumna, la modelo, la risueña mecanógrafa «estÔ de pan y moja», como dirían los señores de otros tiempos, y el protagonista es un viejo pellejo.

El hipócrita argumento del viejo y la muchacha

Si lo pensamos bien, estas pelĆ­culas de viejo y alumna o modelo son hipócritas. Si realmente quisieran enseƱarnos que la belleza estĆ” en todas partes, la seƱorita deberĆ­a tener o ser lo que el grueso de la sociedad considera inaceptable: obesidad, una piel seca o con manchas, un rostro con una evidente asimetrĆ­a… Y quizĆ” treinta o cuarenta o cincuenta aƱos mĆ”s. Porque no nos engaƱemos, si el pintor viejo fuera una pintora vieja y la chica un muchachito, es probable que los crĆ­ticos cambiaran lo de Ā«canto a la bellezaĀ» por Ā«la exposición de la frustración de una ancianaĀ». AsĆ­ que mientras ellas estĆ”n frustradas y calientes, ellos son catadores de belleza.

La vieja de ‘El Resplandor’

Una de las escenas mÔs conocidas de El resplandor es la de Jack Nicholson/Torrance abrazando y besando a una jovencita recién salida del baño que segundos después se convierte en una anciana decrépita. Kubrick sabía que la anciana provocaría asco (mÔs a los hombres que a las mujeres) y hasta miedo (intensificado por la música).

A Nicholson no le importa abrazar a un fantasma de buen ver, pero huye despavorido cuando es una mujer ajada. ¿Quién siente pena por esta mujer de carnes caídas y el cuerpo lleno de manchas? Es una clara degradación del cuerpo femenino cuando se sale de los cÔnones. En este caso, es un cuerpo viejo.

La oscuridad en Harold y Maude

harold-y-maude

La idea de que una anciana y un jovencito mantengan relaciones sexuales resulta repulsiva para muchos espectadores. De ahí que Harold y Maude siga siendo una rareza aunque se estrenó en 1971.

Si lo pensamos bien, la relación entre Harold y Maude solo es posible porque comparten placer por todo lo relacionado con la muerte. El protagonista puede resultar antipÔtico y no estÔ bien de la cabeza. De manera que su gusto por Maude es mÔs propio de una mente perturbada que de una mente sana. Esto resta valor a la idea de mostrar como «normal» la relación entre ambos personajes.

Algo pasa con Mary… y la vieja que toma el sol

Otro ejemplo de degradación del cuerpo desnudo de una mujer anciana lo encontramos en Algo pasa con Mary: un espía de Mary espera verla desnuda a través de los prismÔticos, pero en su lugar, y para su disgusto, ve el torso con arrugas y los pechos caídos de una anciana. El chiste funciona para una parte de los espectadores porque el mirón «recibe su castigo». Si la sociedad considerara el cuerpo de la anciana simplemente como un cuerpo, al margen de consideraciones estéticas, el chiste no tendría efecto.

¿Por qué el cuerpo desnudo de un anciano conmueve a la piedad, a la pena y el de una mujer de la misma edad provoca asco a muchos? Parece que una mujer no tiene derecho a descansar de la opinión ajena ni llegada a edad avanzada. Una opinión que muchas mujeres jubiladas fomentan: «Pepita estÔ mÔs estropeada que yo».

Solo se admitenĀ MILF

Solo en la Ćŗltima dĆ©cada el cine y el pĆŗblico ha admitido que una mujer Ā«mayorĀ» se enamore de un jovencito y sea correspondida. Pero hay imposiciones: la mujer mayor debe tener un cuerpo que podrĆ­a competir con el de veinteaƱeras. Debe ser una MILF (Mom I’d Like to Fuck o Madre que me follarĆ­a). MamĆ” y no abuela. Los argumentos de MILF y jovencito se han multiplicado en el drama y la comedia: Michelle Pfeiffer (El novio de mi madre), Marisa Tomei (En la habitación), Kim Basinger (Una mujer difĆ­cil), Kate Winslet (El lector)… En cualquier caso, en estos argumentos la diferencia de edad es un tema secundario o realmente carece de importancia.

La veda la abrió Anne Bancroft como señora Robinson (El graduado) en 1967 (cuatro años antes que Harold y Maude). Aunque entonces la Bancroft tenía 36 años y Dustin Hoffman 30. ¿Hubiera admitido la crítica y el público de entonces a una señora con sus auténticos 50 años de entonces? El físico de Bancroft ha jugado a favor de la mitología de la película. Sin embargo, el físico de Ruth Gordon/Maude ha condenado a Harold y Maude al ostracismo aunque estÔ en el puesto 49 de las mejores comedias según el Sindicato de Guionistas de Los Estados Unidos.

La MILF no debería ser vista como un reconocimiento de la mujer madura. El origen de la palabra es peyorativo (aparece por primera vez en American Pie, en 1999). Aquel término no hace mÔs que crear un nuevo condicionante para las mujeres. Se ha llegado al punto en el que no ser una MILF pasados los 40 años estÔ mal visto en según qué ambientes.

¿Cómo una gorda va a tener sexo?

Empire y el sexo que escandalizó a los espectadores

Vemos que la vejez, tan natural, provoca rechazo y asco cuando estÔ asociada al cuerpo femenino. Si es joven la crítica viene por los kilos. El último escÔndalo llegó con Empire: Gabourey Sidibe/Becky abre el episodio sexto de la segunda temporada con una escena de sexo dentro de los límites de la televisión en abierto estadounidense. ”Y con la ropa puesta!

Sin embargo, para una parte de la audiencia la escena fue «demasiado explícita», para otras, «nauseabunda» y no faltaron comentarios como «una mujer así no puede despertar pasión» o «es irreal que la gorda tenga sexo». No faltaron memes de vómitos y personajes famosos con caras de asco.

Gabourey Sidibe dijo a People que se sintió orgullosa y hermosa al realizar al escena y que no entiende el odio ante una escena de amor. ¿No estÔ una parte de la mayoría de la sociedad idiotizada por la estética de la Barbie?

Hombretones hechos y derechos diciendo tonterĆ­as

Por todo ello, preocupa que personajes que debieran convertirse en un referente en cuanto a la aceptación de los distintos cuerpos, se convierten en difusores del odio a la mujer cuando no entra en determinados moldes. Lo hemos visto en los últimos meses: periodistas maestros de periodistas (dicen sus discípulos y aduladores) de medios conservadores parecen haber acordado en una barbacoa un argumento único, simple, contra mujeres que defienden ideas no conservadoras: «Son gordas y feas».

Uno se pregunta cómo es posible que estos hombres —son hombres— talluditos y algunos con dos o tres carreras usen como recurso argumentativo Ā«son gordas y feasĀ» y no sientan vergüenza. (Uno la siente, y mucho, de compartir el mismo paĆ­s). Ā«Gordas y feasĀ» son palabras de matones de patio de recreo contra niƱas vulnerables. Ā«Son gordas y feasĀ» es una rĆ©plica propia de profesionales de una idiocracia; aquella pelĆ­cula donde cualquier imbĆ©cil incapaz de sumar con los dedos puede ser mĆ©dico o periodista gracias a los cupones de un supermercado.

Que estos periodistas maestros de periodistas tengan fanÔticos prueba las carencias de la educación y tolerancia españolas, también patente en las redes sociales durante las emisiones de espacios como Casados a primera vista. Este programa de telerrealidad depende y mucho de la parte mÔs crítica de la sociedad respecto a cómo deben ser las personas por dentro y por fuera. Hay diferencias: de ellos se dice que son calvos o que tienen una barba fea; a ellas se las considera viejas o gordas y hasta orcos. Los comentarios que reciben ellos son benévolos en comparación con los comentarios que reciben ellas.

Con semejantes comentarios en las redes sociales, no extraña que haya un caldo de cultivo para que los periodistas maestros de periodistas no informen ni escriban artículos que den pie a la reflexión. A estos profesionales poco esforzados les cuesta poco conseguir el aplauso fÔcil del tonto, los corazoncitos en Twitter y los pulgares arriba en Facebook de lectores sin criterio. En cualquier caso, poco cabe esperarse de estos profesionales que en mÔs de una ocasión han descrito a la mujer ideal como «la mujer muy femenina y discreta» (entiéndase aquí discreta como boba o sin criterio propio) y por supuesto con un cuerpo de maniquí.

En el fondo, la misoginia se alía con el estereotipo: los periodistas conservadores y misóginos parecen pensar: «Si no podemos rebatir las ideas de las mujeres, hagamos que lloren». Una mente funciona bajo el influjo del estereotipo cuando considera que la mujer estÔ obsesionada con los potingues y su cuerpo, y que las palabras «gorda y fea» la afectarÔn.

ĀæPara cuĆ”ndo una mujer estarĆ” considera como una persona y no un trozo de carne que debe tener un tamaƱo y una presentación estĆ”ndar —como si fuera una pieza de supermercado— y una fecha de caducidad? ĀæPara cuĆ”ndo una comedia romĆ”ntica de una seƱora de 70 con un tipo de 30 aƱos y que acabe con ambos en el Caribe? ĀæSerĆ” posible mostrar a una mujer de 70 aƱos o mĆ”s desnuda sin que se busque provocar asco en el pĆŗblico? ĀæPara cuĆ”ndo periodistas hechos y derechos se comportarĆ”n como tal y no como matones de mala pelĆ­cula de instituto?

 

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Un argumento de pelĆ­cula de directores “veteranos”: un verano, un anciano —puro hueso— conoce a una muchachita con un rostro angelical y las carnes firmes que podrĆ­a ser su nieta.

El viejo es profesor universitario, escritor o pintor. Nunca es un albañil jubilado o un hombre con una triste pensión no contributiva. Y por supuesto, el viejo nunca es un lector de prensa deportiva en el hogar del pensionista. El viejo lee en francés y ruso y toca el piano. El viejo es el alter ego del guionista y el director que estÔ a tres pasos de chochear y quiere darse un homenaje visual.

La muchachita es una alumna o admiradora o mecanógrafa o modelo de artista; delgada y con los pechos como melocotones, y dispuesta a todo. El viejo tiene una villa lejos del mundanal ruido y la chica estÔ dispuesta a complacer al anciano. ¿Quién podría molestarlos? (La intriga debería ser otra: ¿quién limpia y recoge el caserón? ¿La chica? El viejo no, desde luego).

Estas películas tienen diÔlogos sobre la apreciación del momento, sobre paladear la belleza y aprovechar las últimas tardes. Y mientras el viejo habla del emperador Adriano y de Monet, clava los ojos en la entrepierna de la muchacha y sus pechos bañados en sudor y la repasa de abajo arriba mientras se ducha. Sea como sea, el guionista-director de turno se las apaña para que la actriz aparezca media película en pelotas o con shorts y calcetines largos de colores. Recordemos que es un argumento de verano. Que sea un verano con mucho bochorno parece fundamental para la trama.

A media pelĆ­cula, la muchacha se mete en la cama del pintor o escritor —por pura admiración de la mente maravillosa del anciano, parece ser—, se deja sobetear y se coloca encima del viejo (no sea que Ć©l se rompa con ciertos movimientos pĆ©lvicos).

Por quƩ ella es jovencita y Ʃl viejo, y no al revƩs

Estas películas de viejo y muchachita pasan desapercibidas en las redes sociales. De ellas se habla en pequeños círculos de entusiastas que anotan estar extasiados con una «reflexión del arte sobre el arte». Sobre estas películas rara vez encontramos comentarios como «qué asco me da el viejo» o «la escena de sexo me da arcadas». ¿Por qué no encontramos estos comentarios negativos? QuizÔ una razón es que los críticos de cine y los que han pagado la entrada son hombres. A las espectadoras estas películas las deja indiferentes. Porque la alumna, la modelo, la risueña mecanógrafa «estÔ de pan y moja», como dirían los señores de otros tiempos, y el protagonista es un viejo pellejo.

El hipócrita argumento del viejo y la muchacha

Si lo pensamos bien, estas pelĆ­culas de viejo y alumna o modelo son hipócritas. Si realmente quisieran enseƱarnos que la belleza estĆ” en todas partes, la seƱorita deberĆ­a tener o ser lo que el grueso de la sociedad considera inaceptable: obesidad, una piel seca o con manchas, un rostro con una evidente asimetrĆ­a… Y quizĆ” treinta o cuarenta o cincuenta aƱos mĆ”s. Porque no nos engaƱemos, si el pintor viejo fuera una pintora vieja y la chica un muchachito, es probable que los crĆ­ticos cambiaran lo de Ā«canto a la bellezaĀ» por Ā«la exposición de la frustración de una ancianaĀ». AsĆ­ que mientras ellas estĆ”n frustradas y calientes, ellos son catadores de belleza.

La vieja de ‘El Resplandor’

Una de las escenas mÔs conocidas de El resplandor es la de Jack Nicholson/Torrance abrazando y besando a una jovencita recién salida del baño que segundos después se convierte en una anciana decrépita. Kubrick sabía que la anciana provocaría asco (mÔs a los hombres que a las mujeres) y hasta miedo (intensificado por la música).

A Nicholson no le importa abrazar a un fantasma de buen ver, pero huye despavorido cuando es una mujer ajada. ¿Quién siente pena por esta mujer de carnes caídas y el cuerpo lleno de manchas? Es una clara degradación del cuerpo femenino cuando se sale de los cÔnones. En este caso, es un cuerpo viejo.

La oscuridad en Harold y Maude

harold-y-maude

La idea de que una anciana y un jovencito mantengan relaciones sexuales resulta repulsiva para muchos espectadores. De ahí que Harold y Maude siga siendo una rareza aunque se estrenó en 1971.

Si lo pensamos bien, la relación entre Harold y Maude solo es posible porque comparten placer por todo lo relacionado con la muerte. El protagonista puede resultar antipÔtico y no estÔ bien de la cabeza. De manera que su gusto por Maude es mÔs propio de una mente perturbada que de una mente sana. Esto resta valor a la idea de mostrar como «normal» la relación entre ambos personajes.

Algo pasa con Mary… y la vieja que toma el sol

Otro ejemplo de degradación del cuerpo desnudo de una mujer anciana lo encontramos en Algo pasa con Mary: un espía de Mary espera verla desnuda a través de los prismÔticos, pero en su lugar, y para su disgusto, ve el torso con arrugas y los pechos caídos de una anciana. El chiste funciona para una parte de los espectadores porque el mirón «recibe su castigo». Si la sociedad considerara el cuerpo de la anciana simplemente como un cuerpo, al margen de consideraciones estéticas, el chiste no tendría efecto.

¿Por qué el cuerpo desnudo de un anciano conmueve a la piedad, a la pena y el de una mujer de la misma edad provoca asco a muchos? Parece que una mujer no tiene derecho a descansar de la opinión ajena ni llegada a edad avanzada. Una opinión que muchas mujeres jubiladas fomentan: «Pepita estÔ mÔs estropeada que yo».

Solo se admitenĀ MILF

Solo en la Ćŗltima dĆ©cada el cine y el pĆŗblico ha admitido que una mujer Ā«mayorĀ» se enamore de un jovencito y sea correspondida. Pero hay imposiciones: la mujer mayor debe tener un cuerpo que podrĆ­a competir con el de veinteaƱeras. Debe ser una MILF (Mom I’d Like to Fuck o Madre que me follarĆ­a). MamĆ” y no abuela. Los argumentos de MILF y jovencito se han multiplicado en el drama y la comedia: Michelle Pfeiffer (El novio de mi madre), Marisa Tomei (En la habitación), Kim Basinger (Una mujer difĆ­cil), Kate Winslet (El lector)… En cualquier caso, en estos argumentos la diferencia de edad es un tema secundario o realmente carece de importancia.

La veda la abrió Anne Bancroft como señora Robinson (El graduado) en 1967 (cuatro años antes que Harold y Maude). Aunque entonces la Bancroft tenía 36 años y Dustin Hoffman 30. ¿Hubiera admitido la crítica y el público de entonces a una señora con sus auténticos 50 años de entonces? El físico de Bancroft ha jugado a favor de la mitología de la película. Sin embargo, el físico de Ruth Gordon/Maude ha condenado a Harold y Maude al ostracismo aunque estÔ en el puesto 49 de las mejores comedias según el Sindicato de Guionistas de Los Estados Unidos.

La MILF no debería ser vista como un reconocimiento de la mujer madura. El origen de la palabra es peyorativo (aparece por primera vez en American Pie, en 1999). Aquel término no hace mÔs que crear un nuevo condicionante para las mujeres. Se ha llegado al punto en el que no ser una MILF pasados los 40 años estÔ mal visto en según qué ambientes.

¿Cómo una gorda va a tener sexo?

Empire y el sexo que escandalizó a los espectadores

Vemos que la vejez, tan natural, provoca rechazo y asco cuando estÔ asociada al cuerpo femenino. Si es joven la crítica viene por los kilos. El último escÔndalo llegó con Empire: Gabourey Sidibe/Becky abre el episodio sexto de la segunda temporada con una escena de sexo dentro de los límites de la televisión en abierto estadounidense. ”Y con la ropa puesta!

Sin embargo, para una parte de la audiencia la escena fue «demasiado explícita», para otras, «nauseabunda» y no faltaron comentarios como «una mujer así no puede despertar pasión» o «es irreal que la gorda tenga sexo». No faltaron memes de vómitos y personajes famosos con caras de asco.

Gabourey Sidibe dijo a People que se sintió orgullosa y hermosa al realizar al escena y que no entiende el odio ante una escena de amor. ¿No estÔ una parte de la mayoría de la sociedad idiotizada por la estética de la Barbie?

Hombretones hechos y derechos diciendo tonterĆ­as

Por todo ello, preocupa que personajes que debieran convertirse en un referente en cuanto a la aceptación de los distintos cuerpos, se convierten en difusores del odio a la mujer cuando no entra en determinados moldes. Lo hemos visto en los últimos meses: periodistas maestros de periodistas (dicen sus discípulos y aduladores) de medios conservadores parecen haber acordado en una barbacoa un argumento único, simple, contra mujeres que defienden ideas no conservadoras: «Son gordas y feas».

Uno se pregunta cómo es posible que estos hombres —son hombres— talluditos y algunos con dos o tres carreras usen como recurso argumentativo Ā«son gordas y feasĀ» y no sientan vergüenza. (Uno la siente, y mucho, de compartir el mismo paĆ­s). Ā«Gordas y feasĀ» son palabras de matones de patio de recreo contra niƱas vulnerables. Ā«Son gordas y feasĀ» es una rĆ©plica propia de profesionales de una idiocracia; aquella pelĆ­cula donde cualquier imbĆ©cil incapaz de sumar con los dedos puede ser mĆ©dico o periodista gracias a los cupones de un supermercado.

Que estos periodistas maestros de periodistas tengan fanÔticos prueba las carencias de la educación y tolerancia españolas, también patente en las redes sociales durante las emisiones de espacios como Casados a primera vista. Este programa de telerrealidad depende y mucho de la parte mÔs crítica de la sociedad respecto a cómo deben ser las personas por dentro y por fuera. Hay diferencias: de ellos se dice que son calvos o que tienen una barba fea; a ellas se las considera viejas o gordas y hasta orcos. Los comentarios que reciben ellos son benévolos en comparación con los comentarios que reciben ellas.

Con semejantes comentarios en las redes sociales, no extraña que haya un caldo de cultivo para que los periodistas maestros de periodistas no informen ni escriban artículos que den pie a la reflexión. A estos profesionales poco esforzados les cuesta poco conseguir el aplauso fÔcil del tonto, los corazoncitos en Twitter y los pulgares arriba en Facebook de lectores sin criterio. En cualquier caso, poco cabe esperarse de estos profesionales que en mÔs de una ocasión han descrito a la mujer ideal como «la mujer muy femenina y discreta» (entiéndase aquí discreta como boba o sin criterio propio) y por supuesto con un cuerpo de maniquí.

En el fondo, la misoginia se alía con el estereotipo: los periodistas conservadores y misóginos parecen pensar: «Si no podemos rebatir las ideas de las mujeres, hagamos que lloren». Una mente funciona bajo el influjo del estereotipo cuando considera que la mujer estÔ obsesionada con los potingues y su cuerpo, y que las palabras «gorda y fea» la afectarÔn.

ĀæPara cuĆ”ndo una mujer estarĆ” considera como una persona y no un trozo de carne que debe tener un tamaƱo y una presentación estĆ”ndar —como si fuera una pieza de supermercado— y una fecha de caducidad? ĀæPara cuĆ”ndo una comedia romĆ”ntica de una seƱora de 70 con un tipo de 30 aƱos y que acabe con ambos en el Caribe? ĀæSerĆ” posible mostrar a una mujer de 70 aƱos o mĆ”s desnuda sin que se busque provocar asco en el pĆŗblico? ĀæPara cuĆ”ndo periodistas hechos y derechos se comportarĆ”n como tal y no como matones de mala pelĆ­cula de instituto?

 

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Opiniones 68
  • tengo 55 aƱos, 3 hijos y soy madre soltera con sobrepeso buena parte conseguido con etapas de ansiedad y algo de “depre”.y no soy fea, de un modo formal.,pero sĆ­ he encontrado todos los rechazos de los que hablas y los mayores de mi propia familia femenina que “tanto se preocupan por mĆ­” pero no me dejan un fin de semana de respiro quedando con mis hijos.me hago mayor y hay quien se empeƱa en que me sienta “gorda y fea”- ni te imaginas si me ven, que me vieron, mirando el escaparate de una pastelerĆ­a de diseƱo.no sabes lo que es ,hasta que lo vives…es una injusticia tan grande que es una gran putada.deberĆ­a ser el tĆ­tulo de una buena pelĆ­cula. imprimirĆ© el artĆ­culo y se lo paso a la profe de valores de mi hija mayor y a mis niƱos en la cena.espero que no haya problema.GRACIAS

  • olvidĆ© que debĆ­a contar algo bonito………Sƍ SOY GUAPA y por herencia materna……NO TENGO UNA PUƑETERA ARRUGA…jajajajajajajajaja….con gran fastidio de mis conocid@s de talla 36-40 (sĆ­, estoy en la 52, pero ya llegarĆ©, sĆ­ llegarĆ©…a verme muy mona en el espejo, YOAMIMISMA. ) y en cuanto al sexo, en fin de aƱo un tĆ­o muy mono me dijo que ya iba siendo hora de ver culos como dios manda…Āæ…?

    • Todo lo que has contado, incluso en el primer comentario, todo es bonito: demuestra que eres una luchadora, Allo, que no te dejas tumbar por las crĆ­ticas y comentarios de esos que “tanto te quieren”. Ser una luchadora es atractivo.

  • ĀæCuando los hombres empezarĆ©is a luchar contra el machismo por que os perjudica a vosotros, y no solo para socorrer a las mujeres?

    A ella se la valora por su fĆ­sico, es cierto. Pero a el se le valora por lo que ha logrado en la vida.

    ĀæA caso un “albaƱil jubilado o un hombre con una triste pensión no contributiva” no podrĆ­an ser igualmente bellĆ­simas personas que mereciesen todo nuestro respeto?

    Sin embargo este artƭculo se centra tan solo en el perjuicio hacia las mujeres, y no hacia los hombres. Que no estƔ mal que se trate este tema, pero el feminismo seguirƔ sin avanzar hasta que los hombres seƔis capaces de veros tambiƩn como vƭctimas del patriarcado.

    Alguna vez me gustarĆ­a ver a un escritor de artĆ­culos “feminista” en una posición de vulnerabilidad.

    • Arya, si es justo lo que digo: el albaƱil y el hombre con la triste pensión son bellĆ­simas personas, pero para los creadores de esas pelĆ­culas no son dignos de ser protagonistas. Como escribo en el texto: los pintores y escritores afamados son el alter ego de los creadores.

      En este artƭculo no se valora a nadie por lo obtenido. Quienes hacen valoraciones asƭ son los creadores de esas pelƭculas. Por eso tampoco verƔs la historia de amor de un jubilado con 500 euros al mes y una chica bonita de 22.

      • Javier, creo que fui muy visceral con el artĆ­culo, y fue un error por mi parte.

        Voy a intentar explicĆ”rlo mejor. Creo que vi la pelĆ­cula a la que te refieres (al menos hay una relativamente reciente que me encaja mucho en la historia). La vi, y la verdad es que me resultó cuando menos “incómoda”, justo por lo que planteas en el artĆ­culo. No es que una relación asĆ­ sea imposible, pero se convertĆ­an los personajes en clichĆ©s con los que no me podĆ­a identificar.

        Ahora la pregunta que tengo es ĀæEso a los hombres no os pasa? ĀæDe verdad que no existen pelĆ­culas que os afecten a vosotros en base a los estereotipos masculinos que se usan?

        No critico tu artĆ­culo. Este tambiĆ©n es vĆ”lido y necesario. Pero ya he visto otras veces tratar este tema. Es cierto que criticas ambas cosas, pero en el artĆ­culo te centras solo en una: El fantasma de el resplandor, la vieja de algo pasa con Mary, “Solo se admiten MILF” o “ĀæComo una gorda va a tener sexo?” son puntos que hacen referencia al problema para la mujer, y no la otra parte que yo criticaba.

        La cuestión es ¿por que no se ven mÔs artículos escritos por hombres criticando los estereotipos masculinos que les molestan? Aquí lo tocas, pero como algo secundario.

        QuizƔs me equivoque y los hombres estƩis todos contentos con los estereotipos masculinos. O quizƔs simplemente no estƩ tan aceptada la crƭtica a estos estereotipos. Simplemente creo que al feminismo le falta avanzar por este camino.

  • La belleza femenina siempre ha sido mĆ”s estĆ”ndar que la masculina. Haz una encuesta. Pregunta a tus amigos quĆ© clase de mujer les parece atractiva y pregunta a tus amigas quĆ© clase de hombre les resulta atractivo. Que sean sinceros. La respuesta que obtendrĆ”s de la mayorĆ­a de ellos harĆ” referencia al fĆ­sico y serĆ” bastante homogĆ©nea. La respuesta de las mujeres serĆ”, probablemente, un manojo de conceptos mucho mĆ”s vaporosos. Respuestas del tipo “me gustan los hombres interesantes”, “me gustan los feos atractivos”, etc. Y, es un hecho empĆ­rico, a no pocas mujeres les resultan atractivos los hombres mayores que ellas. A veces muy mayores. Tengo unas cuantas amigas con novios que les sacan mĆ”s de 15 aƱos. NingĆŗn amigo en la situación inversa. Es algo cultural, se da asĆ­ en la sociedad, quĆ© le vamos a hacer.

    Lo anterior es cierto y es inmutable y es una putada o no, depende. Pero no creo que tenga nada que ver con la misoginia. ¿Es misógino que las mujeres de mÔs edad no atraigan, no vendan y por tanto tengan un papel en el cine mainstream reducido? ¿Cómo? Es decir, ¿hay que adaptar los gustos de la sociedad, que no derivan de otra cosa que de apetitos sexuales bÔsicos, para que la sociedad sea justa? Esa idea me hace reir. Mucho.

    Es como enfadarse porque los calvos no hacen papeles de galÔn en el cine. Que los guapos de hollywood tienen un pelazo. Que eso atenta contra la dignidad de los hombres, al medir su valía según su densidad capilar. Pamplinas.

    ¿Los calvos tienen menores oportunidades laborales que los que tienen pelo? No ¿menos derechos? Tampoco. Entonces, ¿hay algún problema? En absoluto. Y creo que esta clase de cosas son las que importan a las mujeres inteligentes, no si las actrices de Hollywood estÔn gordas, son viejas o tienen el culo caído.

    El cine comercial es un producto destinado a agradar y atraer a la mayor parte de la audiencia posible. Punto. A la mayorĆ­a no nos gustan las mujeres gordas y feas. Pues vaya, es asĆ­. Tampoco Ryan Gosling tiene barriga.

    • Chema, el artĆ­culo no trata sobre quĆ© te tiene que gustar o no. Que con frecuencia el cine muestre como asqueroso u horrible que una mujer sea gorda o vieja no dice mucho sobre la sensibilidad de sus creadores ni del pĆŗblico al que se dirige. Pero mira, la serie Empire muestra como algo bonito que una mujer gorda tenga sexo con un hombre joven y atractivo.

      • No, no lo dice. La sociedad muestra los rasgos que comparten quienes la componen. Y nos parecemos mucho mĆ”s en nuestros defectos que en nuestras virtudes, que nos individualizan.

        Una de sus virtudes, por ejemplo, es escribir buenos artĆ­culos. Gracias.

  • Gracias por tu artĆ­culo, Javier. Me ha encantado, si bien echo en falta una mención a la tan necesaria Lena Dunham.

    • Gracias, Paloma. Precisamente Lena Dunham es una desconocida para el gran pĆŗblico por lo que cuenta y cómo lo cuenta.

  • En Brokeback Mountain vimos a dos seƱores fornicando pero sólo cuando estaban de buen ver, de viejos ya no claro. Todo el mundo sabe que por algĆŗn designio divino los viejos no follan aunque dispongan de viagra.

    • Plas-plas. Al cine le parece bien un viejo y una jovencita, o dos muchachos (hasta cierto punto), pero como bien dices, dos viejos, no.

  • Por fin un periodista (hombre) sensato, inteligente y elegante. Por favor, sigue escribiendo asĆ­.

    • Gracias, JM, por lo de sensato, inteligente y elegante. Son demasiadas cosas šŸ™‚

  • Muy buen artĆ­culo, muy buen anĆ”lisis. Vi Harold y Maude hace unos aƱos y me abrió la cabeza en dos, mis propios prejuicios no dejaron de sorprenderme a pesar de estar muy concienciada con el tema, me encantó.

  • Una buena que se te esta olvidando
    fassbinder El miedo devora el alma, que aparentemente tradujeron al espaƱol como todos nos llamamos ali
    Historia de amor: ella, vieja gorda y fea, y Ʃl joven y hermoso pero imigrante turco. el odio de la sociedad no se hace esperar

  • Hola. Solo decirle que me ha encantado su artĆ­culo. Muy didĆ”ctico y que invita a la reflexión.
    Saludos

  • Estamos precisamente en una Ć©poca de adoración del cuerpo y para que eso cambiara habrĆ­a que cambiar el mundo. Sin embargo tengo que confesar que las personas gordas me desagradan profundamente, lo asocio a la poca higiene y el abandono, porque en un 99% de las veces se puede afirmar que es gordo el que quiere, una persona que se respete a sĆ­ misma no llegarĆ” a la obesidad notable, estoy harto de oĆ­r esa memez de “padezco obesidad mórbida”, que en realidad significa: no pienso dejar de comer lo que me apetezca.

    • Jeeves, ojalĆ” las cosas fueran igual de fĆ”ciles para todos como parece que lo es para tĆ­. Es cierto que mucha gente estĆ” gorda porque les gusta comer y prefieren estar entraditos en carnes y disfrutar de la comida que estar delgados y amargados, cosa que me parece bien siempre y cuando tu salud no peligre, pero tambiĆ©n hay mucha gente que tienen verdaderos problemas de ansiedad y obsesión e incluso enfermedades que les hacen engordar sin necesidad de hincharse a comer y sufren y tratan de luchar contra ello pero muchas veces no es tan fĆ”cil como tĆŗ planteas y no creo que por ello merezcan ser repudiados. Hay que tratar de ser un poco mĆ”s comprensivo con los demĆ”s y no juzgar tan a la ligera. Me alegro de que seas tan fuerte y tu vida sea tan perfecta.

    • Jeeves, yo asocio mensajes como el tuyo a las telaraƱas mentales. ĀæPuedes demostrar matemĆ”ticamente, empĆ­ricamente, de alguna manera que gordura=falta de higiene?

  • Menudo aburrimiento de artĆ­culos que, por tal de defender a un colectivo históricamente tratado de forma injusta y marginal, se va completamente al otro extremo con argumentos, como mĆ­nimo, poco razonables y ejemplos completamente parciales, barriendo pa casa. EstĆ” claro que los gordos y viejos en pelotas son mucho mĆ”s agradables de ver y comerciales. La mención a ‘El Resplandor’, de aplauso.

    En cualquier caso, me resulta bastante gracioso cómo normalmente la mujer (de cualquier edad o Ômbito social) siempre estÔ mÔs preocupada con la estética, el paso de los años y la vejez, el sobrepeso, que los tíos; y se suelen fijar (a veces, criticar) mÔs entre ellas por esos motivos. Pero bueno, cada uno con sus neuras.

  • Digo yo que para quĆ© invita a comentar si despuĆ©s censura lo que no le gusta. Vale, me encantan las gordas y de ellas es el futuro Āæle gustó?

    • Jeeves, deberĆ­as mirar mejor el hilo porque tu grotesco mensaje estĆ” ahĆ­ desde las 10:39, asĆ­ como la respuesta que te dio Marta. Censura, ninguna.

  • ĀæPara cuĆ”ndo? Para cuando sean esas mujeres “viejas y feas” las que dirijan, las maestras de periodistas, las que escriban, las que como Gabourey den pasos en esa dirección.

    Los hombres hechos y derechos (iba a poner HOMBRES pero no veo por quƩ deberƭa resaltar lo que yo entiendo por normal) los hombres hechos y derechos, decƭa, ya estƔn en ello. Y algunos, escriben artƭculos como este.

  • QuĆ© bien has expresado algo tan jodido y real. EstĆ”s pelis y las reacciones de determinado pĆŗblico ante la transgresión del estereotipo, son el reflejo del fascismo mental en el que vivimos. Sigue asĆ­, te leerĆ© de mil amores.

  • Ya hubo aquella pelĆ­cula ‘Cuando menos te lo esperas” del 2003 en la que de la joven Amanda Peet (31) cumple con los criterios de tu artĆ­culo teniendo una aventura con Nickolson (66), y la mamĆ”, Keaton (57) resulta ser MILF para Reeves (39)
    Eso si, dirigida por una mujer, Nancy Meyers, y con estilo de comedia, porque quiƩn podrƭa tomarse la historia en serio?

    Recuerdas cómo termina?

  • Maravillosa nota, argumentos impecables…y es un orgullo saber que cada vez son mĆ”s los hombres que defienden a las mujeres, las respetan y luchan por la igualdad. Gracias, por poder separarte del montón, ser crĆ­tico a pesar de todo y decirlo que pocos se animan!

  • Javier, me ha emocionado, he empezado a leer sin saber quien habĆ­a escrito este pedazo de artĆ­culo reflexión, y cuando he llegado al final y he visto que era escrito por un hombre he pensado: “todavĆ­a hay esperanza” gracias por ponerle palabras a los sentimientos de muchas mujeres

  • Gracias Javier por poner unas palabras tan certeras a lo que pienso. Comparto el artĆ­culo!!

  • Sólo he visto fragmentos pero las escenas de sexo o desnudez de LenaDunham en Girls son tambiĆ©n un buen ejemplo situaciones que exasperan estĆ”n sensibilidades extraƱas sobre el cuerpo femenino q aparecen sólo cuando es una mujer que escapa al estereotipo. Es como si el pudor apareciera de pronto, y es tan incriminatorio para aquellos que buscan solapadamente en la tv o pelis estĆ­mulos visuales para su ejercicio sexual. Porq no voy a criticar gustos, pero no pueden juzgar las escenas y a los actores como si estuvieran haciendo casting para su selección personal de porno.

  • Gracias por el artĆ­culo.
    Firma una “literalmente” -Gorda, vieja y fea- pero de alma grande
    Gracias una vez mƔs

  • Me parece un artĆ­culo estupendo. Una buena dosis de crĆ­tica en un mundo encajonado en un escaparate de maniquĆ­es. Un 10. (Probablemente si usted hubiera sido una mujer este artĆ­culo habrĆ­a recibido un montón de comentarios despectivos, todo hay que decirlo)

  • Por cierto, hay una pelĆ­cula reciente, El rey de La Habana (AgustĆ­ Villaronga), en la que hay una escena entre una mujer mayor y gorda con el protagonista. Pero de esa, tristemente, no se ha hablado ni para criticarla. Ese serĆ­a tambiĆ©n un tema para hablar largo y tendido (por quĆ© pelĆ­culas buenas pasan inadvertidas), aunque en otro hilo.

  • Excelente artĆ­culo y mĆ”s excelente aĆŗn por haber sido escrito por un hombre!!! Aplausos para esa mente abierta, reflexiva y sin barreras. Hombres como vos son la esperanza de un mundo mejor aquĆ­ y ahora.

  • Genial artĆ­culo. Para mĆ­ La cuestión es que la industria de la belleza mueve muchos millones y permitir a las mujeres envejecer tranquilas serĆ­a la ruina de los cirujanos plĆ”sticos. Hollywood paso de vender cigarrillos , alcohol y moda a vender operaciones estĆ©ticas, entre otras cosas. EscribĆ­ sobre el derecho de las mujeres a envejecer aquĆ­ porsi interesa: http://gansossalvajes.com/2015/05/03/el-derecho-de-las-mujeres-a-envejecer-regalo-dia-de-la-madre/

  • Me pareció muy interesante el artĆ­culo y original. Tambien, confieso que estaba casi convencida que iba a encontrar algĆŗn nombre femenino en el lugar del “autor”. Este hecho, le agrega para mĆ­, mas valor aĆŗn a todo lo que aquĆ­ se enuncia Gracias.

  • No me cabrea especialmente que directores gagĆ” filmen sus deseos sexuales de jovencitas. Tienen su pĆŗblico. Hay hombres que disfrutan y comparten esas fantasĆ­as (machistas, sĆ­). Y su envoltorio cultureta las diferencia de Benny Hill.
    La historia inversa, una vieja artista llena de sabiduría que se tira a un jovencito, ¿qué público iba a tener?. El masculino no iría a verla, al no identificarse con los personajes (como me pasa a mí con las de viejos).
    ¿Y nosotras?. ¿Iríamos a ver cómo se lo montan la señora y su maromo?. ¿Ese argumento forma parte de nuestras fantasías?. No lo creo. En general no vemos al hombre como un objeto que cuanto mÔs joven mÔs bello y mÔs categoría da a quien lo posee. La mayoría no deseamos biendotados muchachos que nos pongan mirando pa cuenca en nuestra vejez.
    Por eso para nuestro consumo no hacen esas películas, sino estas otras: las de mujeres que buscan y encuentran un buen marido, un partidazo. Alguien que cazas y te sube de estatus, un triunfador. Esas sí tienen público, esa fantasía (machista, también) sí la comparten aún muchas mujeres, nos guste o no. Incluso nos llega vía disney.
    Entre una mamarrachada y otra, no sƩ cuƔl prefiero.
    El cine no hace mƔs que reflejarnos, con nuestras miserias. Si queremos otras pelis, hagamos otras realidades.

  • Cuando vi el cartel de la pelĆ­cula en un autobĆŗs pensĆ© y sentĆ­ muchas cosas…asco, rabia, impotencia y al final decepción, porque pensĆ© que la gente veĆ­a a esos dos viejos en la piscina y a esa chica y no veĆ­an nada raro en esa imagen, pasaban de largo cuando yo sentĆ­a la necesidad de arrancarlo y me decĆ­a a mĆ­ misma que alguien deberĆ­a pronunciarse al respecto. Y no se trata Ćŗnicamente del envejecimiento de las mujeres, que tambiĆ©n. Si no que una vez mĆ”s el producto/obra/cartel es la utilización del cuerpo de una mujer, la mujer como objeto sexual, despersonalizada, deshumanizada, como posesión de dos hombres.

  • Si no la conoces, te recomiendo la peli “The mother”, dirigida por Roger Michell, con guión de Hanif Kureishi. EstarĆ­a muy bien conocer tu opinión.

  • Felicidades por tu artĆ­culo . Solo falta mencionar mujeres con alguna discapacidad fĆ­sica (porque las psĆ­quicas serĆ­a un escĆ”ndalo!) sean cojas, vayan en sillas de ruedas o cualquier otra que se te ocurra) … tambiĆ©n follan o se masturban o necesitan y desean el sexo como otra cualquiera, porque son personas, y la realidad es que lo tienen.. sí… con jóvenes y con viejos, con discapacitados o no (glups!) Āænunca lo habĆ­as pensado? Āæo no tienen derecho? .. y quien no tiene una discapacidad? aunque sea simplemente no tener una capacidad mental de aceptar esa realidad?

    • Planteas un tema interesante, Tere. No recuerdo pelĆ­culas con los argumentos que dices. InvestigarĆ©.

  • Hola, creo que hay un muy buen ejemplo de una comedia romĆ”ntica de una mujer mayor con un hombre joven, ella sĆ­ parece una mujer en su edad, no hay escenas explĆ­citas de sexo pero es una pelĆ­cula poco promocionada, se llama “Ana no pierde el tren”.
    Muy de acuerdo con tu nota.

  • Hola. Algo bonito les cuento:
    Gracias por este artículo. Lo leí en voz alta para imaginarme la personalidad de quién lo escribió. Poco importa eso, pero digamos que un halago a su autor.

    Ahora lo que sĆ­ importa, sĆ­ hay una pelĆ­cula que muestra a la mujer anciana hermosa y real. Es un documental chileno que se llama “Leontina”. Toda la peli estĆ” dedicada a esta mujer y cómo ella abraza la soledad sin que sea un trauma.

    AquĆ­ les dejo el Trailer: https://youtu.be/lj3_jThKj18

  • Otro ejemplo son los vĆ­deos de raperos: ellos gordos, en chandal, con el pelo sucio, rodeados de chicas de infarto en bikini que los veneran.

  • En LA PIANISTA mas o menos se presenta un affair entre un joven admirador de la ya 40 y tantos abriles de la Diva (supongamoslo asi) …
    Y si mal no recuerdo, La Pianista, es una mujer liberal que Dios Guarde la Hora ..si se supiera of trascendiera que una Dama frecuenta una porno shop…
    ,Entonces, aqui MAYBE, se trastoca el orden.

    ….

  • Muy buena reflexión. De joven me encantaban las mujeres mayores, serĆ” por aquello de aprender, digo yo. Sin embargo, ahora veo que al acariciar ya los 60, de nuevo miro hacia adelante. Ya las “viejas” no me producen rechazo y adoro el cuerpo femenino imperfecto, con kilos, arrugas, manchas, en fin, con tiempo acumulado.
    Ahora veo que en esa piel que no pasa el corte de la moda, lleva mucho mĆ”s amor, mucha mĆ”s experiencia y mucha mĆ”s intensidad… y lo mejor de todo, con muy poco o nada que perder a la hora de aventurarse. Nada, que una mujer con muchos aƱos, puede ser mĆ”s joven, osada y apasionada que una con pocos aƱos.

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