
Uf… Menos mal que el presente es selectivo. No mató del todo a la industria del vinilo. Hubo piedad. Y la piedad recompensa. Por ejemplo, con piezas como esta. Un vinilo transparente envuelto en una funda translúcida con un bolsillo transparente que guarda un CD translúcido.
Es el primer disco de la banda londinense Good Cop*. En el vinilo de 12’’ hay nueve canciones que hablan, según su sello, HoopLondon/HoopMusic, de “emociones viscerales y puñetazos melódicos”.
El disco se ha editado en un versión limitada de 500 ejemplares. Otros dos temas aparecen aparte, en otro single transparente, de 7’’, en una edición de solo 100 unidades.
En las fundas de los dos discos aparecen sobreimpresos los nombres de todas las canciones. No hay más letras que las que se pueden leer en las carátulas flexibles de PVC.
El diseño es de Konstantinos Gargaletsos y el packaging, de Daniel Mason (Something Else).


















Daniel Mason hizo también una edición limitada de esta caja de madera que contiene dos CDs de Tom The Lion y unas pequeñas fotos. La ilustración de la tapa y de las letras posteriores es de Konstantinos Gargaletsos.
Uno de los CDs contiene música grabada en estudio. El otro recoge directos. Las letras de las canciones se guardan también en su interior, en una hoja desplegable, blanca, que aporta el contraste al rojo y azul de las fundas de los CDS.







Uf… Menos mal que el presente es selectivo. No mató del todo a la industria del vinilo. Hubo piedad. Y la piedad recompensa. Por ejemplo, con piezas como esta. Un vinilo transparente envuelto en una funda translúcida con un bolsillo transparente que guarda un CD translúcido.
Es el primer disco de la banda londinense Good Cop*. En el vinilo de 12’’ hay nueve canciones que hablan, según su sello, HoopLondon/HoopMusic, de “emociones viscerales y puñetazos melódicos”.
El disco se ha editado en un versión limitada de 500 ejemplares. Otros dos temas aparecen aparte, en otro single transparente, de 7’’, en una edición de solo 100 unidades.
En las fundas de los dos discos aparecen sobreimpresos los nombres de todas las canciones. No hay más letras que las que se pueden leer en las carátulas flexibles de PVC.
El diseño es de Konstantinos Gargaletsos y el packaging, de Daniel Mason (Something Else).


















Daniel Mason hizo también una edición limitada de esta caja de madera que contiene dos CDs de Tom The Lion y unas pequeñas fotos. La ilustración de la tapa y de las letras posteriores es de Konstantinos Gargaletsos.
Uno de los CDs contiene música grabada en estudio. El otro recoge directos. Las letras de las canciones se guardan también en su interior, en una hoja desplegable, blanca, que aporta el contraste al rojo y azul de las fundas de los CDS.






Yo tenía uno translucido pero en verde. Qué tiempos.
pero que superdivinos!
La verdad que, aunque bonitos, no es ninguna forma novedosa de presentar un disco. Hay muchísimos grupos que lanzaron y han lanzado vinilos transparentes a lo largo de la historia y pack de Cds en cajas de madera. Aunque si lo que queríais era demostrar que el objeto (ya sea vinilo o CD) aún persiste, gracias.Yo los buenos discos, los sigo comprando en CD o Vinilo aunque ya los tenga en MP3. El MP3 no persiste en el tiempo y la experiencia músical es mayor cuando abres la caratula, sacas con cuidado ese trozo de plástico, lo pones en el plato y después del “cratch” empieza ese sonido orgánico que no tiene similar en la actualidad.
hace años, vendían unos packs de 10 cd , cada uno con su caja individual, (de las delgadas) transparentes y cada uno con una tonalidad diferente (verde, amarillo, azul, etc). Y de esa época tengo incluso de troquelados.(¿no os acordáis del cd promocional de Pizza World con forma de un trozo de pizza?
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