En el mundo futurista de la pelÃcula Wall-E, los robots se quedan en la tierra almacenando nuestra basura mientras los humanos partimos hacia nuevos planetas. En el mundo no tan futurista que imagina Xavier De Kestelier serán los robots y la basura los que abandonarán la Tierra para construir edificios (y de paso, un futuro mejor) con material reciclado e impresoras 3D.
De Kastelier es un arquitecto con los pies en el suelo y la mirada en el firmamento. Como director de diseño, tecnologÃa e innovación de Hassell Studio ha participado en grandes obras de ingenierÃa civil: aeropuertos, rascacielos, oficinas…
«A ver, es que no son casas como tal, son hábitats», defiende De Kestelier, «son lugares donde podrÃan vivir los primeros astronautas. Y yo creo que es realista. Será posible en unos 15 años; espero que todavÃa me pille en activo». El arquitecto habla en este caso del proyecto de habitáculo lunar que hizo para la ESA, ya que aquel otro que diseñó para la NASA sobre un habitáculo en Marte parece algo más lejano. O quizá no tanto.Â
La obsesión de De Kestelier con el espacio empezó pronto. De niño visitó una exposición sobre la carrera espacial. «DebÃa ser hacia el final de la guerra frÃa y habÃa una maqueta de la estación MIR», rememora el arquitecto. «Fue una experiencia increÃble, no me podÃa creer que estuviera dentro de esa cosa.
De esta forma, se crearÃa un escudo dentro del cual se desplegarÃa un laboratorio hinchable, una segunda pared más fina, esta sà ya fabricada previamente en la Tierra.Â
De Kestelier planifica todo esto únicamente a nivel teórico, pero teniendo en cuenta cada uno de los contratiempos y problemas que podrÃa encontrarse en la realidad. «Lo quiero hacer de la forma más realista posible», subraya, «y para conseguirlo trabajo con cientÃficos, ingenieros, sociólogos… incluso con una antropóloga espacial».
Es necesario subrayar esa búsqueda de realismo y esta colaboración interdisciplinar porque lo cierto es que el sello de la NASA no lo garantiza.Â
Las ilustraciones sobre colonias espaciales que hizo para esta agencia Rick Guidance en los setenta han servido de inspiración para pelÃculas como Interstellar, pero poco o nada para aventurar cómo serÃa el futuro espacial.Â
«Es que Guidance era el encargado de dar lo que llaman impresión artÃstica», explica De Kestelier. «Quiero decir, en su caso habÃa un proceso previo y justo al final se la pasaron a un artista para que la visualizara. Cuando se pasa a esta impresión artÃstica, muchas veces se pierde realismo».
Reconoce que diseñar para el espacio o para la Tierra no es tan distinto. «La diferencia es que si proyectas una casa aquà que está muy expuesta al sol, igual va a ser calentita. Si te pasa lo mismo en Marte, sus habitantes morirán por la radiación gamma. Asà que, bueno, las consecuencias son algo diferentes, pero los fundamentos son los mismos».
Por eso defiende su visión arquitectónica de estos proyectos. Siempre ha sido un apasionado del diseño y la creatividad, pero combinados con la tecnologÃa y la ciencia. Asà que De Kestelier asegura sin pestañear que sÃ, en el futuro es probable que robots e impresoras 3D creen casas (o hábitats) en el espacio. Y no, no se está flipando un poco.
En el mundo futurista de la pelÃcula Wall-E, los robots se quedan en la tierra almacenando nuestra basura mientras los humanos partimos hacia nuevos planetas. En el mundo no tan futurista que imagina Xavier De Kestelier serán los robots y la basura los que abandonarán la Tierra para construir edificios (y de paso, un futuro mejor) con material reciclado e impresoras 3D.
De Kastelier es un arquitecto con los pies en el suelo y la mirada en el firmamento. Como director de diseño, tecnologÃa e innovación de Hassell Studio ha participado en grandes obras de ingenierÃa civil: aeropuertos, rascacielos, oficinas…
«A ver, es que no son casas como tal, son hábitats», defiende De Kestelier, «son lugares donde podrÃan vivir los primeros astronautas. Y yo creo que es realista. Será posible en unos 15 años; espero que todavÃa me pille en activo». El arquitecto habla en este caso del proyecto de habitáculo lunar que hizo para la ESA, ya que aquel otro que diseñó para la NASA sobre un habitáculo en Marte parece algo más lejano. O quizá no tanto.Â
La obsesión de De Kestelier con el espacio empezó pronto. De niño visitó una exposición sobre la carrera espacial. «DebÃa ser hacia el final de la guerra frÃa y habÃa una maqueta de la estación MIR», rememora el arquitecto. «Fue una experiencia increÃble, no me podÃa creer que estuviera dentro de esa cosa.
De esta forma, se crearÃa un escudo dentro del cual se desplegarÃa un laboratorio hinchable, una segunda pared más fina, esta sà ya fabricada previamente en la Tierra.Â
De Kestelier planifica todo esto únicamente a nivel teórico, pero teniendo en cuenta cada uno de los contratiempos y problemas que podrÃa encontrarse en la realidad. «Lo quiero hacer de la forma más realista posible», subraya, «y para conseguirlo trabajo con cientÃficos, ingenieros, sociólogos… incluso con una antropóloga espacial».
Es necesario subrayar esa búsqueda de realismo y esta colaboración interdisciplinar porque lo cierto es que el sello de la NASA no lo garantiza.Â
Las ilustraciones sobre colonias espaciales que hizo para esta agencia Rick Guidance en los setenta han servido de inspiración para pelÃculas como Interstellar, pero poco o nada para aventurar cómo serÃa el futuro espacial.Â
«Es que Guidance era el encargado de dar lo que llaman impresión artÃstica», explica De Kestelier. «Quiero decir, en su caso habÃa un proceso previo y justo al final se la pasaron a un artista para que la visualizara. Cuando se pasa a esta impresión artÃstica, muchas veces se pierde realismo».
Reconoce que diseñar para el espacio o para la Tierra no es tan distinto. «La diferencia es que si proyectas una casa aquà que está muy expuesta al sol, igual va a ser calentita. Si te pasa lo mismo en Marte, sus habitantes morirán por la radiación gamma. Asà que, bueno, las consecuencias son algo diferentes, pero los fundamentos son los mismos».
Por eso defiende su visión arquitectónica de estos proyectos. Siempre ha sido un apasionado del diseño y la creatividad, pero combinados con la tecnologÃa y la ciencia. Asà que De Kestelier asegura sin pestañear que sÃ, en el futuro es probable que robots e impresoras 3D creen casas (o hábitats) en el espacio. Y no, no se está flipando un poco.