Al principio, el GIF era estático. Su función era más bien de Ãndole técnica. CorrÃa el año 1987 cuando la teleco omnipotente de aquella década, Compuserve, introdujo el formato para comprimir de forma más eficiente imágenes a color de gran tamaño, algo muy de agradecer en tiempos de los módems de 56k.
Entonces internet dijo: «Hágase la animación». Y la animación se hizo en 1989. HabÃa nacido el rey de los banners, que se sentarÃa en el trono de la publicidad al menos hasta que naciera Adobe Flash un par de décadas después. El GIF vivió su primera edad dorada y el carácter amateur de las webs personales que nacieron en los 90 hizo el resto.

Y el verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros. El Jesús bailongo de Homer Simpson es el epÃtome pop de una internet plagada de webs cutres protagonizadas por GIF delirantes, colores fosforitos y sonidos estridentes. Por suerte, al menos para nuestras retinas, la Red maduró: los textos parpadeantes desaparecieron de la aldea global y los GIF fueron cediendo espacio a otros formatos a medida que la banda ancha se iba generalizando.
La dictadura de los jotapegés y penegés ha llegado a nuestros dÃas, aunque el viejo y entrañable GIF está viviendo una segunda juventud por las mismas razones de siempre: en primer lugar, en tiempos de los dispositivos móviles, se impone como alternativa a los vÃdeos que exterminan las tarifas de datos; en segundo, sigue siendo la primera elección de los amantes del humor absurdo.
A golpe de meme, Tumblr, Reddit y 4Chan han vuelto a hacer del GIF ese bailongo que muchos añorábamos. Las herramientas para despiezar vÃdeos de YouTube (ahora con Imgur a la cabeza) han hecho el resto. Sin olvidar los GIF de reacciones, esa herramienta que nos ha permitido compensar la ausencia de lenguaje no verbal en internet. Junto con los emoticonos, son los gestos del s. XXI. La mejor forma de transmitir emociones en remoto, de forma no presencial.

Año 2015. Asà está la cosa. La popularidad del formato que nació a finales de los 80 sube y baja como una montaña rusa o la cotización de Bitcoin. Toca pensar en el futuro: si los hubiera, ¿cómo serán los GIF en cinco años? ¿Hay algo más que pueda hacerse para mejorar la animación de andar por casa? ¿Alguna alternativa? No cuentan Vine ni el Hyperlapse de Instagram, que eso son vÃdeos.
Naufragando por las tres uves dobles nos hemos topado con los yoyos. El nombre suena algo ridÃculo pero el concepto puede ser interesante. Definición rápida: son GIF con mando a distancia. Moviendo el ratón de un lado a otro se ejecutan las tÃpicas acciones de un control remoto: reproducir (play), pausar (pause), rebobinar (rewind) y avanzar (forward).
También puedes controlar la velocidad, asà que súmale otras dos: cámara rápida y cámara lenta. No suena mal, ¿verdad? Bueno, tiene sus luces y sus sombras, como todo. Veamos un ejemplo.
El tiempo de carga previo a la aparición del GIF, aunque sea breve, es una clara desventaja. Sin embargo, es cuestión de tiempo y/o voluntad de los creadores del formato, que lo usan para destacar la marca, lo eliminen.
El tÃpico autoplay de los GIF, la reproducción automática, ha desaparecido. Será una ventaja para aquellos a los que les resultara molesto, y seguro que será un fastidio para los amantes de los posts a base de GIF de BuzzFeed. Además, el tradicional loop, la reproducción en bucle, se ha esfumado. Buena parte de la gracia de estas imágenes animadas residÃa precisamente en verlas una y otra vez: atrapaban, eran cautivadoras, te engullÃan. Los yoyos son otra movida.
Yo estoy deseando que saquen adelante un formato de animación actualizado y estándar, como el APNG. A todo color, con semitransparencia, etc.
Pero con la absurda batalla de estándares entre navegadores, parece que no va a salir adelante…
> en primer lugar, en tiempos de los dispositivos móviles, se impone como alternativa a los vÃdeos que exterminan las tarifas de datos
Ahà te equivocas, un GIF ocupa mucho más que un vÃdeo de igual calidad, y se traga la tarifa de datos más rápido y tarda más en cargar. Piensa que ha habido 3 décadas de mejoras de compresión. Otra cosa es que sea más sencillo embeber una imagen que un vÃdeo en un comentario.
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