Zonians, los estadounidenses expulsados del paraĆso

”Yorokobu gratis en formato digital!
Entre 1903 y 1914 grupos de estadounidenses se instalaron en la selva panameƱa para desarrollar la que es una de las mayores obras de ingenierĆa de la historia de la humanidad: el Canal de PanamĆ”.
Un siglo mĆ”s tarde, el fotógrafo MatĆas Costa (Buenos Aires, 1973) viajó al paĆs y se encontró con la realidad actual de esa particular población, que llegó a gozar de privilegios imposibles de concebir no solo para los panameƱos sino para los propios norteamericanos.
Ā«TenĆan exenciones fiscales, servicio domĆ©stico y vivĆan desahogadamente en tranquilas comunidades a orillas del CanalĀ», explica Costa. Ā«Su sistema social era muy similar al de una comuna o un estado socialista, sin propiedad privada, donde todo era administrado por la Panama Canal Company, propiedad del gobierno de los EEUU, que ejercĆa un papel protector sobre su comunidad al estilo de los estados soviĆ©ticos. Los estadounidenses allĆ instalados y sus descendientes tenĆan una clĆ”usula especial en su ciudadanĆa: no eran propiamente norteamericanos sino que se regĆan por las leyes de la Zona del Canal, con sus propios tribunales, universidades, comercio, etc. Eran Zonians: ni panameƱos ni estadounidensesĀ».
[pullquote]Los Zonians se siguen reuniendo anualmente para recordar con nostalgia su paraĆso perdido,Ā conscientes de que cuando ellos desaparezcan su comunidad se habrĆ” extinguido para siempre.[/pullquote]
Aunque en un primer momento el Estado panameƱo habĆa cedido a perpetuidad el control de la Zona del Canal a Estados Unidos āen pago al apoyo norteamericano a la independencia de PanamĆ” respecto de Colombiaā, a finales de los aƱos 70, el Tratado Torrijos-Carter estableció que la Zona del Canal serĆa paulatinamente devuelta al Gobierno panameƱo. En 1999, completado el traspaso de soberanĆa, Estados Unidos abandonó la zona definitivamente.
Ā«Muchos Zonians consideran que todos los nacidos despuĆ©s del 79 ya no son Zonians. Sin embargo, los mĆ”s jóvenes sĆ que se siguen considerando asĆ. En la actualidad es una comunidad en diĆ”spora, la mayorĆa vive en Estados Unidos, sobre todo en Florida, donde gozan de un clima similar al de la Zona del Canal. Se siguen reuniendo anualmente para recordar con nostalgia su paraĆso perdido,Ā conscientes de que cuando ellos desaparezcan su comunidad se habrĆ” extinguido para siempreĀ».
[pullquote]De algĆŗn modo la Zona del Canal fue el laboratorio de pruebas para la expansión gringa que vendrĆa despuĆ©s, aunque en ningĆŗn otro lugar lograron crear un satĆ©lite autónomo y autosuficiente como allĆ.[/pullquote]
En primer contacto de Costa con los Zonians fue a raĆz de unas residencias artĆsticas en las que fotógrafos espaƱoles trabajaban con fotógrafos de diferentes paĆses de LatinoamĆ©rica. Cuando supo que el proyecto se desarrollarĆa en PanamĆ”, comenzó a buscar información sobre el paĆs y se topó con este fragmento de historia del siglo XX.
Ā«En la historia de los Zonians me interesó mucho cómo la construcción de una identidad comunitaria estaba unida a la transformación de un territorio y de una realidad geopolĆtica. La historia de los Zonians tiene vĆnculos que van mucho mĆ”s allĆ” de la construcción del Canal de PanamĆ”. En la Zona del Canal se encontraba el Comando Sur del EjĆ©rcito de los Estados Unidos, que ocupa el segundo lugar en la toma de decisiones despuĆ©s del PentĆ”gono. AllĆ tambiĆ©n se alojaba el Centro de Entrenamiento para la Guerra en la Jungla, donde los marines se preparaban para luchar en Vietnam. Cerca de Colón, tambiĆ©n en territorio Zonian, se instaló la Escuela de las AmĆ©ricas, donde los gringos instruĆan a militares latinoamericanos para la guerra sucia contra los movimientos de izquierda. De esta forma, si bien la Panama Canal Company era el nĆŗcleo de la sociedad Zonian, el proyecto era mĆ”s ambicioso y no solamente comercial. De algĆŗn modo fue el laboratorio de pruebas para la expansión gringa que vendrĆa despuĆ©s en otros lugares, aunque en ningĆŗn otro sitio lograron crear un satĆ©lite autónomo y autosuficiente como en la Zona del CanalĀ».
A pesar de que la historia de los Zonians carece del dramatismo de los Ć©xodos provocados por los conflictos bĆ©licos o persecuciones de cualquier tipo, la situación actual de esa comunidad no deja de tener un poso de desarraigo y de pĆ©rdida. Estos dos elementos son una constante en la obra de MatĆas Costa, que ha documentado la inmigración en el Estrecho de Gibraltar o las consecuencias del desmembramiento de la antigua URSS.
Ā«Lo que me interesa del desarraigo no es necesariamente la idea del exilio forzoso o dramĆ”tico, sino mĆ”s bien el proceso interno, que despuĆ©s aflora como identidad de una comunidad, por el cual uno se transforma cuando cambia de contexto, de lugar. Con el desarraigo se produce el fenómeno de la pĆ©rdida de territorio. Cuando has pasado mucho tiempo en un lugar que no es el tuyo ya no perteneces a ningĆŗn lugar. Es ahĆ donde comienza lo que a mĆ mĆ”s me interesa: la trashumancia cultural, la invención de una nueva identidad, la imposibilidad de un destino definitivo, la identidad erigida sobre lo fragmentario y disperso, la fragilidad de todo lo alcanzado, la sensación de extraƱeza. Los Zonians construyeron una identidad inequĆvoca, colonialista, pero era artificial; su territorio ya no existe, ellos van a desaparecer como comunidadĀ».
[pullquote]Creo que hay espacio para publicar este tipo de historias, pero hay que emplear casi mƔs tiempo en encontrar esos lugares que en producir los trabajos.[/pullquote]
Los Zonians arribaron a PanamĆ” para ganarle terreno a la selva. Con el tiempo, la selva se ha tragado sus huellas como si fuera un personaje mĆ”s de El corazón de las tinieblas de Conrad o La vorĆ”gine de JosĆ© Eustasio Rivera. Solo gracias a trabajos como el de MatĆas Costa la memoria de sus protagonistas les sobrevivirĆ” en el futuro. Una tarea en la que tambiĆ©n tienen un papel protagonista los medios de comunicación que han sido receptivos a este trabajo o editoriales como La FĆ”brica, responsable de su reciente publicación en forma de libro.
Ā«Suelo trabajar en historias que a mĆ me interesan, hablando de mis temas, mis obsesiones y siempre encuentro un pĆŗblico interesado en estas historias. De esta forma, mis series en general tienen un recorrido que abarca libros, exposiciones, festivales y publicación en prensa. En el caso de los Zonians, la historia ha tenido y sigue teniendo un recorrido vital muy interesante. Nació como un proyecto de intercambio artĆstico, despuĆ©s quise continuarlo y a travĆ©s de mi agencia en Londres, Panos Pictures, logramos que dos revistas se interesaran y financiaran el proyecto: The New Yorker (EEUU) y Mare Magazine (Alemania). Posteriormente se ha publicado en revistas de todo el mundo, se ha expuesto en Suiza, actualmente estĆ” en el Museo de Arte ContemporĆ”neo de PanamĆ” donde permanecerĆ” hasta el 18 de octubre y en breve viajarĆ” a Tenerife al festival FotonoviembreĀ».
AdemÔs de la recompensa de ver el proyecto publicado, Zonians ha recibido varios premios, entre los que se encuentran una mención de honor en el concurso de Fotolibro Iberoamericano de la editorial RM, el primer premio del concurso Alliance Française/Fundación Pilar Citoler y una mención de honor en el Pictures of the Year Latinoamérica. Todo un éxito que demuestra que, a pesar de la tan cacareada crisis de la prensa y los medios de comunicación, aún hay espacio para los buenos trabajos.
Ā«Soy de los que creen que hay mucho espacio para publicar este tipo de historias, lo que pasa es que hay que emplear casi mĆ”s tiempo en encontrar los lugares donde darles una salida comercial que en producir los trabajos. Pero es asĆ, forma parte de la profesiónĀ».
”Yorokobu gratis en formato digital!
Entre 1903 y 1914 grupos de estadounidenses se instalaron en la selva panameƱa para desarrollar la que es una de las mayores obras de ingenierĆa de la historia de la humanidad: el Canal de PanamĆ”.
Un siglo mĆ”s tarde, el fotógrafo MatĆas Costa (Buenos Aires, 1973) viajó al paĆs y se encontró con la realidad actual de esa particular población, que llegó a gozar de privilegios imposibles de concebir no solo para los panameƱos sino para los propios norteamericanos.
Ā«TenĆan exenciones fiscales, servicio domĆ©stico y vivĆan desahogadamente en tranquilas comunidades a orillas del CanalĀ», explica Costa. Ā«Su sistema social era muy similar al de una comuna o un estado socialista, sin propiedad privada, donde todo era administrado por la Panama Canal Company, propiedad del gobierno de los EEUU, que ejercĆa un papel protector sobre su comunidad al estilo de los estados soviĆ©ticos. Los estadounidenses allĆ instalados y sus descendientes tenĆan una clĆ”usula especial en su ciudadanĆa: no eran propiamente norteamericanos sino que se regĆan por las leyes de la Zona del Canal, con sus propios tribunales, universidades, comercio, etc. Eran Zonians: ni panameƱos ni estadounidensesĀ».
[pullquote]Los Zonians se siguen reuniendo anualmente para recordar con nostalgia su paraĆso perdido,Ā conscientes de que cuando ellos desaparezcan su comunidad se habrĆ” extinguido para siempre.[/pullquote]
Aunque en un primer momento el Estado panameƱo habĆa cedido a perpetuidad el control de la Zona del Canal a Estados Unidos āen pago al apoyo norteamericano a la independencia de PanamĆ” respecto de Colombiaā, a finales de los aƱos 70, el Tratado Torrijos-Carter estableció que la Zona del Canal serĆa paulatinamente devuelta al Gobierno panameƱo. En 1999, completado el traspaso de soberanĆa, Estados Unidos abandonó la zona definitivamente.
Ā«Muchos Zonians consideran que todos los nacidos despuĆ©s del 79 ya no son Zonians. Sin embargo, los mĆ”s jóvenes sĆ que se siguen considerando asĆ. En la actualidad es una comunidad en diĆ”spora, la mayorĆa vive en Estados Unidos, sobre todo en Florida, donde gozan de un clima similar al de la Zona del Canal. Se siguen reuniendo anualmente para recordar con nostalgia su paraĆso perdido,Ā conscientes de que cuando ellos desaparezcan su comunidad se habrĆ” extinguido para siempreĀ».
[pullquote]De algĆŗn modo la Zona del Canal fue el laboratorio de pruebas para la expansión gringa que vendrĆa despuĆ©s, aunque en ningĆŗn otro lugar lograron crear un satĆ©lite autónomo y autosuficiente como allĆ.[/pullquote]
En primer contacto de Costa con los Zonians fue a raĆz de unas residencias artĆsticas en las que fotógrafos espaƱoles trabajaban con fotógrafos de diferentes paĆses de LatinoamĆ©rica. Cuando supo que el proyecto se desarrollarĆa en PanamĆ”, comenzó a buscar información sobre el paĆs y se topó con este fragmento de historia del siglo XX.
Ā«En la historia de los Zonians me interesó mucho cómo la construcción de una identidad comunitaria estaba unida a la transformación de un territorio y de una realidad geopolĆtica. La historia de los Zonians tiene vĆnculos que van mucho mĆ”s allĆ” de la construcción del Canal de PanamĆ”. En la Zona del Canal se encontraba el Comando Sur del EjĆ©rcito de los Estados Unidos, que ocupa el segundo lugar en la toma de decisiones despuĆ©s del PentĆ”gono. AllĆ tambiĆ©n se alojaba el Centro de Entrenamiento para la Guerra en la Jungla, donde los marines se preparaban para luchar en Vietnam. Cerca de Colón, tambiĆ©n en territorio Zonian, se instaló la Escuela de las AmĆ©ricas, donde los gringos instruĆan a militares latinoamericanos para la guerra sucia contra los movimientos de izquierda. De esta forma, si bien la Panama Canal Company era el nĆŗcleo de la sociedad Zonian, el proyecto era mĆ”s ambicioso y no solamente comercial. De algĆŗn modo fue el laboratorio de pruebas para la expansión gringa que vendrĆa despuĆ©s en otros lugares, aunque en ningĆŗn otro sitio lograron crear un satĆ©lite autónomo y autosuficiente como en la Zona del CanalĀ».
A pesar de que la historia de los Zonians carece del dramatismo de los Ć©xodos provocados por los conflictos bĆ©licos o persecuciones de cualquier tipo, la situación actual de esa comunidad no deja de tener un poso de desarraigo y de pĆ©rdida. Estos dos elementos son una constante en la obra de MatĆas Costa, que ha documentado la inmigración en el Estrecho de Gibraltar o las consecuencias del desmembramiento de la antigua URSS.
Ā«Lo que me interesa del desarraigo no es necesariamente la idea del exilio forzoso o dramĆ”tico, sino mĆ”s bien el proceso interno, que despuĆ©s aflora como identidad de una comunidad, por el cual uno se transforma cuando cambia de contexto, de lugar. Con el desarraigo se produce el fenómeno de la pĆ©rdida de territorio. Cuando has pasado mucho tiempo en un lugar que no es el tuyo ya no perteneces a ningĆŗn lugar. Es ahĆ donde comienza lo que a mĆ mĆ”s me interesa: la trashumancia cultural, la invención de una nueva identidad, la imposibilidad de un destino definitivo, la identidad erigida sobre lo fragmentario y disperso, la fragilidad de todo lo alcanzado, la sensación de extraƱeza. Los Zonians construyeron una identidad inequĆvoca, colonialista, pero era artificial; su territorio ya no existe, ellos van a desaparecer como comunidadĀ».
[pullquote]Creo que hay espacio para publicar este tipo de historias, pero hay que emplear casi mƔs tiempo en encontrar esos lugares que en producir los trabajos.[/pullquote]
Los Zonians arribaron a PanamĆ” para ganarle terreno a la selva. Con el tiempo, la selva se ha tragado sus huellas como si fuera un personaje mĆ”s de El corazón de las tinieblas de Conrad o La vorĆ”gine de JosĆ© Eustasio Rivera. Solo gracias a trabajos como el de MatĆas Costa la memoria de sus protagonistas les sobrevivirĆ” en el futuro. Una tarea en la que tambiĆ©n tienen un papel protagonista los medios de comunicación que han sido receptivos a este trabajo o editoriales como La FĆ”brica, responsable de su reciente publicación en forma de libro.
Ā«Suelo trabajar en historias que a mĆ me interesan, hablando de mis temas, mis obsesiones y siempre encuentro un pĆŗblico interesado en estas historias. De esta forma, mis series en general tienen un recorrido que abarca libros, exposiciones, festivales y publicación en prensa. En el caso de los Zonians, la historia ha tenido y sigue teniendo un recorrido vital muy interesante. Nació como un proyecto de intercambio artĆstico, despuĆ©s quise continuarlo y a travĆ©s de mi agencia en Londres, Panos Pictures, logramos que dos revistas se interesaran y financiaran el proyecto: The New Yorker (EEUU) y Mare Magazine (Alemania). Posteriormente se ha publicado en revistas de todo el mundo, se ha expuesto en Suiza, actualmente estĆ” en el Museo de Arte ContemporĆ”neo de PanamĆ” donde permanecerĆ” hasta el 18 de octubre y en breve viajarĆ” a Tenerife al festival FotonoviembreĀ».
AdemÔs de la recompensa de ver el proyecto publicado, Zonians ha recibido varios premios, entre los que se encuentran una mención de honor en el concurso de Fotolibro Iberoamericano de la editorial RM, el primer premio del concurso Alliance Française/Fundación Pilar Citoler y una mención de honor en el Pictures of the Year Latinoamérica. Todo un éxito que demuestra que, a pesar de la tan cacareada crisis de la prensa y los medios de comunicación, aún hay espacio para los buenos trabajos.
Ā«Soy de los que creen que hay mucho espacio para publicar este tipo de historias, lo que pasa es que hay que emplear casi mĆ”s tiempo en encontrar los lugares donde darles una salida comercial que en producir los trabajos. Pero es asĆ, forma parte de la profesiónĀ».
Comentarios cerrados.