Teníamos el término aleatorio, pero nos sonaba mucho mejor en inglés, así que nos tiramos a bomba al charco de random y la adoptamos en nuestro vocabulario. Era una manera estupenda (y sutil) de decir que teníamos algunos conocimientos de tecnología.
Pero mientras que los boomers la mantuvimos (y mantenemos) en ese terreno, los Z y la chavalería en general la han incorporado a su vocabulario de una manera mucho más extensa. Ya no solo se utiliza para hablar de cosas que se hacen aleatoriamente, sin un orden prefijado, sino que sus significados se han ampliado tanto que se acerca mucho a una palabra comodín.
Random puede ser el ligue de una noche, esas relaciones que no aspiran a convertirse en historias de amor porque al día siguiente ni te acuerdas de su nombre (Me enrollé con un chicorandom). También habla de encuentros casuales, no planificados, pero siempre sorprendentes (Fue un encuentro random). Incluso los planes no premeditados son random (salir en plan random).
Si algo no convence o sale mal, también es random. Como random es eso que te pasas la semana deseando que llegue y cuando por fin se produce, bluf, qué decepción (El concierto prometía, pero fue muy random).
Lo extraño, lo loco, lo imprevisible (como el futuro) es random (Mi abuela tiene más seguidores que yo en TikTok, muy random, tía), lo que lo empareja también con lo curioso y lo absurdo (¿Una abuela en TikTok? No sé, Rick, parece falso, por si necesitas una aclaración).
Un argumento de poco peso, sin apenas valor (como las promesas de un político), se califica como random (Lo que dijo tu amigo sobre tener un sueldazo y piso a los 18 es totalmenterandom). Y random es también algo desorganizado, desordenado (¿quién está hablando aquí de mi escritorio?).
Podrían usarse otras palabras para matizar y definir más exactamente cada uno de esos sentidos, sí. Pero, jolín, cómo cansa tener que estar dándole vueltas al diccionario.
Teníamos el término aleatorio, pero nos sonaba mucho mejor en inglés, así que nos tiramos a bomba al charco de random y la adoptamos en nuestro vocabulario. Era una manera estupenda (y sutil) de decir que teníamos algunos conocimientos de tecnología.
Pero mientras que los boomers la mantuvimos (y mantenemos) en ese terreno, los Z y la chavalería en general la han incorporado a su vocabulario de una manera mucho más extensa. Ya no solo se utiliza para hablar de cosas que se hacen aleatoriamente, sin un orden prefijado, sino que sus significados se han ampliado tanto que se acerca mucho a una palabra comodín.
Random puede ser el ligue de una noche, esas relaciones que no aspiran a convertirse en historias de amor porque al día siguiente ni te acuerdas de su nombre (Me enrollé con un chicorandom). También habla de encuentros casuales, no planificados, pero siempre sorprendentes (Fue un encuentro random). Incluso los planes no premeditados son random (salir en plan random).
Si algo no convence o sale mal, también es random. Como random es eso que te pasas la semana deseando que llegue y cuando por fin se produce, bluf, qué decepción (El concierto prometía, pero fue muy random).
Lo extraño, lo loco, lo imprevisible (como el futuro) es random (Mi abuela tiene más seguidores que yo en TikTok, muy random, tía), lo que lo empareja también con lo curioso y lo absurdo (¿Una abuela en TikTok? No sé, Rick, parece falso, por si necesitas una aclaración).
Un argumento de poco peso, sin apenas valor (como las promesas de un político), se califica como random (Lo que dijo tu amigo sobre tener un sueldazo y piso a los 18 es totalmenterandom). Y random es también algo desorganizado, desordenado (¿quién está hablando aquí de mi escritorio?).
Podrían usarse otras palabras para matizar y definir más exactamente cada uno de esos sentidos, sí. Pero, jolín, cómo cansa tener que estar dándole vueltas al diccionario.