Es conveniente sacarle el lado positivo a todo. Y ser una ciudad o un paÃs que vaya a la retaguardia tiene sus ventajas. Es altamente probable que los problemas que amenazan al presente de tu retrasado lugar de residencia ya se hayan dado con anterioridad en otros lugares.
Esta es la historia del último camarero de San Francisco. Esta podrÃa ser la historia del último camarero de Barcelona. O de Madrid. O de Londres. O de…
Además, eran los dos últimos camareros de San Francisco. Todos los demás tuvieron que dejar la ciudad incapaces de cubrir sus rentas de alquiler con los salarios que cobraban.
Pasó el invierno y no tardó en ocurrir lo peor. Ahmed fue el primero en caer. Llegó una tarde del Starbucks en el que trabajaba, se sentó en el borde de su cama y se lo dijo a Steve.
El alto precio de los alquileres en la ciudad de la bahÃa son noticia desde hace años. La explosión de las start-ups de Silicon Valley llenó la región de jóvenes forrados. Los que no vivÃan allà pero querÃan triunfar en las tecnológicas, empezaron a llegar y se pusieron caprichosos: querÃan vivir bajo techo.
Eso hizo que el valle y, sobre todo, San Francisco, se convirtieran a la vez en una de las zonas más demandadas del paÃs y en una de las que tiene la renta per cápita más alta de EEUU. El resultado de la ecuación es que cada vez es más difÃcil que los trabajadores menos cualificados puedan acceder a un alquiler.
A eso hay que sumar el incremento de los costes salariales y ya lo tenemos: los camareros con sueldo de camarero no se pueden permitir vivir en una ciudad que necesita miles de camareros. Y claro, si estás forrado, no te gusta quitar la mesa en el restaurante en el que comes.
Como estará la cosa, que las personas encargadas de fregar los platos cobran unos 18 o 19 dólares por hora y ni con esas pueden costearse un sitio digno para vivir.
El economista de la Universidad de Berkeley Enrico Moretti afirma que cuando el coste de la vivienda sube un 10%, el de los servicios locales sube un 6%. Desde 2012, el precio de la vivienda en Frisco se ha doblado, asà que las hamburguesas deberÃan hacerlo. Pero no hay mucha gente que pueda pagar 25 pavos por una.
Anjan Mitra, dueño de dos restaurantes de comida india, dice al NYT que, teniendo en cuenta que la gente no quiere pagar 20 dólares por hamburguesa y que no pueden recortar personal de las cocinas, tendrÃan que hacerlo del servicio. «Y eso es lo que hicimos. Nos deshicimos de los camareros».
Si quieres agua no bebas en el mar
si quieres fruto primero hay que sembrar.
Y luego recoger la mesa. Dale al play, anda.
En ocasiones veo camareros
Dejemos las frivolidades de San Francisco y vayamos con lo realmente importante. Un camarero, o más bien, una persona disfrazada de camarero, ganó el pasado fin de semana el Primer Concurso de Estatuas Humanas celebrado en El Ejido, AlmerÃa.
Como cuenta Diario de AlmerÃa, «Alejo Merlini, de Argentina, el camarero triunfador consiguió el Premio del Público y el Mejor Movimiento. El Mejor Estatismo y el segundo Premio del Público fue para Stefan Maftei, de RumanÃa, que encarnaba a Cristo».
Es conveniente sacarle el lado positivo a todo. Y ser una ciudad o un paÃs que vaya a la retaguardia tiene sus ventajas. Es altamente probable que los problemas que amenazan al presente de tu retrasado lugar de residencia ya se hayan dado con anterioridad en otros lugares.
Esta es la historia del último camarero de San Francisco. Esta podrÃa ser la historia del último camarero de Barcelona. O de Madrid. O de Londres. O de…
Además, eran los dos últimos camareros de San Francisco. Todos los demás tuvieron que dejar la ciudad incapaces de cubrir sus rentas de alquiler con los salarios que cobraban.
Pasó el invierno y no tardó en ocurrir lo peor. Ahmed fue el primero en caer. Llegó una tarde del Starbucks en el que trabajaba, se sentó en el borde de su cama y se lo dijo a Steve.
El alto precio de los alquileres en la ciudad de la bahÃa son noticia desde hace años. La explosión de las start-ups de Silicon Valley llenó la región de jóvenes forrados. Los que no vivÃan allà pero querÃan triunfar en las tecnológicas, empezaron a llegar y se pusieron caprichosos: querÃan vivir bajo techo.
Eso hizo que el valle y, sobre todo, San Francisco, se convirtieran a la vez en una de las zonas más demandadas del paÃs y en una de las que tiene la renta per cápita más alta de EEUU. El resultado de la ecuación es que cada vez es más difÃcil que los trabajadores menos cualificados puedan acceder a un alquiler.
A eso hay que sumar el incremento de los costes salariales y ya lo tenemos: los camareros con sueldo de camarero no se pueden permitir vivir en una ciudad que necesita miles de camareros. Y claro, si estás forrado, no te gusta quitar la mesa en el restaurante en el que comes.
Como estará la cosa, que las personas encargadas de fregar los platos cobran unos 18 o 19 dólares por hora y ni con esas pueden costearse un sitio digno para vivir.
El economista de la Universidad de Berkeley Enrico Moretti afirma que cuando el coste de la vivienda sube un 10%, el de los servicios locales sube un 6%. Desde 2012, el precio de la vivienda en Frisco se ha doblado, asà que las hamburguesas deberÃan hacerlo. Pero no hay mucha gente que pueda pagar 25 pavos por una.
Anjan Mitra, dueño de dos restaurantes de comida india, dice al NYT que, teniendo en cuenta que la gente no quiere pagar 20 dólares por hamburguesa y que no pueden recortar personal de las cocinas, tendrÃan que hacerlo del servicio. «Y eso es lo que hicimos. Nos deshicimos de los camareros».
Si quieres agua no bebas en el mar
si quieres fruto primero hay que sembrar.
Y luego recoger la mesa. Dale al play, anda.
En ocasiones veo camareros
Dejemos las frivolidades de San Francisco y vayamos con lo realmente importante. Un camarero, o más bien, una persona disfrazada de camarero, ganó el pasado fin de semana el Primer Concurso de Estatuas Humanas celebrado en El Ejido, AlmerÃa.
Como cuenta Diario de AlmerÃa, «Alejo Merlini, de Argentina, el camarero triunfador consiguió el Premio del Público y el Mejor Movimiento. El Mejor Estatismo y el segundo Premio del Público fue para Stefan Maftei, de RumanÃa, que encarnaba a Cristo».